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Comparativa: Mercedes Clase E 2016 vs BMW Serie 5

Comparativa: Mercedes Clase E 2016 vs BMW Serie 5. Por fin, reunimos a las dos referencias del segmento. El nuevo Mercedes Clase E llega con muchos argumentos para ònerse en lo más alto de la categoría. Lo comprobamos al volante.

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Comparativa: Mercedes Clase E 2016 vs BMW Serie 5. Aquí reside el auténtico corazón de Mercedes. No hay otra berlina que reúna los valores tradicionales de la marca como en Clase E. Una tradición que, ahora, da un paso más allá. Vamos a comprobarlo comparándolo con su principal rival: Primer enfrentamiento: Mercedes Clase E 2016 vs BMW Serie 5.

Cuando uno ve un Clase E siempre espera que de él salga un ejecutivo o un directivo de empresa con un buen traje. O, ¿por qué no? Un taxista, especialmente en ciudades alemanas. O, sencillamente, alguien que después de 25 años ha logrado cumplir su sueño de conducir un Mercedes. De disfrutar su lujo, su silencio, su rodar portentoso. Estos son algunos de los principales valores de la marca, que confluyen en la Clase E. Por eso, siempre que sale una nueva generación estamos expectantes por ver qué novedades trae. De qué es capaz ahora este modelo. Y nada mejor para comprobarlo que enfrentándolo a su principal rival: el BMW Serie 5

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Sin duda el diseño de este Mercedes reúne algunos elementos clásicos de la marca, pero también adopta las nuevas líneas del resto de la gama. El resultado es una estampa imponente, con un par de centímetros más de ancho y de largo que su antecesor. Por dentro ha dado un paso de gigante. El acceso es muy cómodo, aunque las banquetas de los asientos nos han parecido algo pequeñas. Nuestro coche de pruebas monta un cuatro cilindros diésel de 194 CV con doble turbo. Más pequeño, ligero, limpio y ahorrador que motores anteriores. Este coche cubre el 0 a 100 km/h en 7,3 segundos, y la velocidad punta es de 240 km/h. Según Mercedes, el consumo medio es de 3,9 litros, aunque en realidad son un par más. Hay que decir, eso sí, que su puesto de conducción, ahora, te deja con la boca abierta. 

Estamos sentados en la versión que monta un pequeño motor diésel. Tiene un poco menos de cilindrada que el anterior, pero a cambio rinde algo más de potencia. Y hay que decir que es increíblemente silencioso. Eso no solo de debe al propio motor: también a la excelente insonorización del coche. Te preguntarás por qué voy sin manos: el coche está realizando una conducción autónoma. Fijo la velocidad, mantiene la distancia con el coche precedente y también gira solo, porque reconoce las líneas laterales. Basta con que coja el volante para tomar el control de nuevo. Esto quiere decir que la conducción totalmente autónoma aún no es una realidad, pero desde luego será posible. Otra de las cosas que llaman la atención es lo confortable que es: su chasis ABC filtra las irregularidades sin esfuerzo, y la calidad de rodadura es superlativa. Lo que se espera de un Mercedes, en definitiva. Igual sucede con el interior: este cokpit es lo más avanzado que puedes encontrar. Hablo de sus dos enormes pantallas. Con todo, la de la izquierda es opcional. Pero si además quieres instalar el sistema Command con navegador deberás pagar más de 3.000 euros más.

En general, tiene un aspecto realmente lujoso y refinado. Últimamente no era habitual en este modelo, que en las últimas generaciones presentaba siempre unos habitáculos demasiado sobrios. Ahora la impresión es muy distinta: todo desprende calidad, con materiales nobles. También modernidad, con sus dos enormes pantallas. 

Pero incluso este cine panorámico que uno tiene frente a sí admite alguna crítica: el perfil habitual de un comprador del Clase E no suele ser el de un freak de la tecnología, y por ello puede verse superado en su manejo. 

Es normal que Mercedes quiera ser siempre la referencia y por ello juegue en la liga más avanzada, pero para mí, este sistema multimedia es excesivo. Y puede conllevar demasiadas distracciones al volante por su complejo sistema de menús y submenús. Da igual que estén bien organizados, lo cierto es que si optas por estas pantallas, es mejor que aprendas bien su manejo antes de ponerte en marcha.

Y es que los sistemas de infoentretenimiento están viviendo una enorme evolución. Algo que también se ve en el interior del BMW. El sistema multimedia y los asistentes avanzan más rápido que el propio coche. Con todo, al menos en apariencia, se ve por detrás del Mercedes. Eso no quiere decir que su diseño, interior y exterior, se vea anticuado, al revés: es plenamente actual. También la mecánica bajo el capó. Nuestro coche de pruebas lleva un diésel de dos litros y cuatro cilindros que es algo más potente que el del Mercedes. Por eso acelera antes y lo supera, por poco, en velocidad punta. Pero más diferencia se nota en el consumo: este coche es más tragón. En precio, al estar en este nivel de potencia, es algo más caro que el Mercedes.

Cuando un se sienta en el Serie 5 enseguida se da cuenta de que es un coche para conductores: se siente algo más de contacto con la carretera, la dirección es más firme, la respuesta del motor es diferente porque reacciona más sensible al acelerador. Es más divertido de conducir y el motor se siente más en el habitáculo. Por eso llega a las cotas de comodidad del Mercedes, lo que no significa que no sea confortable. Y es que se nota que últimamente BMW ha aprendido, con su chasis adaptativo, a encontrar el equilibrio entre deportividad y confort. En este apartado está muy logrado. Sin embargo, uno no puede evitar la percepción de ir sentado en un coche más antiguo. Y esto es por su habitáculo: la pantalla se ve más encastillada, los colores son más oscuros, la sensación de desahogo es menor. Pero esto es una sensación por la comparación directa con su rival, porque este no es en absoluto un coche desfasado. Tiene también Tempomat y controlador de distancia, así como asistente de atascos. Pero esto solo funciona en autovía. Por eso Mercedes va un paso por delante: en este coche, no puedes apartar las manos del volante más que en rectas. 

Tampoco es nuestra intención, porque este coche proporciona mucha diversión al conductor. 

Es un coche con carácter, transmite sensaciones más directas, uno siente más la carretera y el motor está más presente. En definitiva es más deportivo, más dinámico que el Mercedes. Son dos caracteres diferentes.

Si tú quieres volver a casa después de un día de trabajo con la mayor comodidad y relajación, sin duda la opción es el Mercedes. Las suspensiones ofrecen un confort increíble, el ruido es mínimo, la suavidad de marcha muy elevada y en general te permite ir relajado. El BMW exige una posición más activa del conductor. El Mercedes te da relajo. Y por eso ese el coche que yo querría que me llevara a casa. 

Precisamente, porque cada coche tiene una personalidad muy definida, la elección es una cuestión de gustos. 

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