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Prueba tus pulsaciones con el CL 63 AMG

Si eres capaz de leer las siguientes líneas y mantener estable tu ritmo cardíaco, enhorabuena: quizá signifique que ya estás de vacaciones y el relax te impide alterarte por nada. Aun así, Mercedes lo intenta con el nuevo CL 63 AMG, que estrena un motor V8 biturbo 5.5 con 544 CV y 800 Nm. También hay cambios exteriores, pero estas cifras casi los relegan a un segundo plano.

Motor: inyección directa y pulverización guiada, combinada con dos turbos y el sistema stop/start. Cambio: AMG Speedshift MCT de siete marchas. La estrategia que Mercedes y su división deportiva se han marcado para 2015 -reducir el consumo y las emisiones de los modelos dotados con este nuevo “hermanamiento” de mecánica y transmisión, a la vez que se alcanzan cotas más altas de prestaciones-, da un paso más en el CL 63, que añade las letras mágicas a su apellido.


El recién estrenado V8 cuenta con una importante carga tecnológica que ayuda a lograr unas cifras impresionantes de potencia y par: 544 CV y 800 Nm que, gracias al “Pack de Prestaciones” preparado por AMG (incluye una cubierta del propulsor con aplicaciones en fibra de carbono), suben hasta los 571 CV y los 900 Nm. Este paquete también rebaja el 0 a 100 (4,4 segundos, frente a los 4,5 que emplea normalmente) y aumenta el límite de velocidad máxima hasta los 300 km/h (habitualmente, está restringida a 250 km/h).

Su consumo de combustible es de 10,5 l/100 km, mientras que las emisiones de CO2 llegan a los 244 g/km. A pesar del incremento de potencia y par, estos dígitos disminuyen en un 38 y un 29%, respectivamente, si los comparas con los que arrojaba la anterior generación del modelo, dotada con un motor 6.3 V8 atmosférico.

Su exterior, más atlético y dinámico, queda subrayado con unas impresionantes llantas de 19 pulgadas, recubiertas con neumáticos en medida 255/40 para el eje delantero y 275/40 para el trasero. En el interior, el volante deportivo AMG, con levas de aluminio, es la mayor novedad, aunque las modificaciones también existen en el equipamiento: una dirección que responde más deprisa en las curvas, un sistema que ayuda a inscribir el coche en los giros frenando la rueda trasera interior y el dispositivo de estabilización en caso de viento lateral forman parte de la dotación de serie. También hay primicias en la lista de “extras”, como el asistente que mantiene el vehículo en el carril para evitar que rebase una línea continua o el avisador de ángulo muerto.
 

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