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Tecnología gallega en el coche autónomo de Audi

El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) no está involucrado en el desarrollo del Audi RS7 Sportback autopilotado, pero comercializa un módulo que la marca alemana emplea en la toma de datos. Una muestra de tecnología gallega en el coche autónomo de Audi, que también se ha usado en otras 1.000 unidades de coches autónomos de una experiencia de campo europea que concluyó recientemente.

La casualidad quiso que, la misma semana que iba a terminar en Málaga a bordo del Audi RS7 Sportback autónomo en circuito, la comenzara en una jornada organizada por la Asociación Española de Profesionales de la Automoción, en Madrid. En una de las ponencias, descubrí que en Vigo se está llevando a cabo uno de los proyectos FOT (Field Operational Test) sobre conducción autónoma más ambiciosos de toda Europa que ha acabado con un pedazo de tecnología gallega en el coche autónomo de Audi.

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Desde 2010, la DGT y el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) han implantado un corredor de más de 100 km en el entorno de la ciudad más grande de Galicia en el que están aplicando y desarrollando los últimos avances en materia de comunicación entre vehículos (V2V) y de estos con las infraestructuras (V2G). Denominado Siscoga (Sistemas Cooperativos de Galicia), este proyecto es solo el último de los que han participado en el marco de los sistemas de conducción cooperativa que, desde la década de los 90, se están desarrollando en Europa. Concretamente, el módulo gallego en el Audi autónomo es un datalogger de primera generación, de los que el CTAG proveyó recientemente a 1.000 unidades de coche autónomo en uno de los proyectos FOT europeos que culminaron en 2014.

Próximamente, encontrarás en AUTOBILD.ES un extenso reportaje sobre los 100 primeros kilómetros de carretera inteligente en España, aunque esta experiencia no está ligada directamente al módulo de intercambio recogida de datos del CTAG -el dispositivo gallego en el coche autónomo de Audi- que me encontré mientras escudriñaba las entrañas de 'Bobby'. Se trata de un dispositivo, eso sí, que ha nacido de su saber hacer aprehendido en diferentes programas de investigación que facilita la recogida, criba y transmisión de datos sobre la posición, configuración y otras variables de los vehículos involucrados en estos sistemas de transporte cooperativos. En el CTAG, me cuenta José Luis Díez -responsable de Conectividad-, ya están desarrollando la siguiente generación de este aparato, que es un ejemplo magnífico de por qué invertir en I+D puede salir  rentable.

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