Logo Autobild.es

Cara a cara: Mercedes GLE Coupé vs BMW X6

Llega un nuevo SUV con línea deportiva. El Mercedes GLE Coupé lucha contra el BMW X6, dos de los todocaminos coupé más salvajes.

Es una cuestión de gustos: el BMW X6 ya nos provocó con su mezcla de SUV y coupé, y ahora Mercedes coge el testigo. Dos caprichos más caros de lo que nos gustaría, eso sí. Dos Jurassic Cars. Y no los llamamos así por antiguos, precisamente, sino por sus mastodónticas proporciones, con ese extraño concepto offroad mezclado con líneas coupé tan incoherentes a priori, y tan exitosas en la práctica. ¿Una moda que ha venido para quedarse, o algo tan raro como un dinosaurio en el siglo XXI?

No te pierdas:  Los seis rivales del nuevo Mercedes GLE Coupé

De entrada, queda claro que el nuevo Mercedes GLE se ha basado por completo en el concepto inaugurado por su rival: un formato de cuatro puertas y gran portón, con techo inclinado. A primera vista, sus líneas coupé son fluidas y no se ve tan gigantesco como esperábamos. Sigue la tendencia: un morro imponente estilo Actros (el camión de Mercedes) y con muchas molduras; por detrás, una zaga inclinada con una luna trasera reducida que recuerda a los actuales coupés de la marca. Las proporciones son más que considerables: solo el capó ya tiene las medidas de un adulto: 1,75 metros. Detrás, la boca de carga tiene la altura de una mesa, y subirse a este coche requiere, más que nunca, eso: subirse. En definitiva, lo que puede esperarse de un SUV en el sentido tradicional, si no fuera por el incómodo gesto de tener que inclinar la cabeza al montarse. Un pequeño precio a pagar por la línea coupé.

Por dentro, no se diferencia demasiado del GLE original. El puesto de conducción combina la máxima funcionalidad con grandes dosis de lujo, y transmite la sensación de que su elevado precio está bien invertido. Pero quien conozca un ML tal vez se lleve una pequeña decepción. Y es que aparte de su gran pantalla de ocho pulgadas sobre la consola central, el resto no ha cambiado mucho. 

Los asientos traseros son cómodos y el espacio para la cabeza, a pesar del techo inclinado, resulta correcto. Y es que en el GLE Coupé pueden viajar cuatro adultos con desahogo, incluido su equipaje. Aquí entran como poco 620 litros, y si abates los asientos llega a los 1.720. Por supuesto, hay que tener en cuenta a la hora de cargarlo que la línea superior de la boca de carga es más baja de lo habitual. Esta pequeña molestia es compensada con un suelo de carga totalmente plano. 

Aspecto más dinámico del X6

Veamos ahora el BMW X6. Lo cierto es que su aspecto exterior es aún más dinámico y deportivo, una sensación que se acentúa en su interior: delante vas en una postura más baja y en general el espacio es menor, sobre todo detrás, donde el espacio para las piernas y la cabeza se ve perjudicado. La sensación de coupé es mayor aquí dentro que en el Mercedes.

Te interesa: BMW X6 por Lumma Design: un tipo muy serio

El maletero también se amplía abatiendo los asientos, aunque no queda una superficie totalmente plana. Cubica entre 580 y 1.525 litros, cifras más que correctas, pero por debajo de lo que ofrece su rival. Parece mentira que el BMW tenga casi las mismas medidas exteriores que el GLE Coupé, si bien el bávaro es más ligero: pesa 120 kg menos. En total, arroja 2,1 toneladas a la báscula. 

Para comprobar cómo se comportan en carretera, hemos recurrido a variantes diésel, que suelen ser las más exitosas en este tipo de vehículos. En ambos casos, tres litros de cubicaje se reparten en seis cilindros. Los dos coinciden también en potencia: 258 CV. El Mercedes saca ventaja a su rival, eso sí, en el par motor: 620 Nm frente a 560. De sobra para los 2,3 toneladas que arroja el modelo de la marca de la estrella, ahora bien: no es un motor destinado a proporcionar sensaciones deportivas, sino concebido para rodar suave y con una buena reserva de fuerza bajo el pedal del acelerador.

Y es que gira pasando desapercibido por las nueve relaciones de su eficaz cambio automático, y solo en modo Sport parece cobrar algo de alegría. Pero no busques aquí reacciones radicales, sino más bien una conducción agradable. 

Una cosa está clara: en comparación con el GLE normal, los ingenieros de Mercedes han conferido al chasis un tarado más dinámico, y eso se nota al volante. En modo Confort, la suspensión neumática plancha cualquier irregularidad casi sin que te des cuenta, algo que valoras especialmente en trayectos largos. Gracias al limitador de balanceos que actúa por medio del estabilizador en curvas (ActiveCurveSystem) la tranquilidad dentro del habitáculo es total.

Más precisión en curva

Y si esto te parece demasiado blando, tienes el modo Sport, que nunca deja de lado su carácter confortable, aunque aumenta la precisión en curva y te permite una conducción algo más decidida con todas las garantías. Pero con su elevado punto de gravedad y su gran peso, nunca pretende ofrecer sensaciones deportivas.

No te pierdas: ¡Menuda bestia! Así es el BMW X6 M 2015 en circuito

Cambiamos al BMW. No necesitas ser un sismógrafo experimentado para darte cuenta de las diferencias. Donde el GLE planea, el X6 golpea. Sus suspensiones de acero, incluso en el modo Confort de sus cuatro programas de conducción, se dejan notar en el interior. Si pasas a Sport o Sport+, incluso en asfalto en un estado correcto notarás más sacudidas en el interior de las deseadas. Por tanto, queda claro que el confort es aquí algo secundario, y eso vale también para el nivel de rumorosidad. A cambio, eso sí, te dará enormes dosis de diversión al volante. La dirección es más rápida y precisa que en el Mercedes, y el motor reacciona con más viveza al pie derecho: acelera con más empuje, con su eficaz cambio automático de ocho velocidades como el mejor aliado posible. 

En definitiva, es el modelo idóneo para quien busque sensaciones deportivas y, además, con un consumo más contenido: el ordenador del BMW ha reflejado 9, l/100 km (consumo oficial: 6,0), y el del Mercedes, 10,3 (frente a los 7,2 prometidos). Echa un vistazo a este vídeo con la guerra más esperada: Mercedes GLE Coupé contra BMW X6.

Conclusión

Yo creo que sí que existen motivos racionales para decidirse por uno de estos dos coches. Quieres un SUV grande, potente y práctico, pero al mismo tiempo con un diseño que imprima cierta pasión. ¡Bingo! Aunque en el caso de estos dos pierdes algo de espacio a cambio de una estampa más deportiva. Y si hay que decidirse por uno de los dos, el Mercedes es algo más práctico y confortable

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.