Aquellos maravillosos años...

La publicidad y el automóvil siempre han tenido una intensa relación: un coche es la segunda compra más importante en la vida de una persona (después de una casa) y hay que presentarla de forma original, divertida y, sobre todo, creativa. Este esfuerzo se recompensa en festivales como El Sol, que lleva 25 años premiando los mejores anuncios de todos tipo de bienes de consumo. En 2010, por primera vez, la prensa ha otorgado un galardón especial. ¿Para quién ha sido? Adivina: una mano acariciando el aire desde una ventanilla, paisajes relajantes... “¿Te gusta conducir?”. BMW dio en el clavo con esta sencilla frase, que se ha quedado en la mente de todos, y ha sido merecedora de la distinción.

Este año, Seat, con su enorme monstruo-mascota que apenas cabe en el Altea XL, o Volkswagen, con la moneda que transforma una embarcación en un Polo, son algunos de los contendientes entre las marcas de coches. Pero en este cuarto de siglo, muchas compañías relacionadas con la automoción han pasado por el festival, algunas con auténticas obras de arte, otras con piezas asombrosas o cargadas de humor. En AUTO BILD hemos tenido acceso al archivo de El Sol y hemos seleccionado algunas de ellas para que pases un buen rato. Si te quedas con ganas de más, corre a tu quiosco, donde, en el número 237, te contamos cuáles eran los anuncios más destacados de aquellos maravillosos años...

En 1986, toda una historia se desarrollaba en “flashback” ante tus ojos para explicarte por qué deberías utilizar aceites Repsol. ¡El logo retro es un icono para los amantes de las carreras!

Con una estética futurista, en 1987 Renault se apuntaba al binomio chica-coche, una mezcla que siempre funciona. Y con un un Supercinco, mucho mejor.

“¡Tingo!”, gritaba un niño. “¡Ingo, ingo!”, respondía el otro. En 1994, el Twingo protagonizaba este simpático anuncio, en el que dos pequeños buscaban un abuelo nuevo.

Rescatamos otro clásico, también del 94. ¿Cuántas veces has dicho: “Y el Madrid qué, ¿otra vez campeón de Europa?”? Pues todo empezó en un Mitsubishi Montero y un pueblo perdido...

El cambio de milenio trajo un humor que jugaba con la sorpresa. Un claro ejemplo es esta pieza de Hyundai, de 2000, que tienes que ver hasta el final.

Un año más tarde, la ironía y los tópicos se unían de forma inteligente en el anuncio con el que Volkswagen publicitaba su Passat: casi un corto que te dejaba con ganas de saber cómo terminaba la historia.