Fairphone 2: el teléfono respetuoso con sus trabajadores
Mónica Redondo
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El Fairphone 2, es un teléfono holandés que llegará al mercado español alrededor del mes de diciembre. Este novedoso teléfono rompe con las estructuras de producción del mercado. El Fairphone 2 es la evolución del primer Fairphone. Este primer intento fue el primer teléfono justo, fabricado con materiales que no provenían de zonas de conflicto y seleccionando fábricas en China con un historial de respeto al trabajador, salarios competitivos y representación de los trabajadores en la estructura directiva. El teléfono justo comenzó a venderse en diciembre de 2013 y en un año y medio la organización logró vender unas 60.000 unidades (más información). El precio de venta al público es de 525 euros.
El teléfono justo tiene una pantalla de cinco pulgadas, cámara de ocho megapixeles, doble SIM y procesador Snapdragon 801. Que el teléfono sea modular supone sacrificar algunas prestaciones. Tiene 11 mm. de grosor y pesa 148 gramos. Para los usuarios más aventureros es posible cambiar componentes específicos dentro de los módulos. Casi nada está soldado o pegado. Si se rompe el micrófono o el sensor de la cámara es posible cambiar toda la placa o abrirla y cambiar sólo la pieza que está fallando. En el caso que la placa se tuviera que cambiar, el precio de la misma es de 118 euros. En el siguiente vídeo podrás ver como se desmonta el teléfono justo.
La empresa del Fairphone 2 detalla los costes que tiene la fabricación de este teléfono justo. 340 euros es el coste de la fabricación, 118 euros de impuestos y margen comercial. Los 67 euros sobrantes se invierten en diferentes progamas sociales y en el mantenimieto de la organización. Fairphone espera vender unas 140.000 unidades. La previsión de ventas de este teléfono justo comparada con los números de otras empresas de telefonía es muy reducida, no obstante, con estas unidades puede ser suficiente para demostrar que hay otra forma de hacer las cosas en el mundo de la telefonía.
Este dispositivo toma el testigo del primer modelo pero lo hace centrándose en el soporte. Es uno de los primeros teléfonos modulares. Puede desarmarse con un simple destornillador y cada módulo, en su interior, puede ser sustituido por el propio usuario, incluso aunque no tenga grandes conocimientos de electrónica. La marca Fairphone se compromete a seguir fabricando las diferentes partes del teléfono durante cinco años.
Fuente: El Mundo
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