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15 cementerios que debes visitar... vivo

Mónica Redondo

Este fin de semana se celebra el Día de Todos los Santos, y los cementerios se convierten en una visita obligada para honrar la memoria de nuestros seres queridos perdidos. Pero visitar los camposantos no siempre es un sinónimo de tristeza o duelo: como ejemplo, hoy te ofrecemos una selección de los cementerios más bonitos del mundo. Lugares que debes visitar... mientras estés vivo. La mayoría de ellos te encantarán.

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Se aproxima el Día de Todos los Santos 2015 o de Halloween, si tienes un espíritu más anglosajón. Y para celebrarlo se nos ha ocurrido hacerte una propuesta un poco diferente: una ruta por algunos de los cementerios más bonitos del mundo. Lugares que, si puedes, deberías visitar una vez en la vida... mientras estés vivo. Bromas al margen, todos estos camposantos incluyen bellas construcciones históricas o unas vistas inolvidables. La selección, que incluye parajes repartidos por todo el mundo, forma parte de la Ruta Europea de Cementerios (web). No te los pierdas en nuestra galería de imágenes.

Cementerio de Derio (Bilbao)

 El cementerio de Derio se remonta a 1902. Junto con el de Santander y San Sebastián forma parte de la Ruta. Reúne hasta 90 panteones y capillas de valor artístico-cultural, en estilos como el modernismo, expresionismo, neogótico, constructivismo... Muchas de ellas firmadas por artistas bilbaínos, como el escultor Quintín de Torre y los arquitectos José María Basterra y Mario Camiña. Destaca su cripta de la Guerra Civil y su capilla con dos galerías cubiertas (más información). 

Cementerio de La Recoleta (Argentina)

Construido en 1822 toma su nombre del barrio donde se ubica. Reúne imponentes mausoleos y bóvedas. El más visitado es posiblemente el de Evita Perón, aunque no se quedan atrás los panteones construidos por las familias pudientes de mediados del siglos XX. Muchos de ellos, obra de importantes arquitectos, han sido declarados Monumento Histórico Nacional (más información). 

Cementerio de Vilna (Lituania)

 La antigua necrópolis de Rasos es un precioso bosque-cementerio fundado en 1769, donde descansan importantes personajes nacionales. Lo que para el foráneo es un reducto de tranquilidad que invita al paseo, para los lituanos es un destino de gran importancia espiritual. Fue aquí donde, en 1956, una multitud se reunió para protestar por la represión del levantamiento húngaro contra la ocupación soviética (más información).

Cementerio de Hof (Islandia)

 El tercero de los cementerios más bonitos del mundo recuerda al cuento de los hermanos Grimm. Este pequeño camposanto está situado en Öræfi, al este del glaciar de Vatnajökull y al sur del Parque Nacional Skaftafell. Pespunteado con sencillas cruces blancas, en él sobresale la iglesia de madera, Hofskirkja, perfectamente mimetizada con el entorno gracias a su tejado cubierto de hierba (más información).

Cementerio de Niembro (Asturias)

 A medio camino entre Gijón y Santander, en el concejo marinero de Llanes, se encuentra esta parroquia con su camposanto. Singular, porque lo abraza una ría. Caprichoso, porque se halla sobre una península que crece y mengua con las mareas. El mejor momento para visitarlo es a primera hora de la mañana, con pleamar, momento en el que las aguas lo envuelven casi por completo (más información).

Cementerio de Koyasan (Japón)

 El de Okunoin es un complejo religioso rodeado por un extenso cementerio budista. La meta de todo creyente japonés es ser enterrado en este santuario para asegurarse una posición preeminente cuando el Buda del futuro, Miroku, regrese a la Tierra. Al recinto sepulcral se llega a través de un sendero adoquinado y flanqueado por cedros y miles de tumbas, templos y mausoleos de estética impresionante (más información). 

Cementerio de Montmartre (París)

Émile Zola, Stendhal o Degas son algunos de los nombres de la amplia lista de escritores, compositores, artistas, bailarines y directores de cine cuyos restos reposan en esta necrópolis, posiblemente la más famosa de la capital francesa después del Pére Lachaise. Reducto sereno y señorial en el corazón de Montmartre, siempre es un placer ahondar en sus silencios cuando el bullicio invade el barrio (más información).

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Cementerio de Montjuic (Barcelona)

Situado en la emblemática montaña a las afueras de Barcelona, rodeado de espacios verdes y mirando al mar, el cementerio de Montjuic cuenta con una ubicación inmejorable y con un patrimonio artístico que se remonta a finales del siglo XIX. Los visitantes pueden elegir entre tres rutas diurnas y una nocturna. También destaca el Fossar de la Pedrera, un espacio memorial dedicado a las víctimas de la represión y de los bombardeos durante la Guerra Civil (más información).

Cementerio de San Juan (Puerto Rico)

Extramuros del fuerte de San Felipe del Morro, uno de los monumentos más famosos de la isla, se alza la necrópolis de Santa Maria Magdalena de Pazzis. Un cementerio que se remonta a la época colonial y que, mirando al impetuoso Océano Atlántico, lleva siglos siendo la última morada de figuras prominentes (más información). 

Cementerio de Comillas (Cantabria)

Quien se acerca hasta este municipio cántabro lo hace en busca de El Capricho de Gaudí, aunque el no menos importante Lluís Domènech i Montaner también dejó su impronta en el cementerio de Comillas. De estilo modernista, con destacados pináculos decorativos, se levantó sobre las ruinas de una antigua iglesia tardogótica rematada por una obra de mármol, el Ángel Exterminador, del escultor Llimona Bruguera. Entre sus mausoleos es de especial interés el de la familia Piélago (más información).

Cementerio Père Lachaise (París)

Es posiblemente la necrópolis más visitada del Viejo Continente y de todo el planeta. Sus 800.000 residentes, entre los que figuran Édith Piaf, Oscar Wilde, Chopin, Jim Morrison o Delacroix, seguramente tienen la culpa. Abierto en 1804, es un precioso jardín escultórico de 44 hectáreas y cinco entradas. Imprescindible, para no perderse, conseguir un mapa gratuito con la ubicación de las tumbas más relevantes en la oficina situada al sudoeste del cementerio (más información). Sin duda, otro de los cementerios más bonitos del mundo.

Cementerio de Arlington (Estados Unidos)

 Apenas necesita presentación. La Historia y el cine se han encargado de inmortalizar este cementerio militar a orillas del río Potomac, frente al Lincoln Memorial, Washington DC. Aquí está enterrado el presidente JFK y su hermano, el senador Bobby Kennedy; el explorador Robert E. Peary, al que algunos atribuyen el descubrimiento del Polo Norte; y miles de soldados caídos en batalla, entre ellos más de 2.000 combatientes en la Guerra de Secesión (más información).

Cementerio de Sóller (Mallorca)

Modernista y enigmático, el camposanto de Sóller es un vergel en pleno Valle de las Naranjos mallorquín que se remonta a comienzos del siglo XIX. En él destacan distintos panteones y mausoleos con epitafios e inscripciones en castellano, catalán y francés. Si de los monumentos funerarios destacan los de la familia Morell y la Darder Ferrer, el escultor que sobresale por encima del resto es Josep Llimona (más información). 

Cementerio de Kanchanaburi (Tailandia)

Impresiona este cementerio de guerra de los aliados a 129 kilómetros de Bangkok. Un lugar histórico donde fueron enterrados cerca de 7.000 prisioneros de la II Guerra Mundial. La mitad eran británicos y el resto, australianos y holandeses. Muchos de ellos perecieron bajo dominio japonés durante la construcción de la línea de ferrocarril que unía Birmania y Siam (más información). 

Cementerio de Luarca (Asturias)

Construido entre 1809 y 1813, y ubicado en La Portilla, en el promontorio de La Atalaya, vive un poco de espaldas a la villa marinera y comercial de Luarca. Podemos decir que que su contenido no es que tenga una excelente factura en su conjunto, sino que lo que le hace ser tan admirado es el continente y su entorno. Eso es lo que hace aparecer a los ojos de muchos como sublime, y ser uno de los cementerios españoles más fotografiados.

Fuente: Ocholeguas

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