El Salón de Ginebra acoge la presentación del Nissan Esflow

Tener un coche ecológico no debería suponer una renuncia al placer de conducir. Esta frase resume las intenciones que motivan la fabricación del Nissan Esflow, un concept que verá la luz en el Salón de Ginebra, el próximo mes de marzo.

Un capó largo, un parabrisas envolvente, poderosos pasos de rueda, un habitáculo que sitúa a sus ocupantes en el centro de gravedad del vehículo, propulsión trasera y neumáticos de perfil ultra-bajo son sus señas de identidad, pero hay mucho más. Por ejemplo, un chasis de aluminio que incorpora una jaula de protección para los pasajeros. Y esto es solo el principio: ¿notas algo raro? Efectivamente, no hay espejos retrovisores; han sido sustituidos por pequeñas cámaras que se han colocado en la base de los pilares A. Los faros delanteros también tienen truco, ya que protegen los terminales de carga de las baterías, escondidos en las tomas de aire que hay debajo.

El Nissan Esflow emplea la misma tecnología que el Leaf en la unidad motriz, compuesta por dos motores eléctricos gemelos que en el prototipo se sitúan por delante del eje trasero, en posición central; cada uno de ellos acciona de forma independiente una de las dos ruedas posteriores. Permiten pasar de 0 a 100 km/h en menos de cinco segundos.

La energía empleada por los propulsores se genera en un pack de baterías laminadas (ofrecen una autonomía de hasta 240 km/h) que se colocan a lo largo de los ejes anterior y trasero del coche. Así, se centran las masas del Esflow.

El conductor no podrá mover el asiento para encontrar la postura más cómoda al volante, ya que las banquetas de este biplaza se han moldeado en la mampara trasera y se han recubierto de piel y tela dorada. El volante y los pedales son los que se acercan al automovilista, que tiene a su disposición cuatro pantallas LCD multifunción y un salpicadero adornado con inserciones en fibra de carbono.