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Alfa Romeo 4C Spider: ¡lo pruebas y te engancha!

Apenas 1.000 kilos de peso, 240 CV, dos plazas, dirección sin asistencia... Y a cielo abierto. Nos ponemos al volante de un clásico del siglo XXI. Puro sabor a los deportivos de siempre: este coche creará un antes y un después en este tipo de modelos...

En Italia ya es casi verano: hay 26 grados, y ruedo por una autovía en dirección a la costa. Mi misión es probar un Alfa Romeo 4C Spider que en breve estará disponible. Conduzco a toda velocidad en este descapotable que me recuerda el sabor de un targa clásico, con el motor turbo de 1.750 cc bramando a mi espalda y el carbono auténtico del habitáculo brillando al sol mientras el viento me alborota el pelo ya desde los 100 km/h. 

El 4C Spider es el Alfa Romeo más especial que existe ahora mismo. En 2013 se comenzó con los pedidos del 4C coupé, fabricado a mano, que cuesta desde 53.990 euros (en el link anterior tienes la prueba). Si pides uno ahora, tendrás que esperar 18 meses a ponerte al volante. Esta versión Spider costará algo más, aunque aún hay que esperar al precio oficial (aquí tienes los datos técnicos del 4C Coupé).

El bastidor monocasco se ha reforzado en esta versión abierta, por lo que ahora pesa 42 kilos más y lanza al 4C por encima de una tonelada (aunque por poco). La capota de lona reforzada está sujeta con seis clips, que se sueltan sencillamente para enrollarla como una esterilla de playa y guardarla en el maletero. Aparte del diseño de las llantas y el color amarillo especial, todo lo demás lo toma de su hermano cerrado. Bajo la carrocería laten los 240 CV de su motor central, comandados por un cambio de doble embrague de seis velocidades. El habitáculo es sencillo y estrecho. La dirección no tiene asistencia. Es una máquina de conducir y punto.

Pero su objetivo no son los circuitos, sino los coleccionistas. Aun así, el cuatro cilindros despierta con una especia de carraspeo que repite en cada cambio de marcha. El volante está demasiado profundo; los más altos se sentirán comprimidos en los baquets. Voy subiendo de velocidad y me aplico con las levas tras el volante. Se me borran todas las dudas de que este sea un auténtico cabrio, especialmente cuando alcanzo los 120 km/h. Mi pelo cambia de peinado a cada minuto, el estruendo llega de todas partes, especialmente de detrás. El pequeño cristal ante el motor no hace de cortavientos, sino que parece atraparlo.

Y en medio de este huracán, intento hacer lo que este coche me pide a gritos: ¡dar gas! Los 258 km/h de velocidad punta son teóricos; ya a 200 km/h el eje delantero se nota demasiado ligero. Con su corta batalla y sus gruesos neumáticos, brinca sobre cada junta de la carretera. Un Porsche Boxter o un BMW Z4 van mejor, sobre todo son más confortables. Pero si hablamos de encanto y exclusividad, el italiano los gana por goleada. 

Los faros de LED en el Alfa Romeo 4C Spider son de serie y se puede pedir control de velocidad y sensores de aparcamiento sin sobreprecio. Todo depende de lo purista que sea el comprador de este deportivo. Lo que sí tiene un coste extra son las llantas de 19 pulgadas, el escape deportivo o el paquete cuero del interior. Lo pidas o no, tendrás que esperar igualmente 18 meses para ponerte al volante y sentir que llevas entre manos algo único y muy auténtico... ¡Apasionante!

¿Buscas un punto de vista diferente? Mira la prueba del Alfa Romeo 4C Spider de nuestros amigos de Top Gear.

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