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Fórmula 1: el previo del Gran Premio de Italia 2011

Carlos Flores

El Campeonato del Mundo 2011 está a punto de decir adiós a Europa. Y qué mejor escenario para hacerlo que el del Gran Premio de Italia, en el Autodromo Nazionale de Monza. El Gran Premio de Italia es, junto con el británico, el gran clásico de la Fórmula 1: nunca ha estado ausente del calendario. Y todas sus ediciones, salvo la de 1980, se han disputado en la pista lombarda, hogar espiritual de Ferrari y último superviviente de los circuitos de alta velocidad.

Monza es velocidad. La edición de 2003 del Gran Premio de Italia  posee el récord de la media más alta jamás registrada en una carrera. Sobre sus casi 5.800 metros de desarrollo, la inmensa mayoría compuestos de rectas, los monoplazas de Fórmula 1 alcanzan las mayores velocidades del año, y para ello mutan en una especie de Fórmula 3 hiperpotenciados con los alerones reducidos a su mínima expresión. Los motores funcionan a todo gas durante el 75% de la vuelta, la estabilidad en frenada es vital para lidiar con las chicanes y, sobre todo en calificación, los pilotos se pelean con sus volantes para intentar limar décimas al crono a su paso por los pianos.

La mítica pista lombarda tiene también el registro de la llegada más apretada de la Historia de los Grandes Premios de Fórmula 1, que data de 1971, una época en la que, en ausencia de chicanes, las carreras solían convertirse en frenéticas batallas de rebufos, con los coches pasándose y repasándose sin descanso. Tal vez este año, a falta de emoción en la lucha por el título –en la sede de la FIA ya deben de haber encargado grabar el nombre de Sebastian Vettel en el trofeo-, se pueda asistir a un espectáculo similar.

Las innovaciones técnicas de este Gran Premio de Italia 2011, el alerón móvil y el recuperado KERS, combinadas con la posibilidad de que se encuentren en la pista pilotos con los neumáticos en diferentes estados de degradación, deberían bastar para que la acción en la pista no dé tregua. Quién sabe, quizá se pueda incluso asistir a un juego del gato y el ratón, en el que podría ser una ventaja llegar a la última curva, la famosa Parabólica, en segunda posición, coger el rebufo del líder y salir después de su aspiración para cruzar primero la meta…

-Dónde está la emoción: la decisión de la FIA de implantar dos zonas de uso del alerón móvil en Monza aumenta a priori las posibilidades de asistir a grandes duelos y maniobras espectaculares. Otro punto de especial atención es la alta posibilidad de incidentes en la salida. Ver a los 24 coches atravesando sin problemas la primera chicane es prácticamente imposible y, aunque así fuera, poco después llega la segunda, la variante Roggia, que es donde, de hecho, se suele desencadenar el caos en tiempos recientes. Por otro lado, tal vez los pilotos, conscientes de que adelantar no es ahora tan problemático, se lo tomen con más calma en la primera vuelta de este Gran Premio de Italia 2011, y decidan esperar a que puede activarse el alerón para ganar posiciones. Aunque, bien pensado, no es eso lo que sucedió en Spa…

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