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Prueba: Cadillac SRX

En Estados Unidos, el Cadillac SRX es todo un éxito. En Europa pocos lo tienen en cuenta. ¿Qué virtudes tiene realmente este competidor del Audi Q5? Lo comprobamos.

General Motors posiciona en Europa su Cadillac SRX como rival directo de otros SUV de la talla del Porsche Macan, el Audi Q5 y el BMW X3. Sin embargo, sigue siendo el gran desconocido. No ocurre lo mismo al otro lado del Atlántico, donde se han vendido 41.708 ejemplares del SRX en los primeros tres cuatrimestres de 2014. Un motivo más para analizar este SUV con lupa: en esta prueba del Cadillac SRX aclaramos qué es capaz de ofrecer. Parte de 54.910 euros.

De entrada, hay poco que reprocharle: el motor tiene un sonido poderoso y atractivo (cuando pisas a fondo, tal vez se vuelve demasiado ruidoso desde dentro), y los 318 CV del bloque V6 de aluminio, junto con los 360 Nm de par, tiran de los dos ejes con ímpetu: para acelerar de 0 a 100 km/h este vehículo de 4,83 metros y dos toneladas requiere 8,1 segundos. Una buena cifra, si bien se queda algo por detrás de sus rivales alemanes con motores turboalimentados. Para transmitir la fuerza se vale de una caja de cambio automática de seis velocidades que funciona de forma suave y equilibrada, y con suficiente rapidez.

El sistema de tracción integral funciona con eficacia concentrando la tracción en aquella rueda que pierde adherencia, y gracias al diferencial bloqueable del eje trasero es un vehículo imparable fuera del asfalto, saliendo con pericia de situaciones complicadas ya sea sobre barro, arena o gravilla. Tan solo el consumo no está acorde con los tiempo que vivimos: los 13 litros que marcaba el ordenador de abordo: después de los 140 kilómetros de recorrido por carreteras de montaña nos parecen demasiados.

Sí que nos ha convencido su equilibrado chasis, con un tarado firme pero en absoluto demasiado duro, de manera que este SUV es capaz de filtras las irregularidades del asfalto con eficacia. La dirección, además, tiene una respuesta precisa. Por dentro, los materiales transmiten calidad y refinamiento, no hay ni rastro de plásticos duros. Por desgracia, la visibilidad no está tan conseguida: por culpa de una luna trasera demasiado pequeña y el enorme pilar D la visión posterior es realmente precaria.

Por eso está bien que este Cadillac lleve de serie el avisador de ángulo muerto. Una tecnología que nos ha entusiasmado: si te sales involuntariamente de tu carril, el asiento vibra en la zona de tu trasero correspondiente para avisarte.

El equipamiento es generoso, y acorde con un coche de este precio. Los asientos son cómodos con su revestimiento parcial de cuero, y los traseros y delanteros con calefactables, mientras que los del conductor y el copiloto también se refrigeran. El volante también lleva calefacción integrada de serie. Entre su equipamiento optamos  también a elementos como el techo panorámico eléctrico, un completo sistema de DVD con mando a distancia, equipo multimedia con navegador en 3D y un largo etcétera, para convertir en un placer la estancia en un habitáculo que ofrece suficiente espacio en las plazas traseras y un maletero que cubica entre 844 y 1.730 litros.

En definitiva: el Cadillac SRX es un SUV sólido, refinado y muy tecnológico con un chasis equilibrado y buenas capacidades también fuera del asfalto, al que solo le echo en cara un motor demasiado glotón. Pero no hay duda de que no le faltan argumentos para plantar cara a sus duros rivales europeos.

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En Estados Unidos, el Cadillac SRX es todo un éxito. En Europa pocos lo tienen en cuenta. ¿Qué virtudes tiene realmente este competidor del Audi Q5? Lo comprobamos.

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