Logo Autobild.es

Mazda MX-5 2015, probamos el más barato

El Mazda MX-5 2015 es, en su cuarta generación, el más ambicioso de todos. El roadster japonés es, gracias a la importante reducción de peso que logra, el más deportivo de los MX-5. Pero además de divertido resulta muy exclusivo (la marca prevé vender en nuestro país solo 250 unidades al año). Ya está disponible en los concesionarios españoles: llega con dos motores gasolina (1.5 y 2.0 de 131 y 160 CV, respectivamente) y cuatro acabados. Ahora probamos el motor 1.5, el más asequible de la gama.

El Mazda MX-5 siempre ha sido algo distinto a todo. Por mucho que evoluciones, este roadster puro no debe cambiar en la esencia. Lo comprobamos al volante de a última generación. Esta es la primera prueba del nuevo Mazda MX-5 2015.

Y eso que esta cuarta generación da un paso de gigante. El diseño, respecto al modelo actual, que se presentó en 2006, está a años luz. En su morro ensanchado y poderoso brillan dos delgados faros de LED que potencian su mirada agresiva. Los contornos moldeados de la aletas recuerdan a una botella de Coca Cola de los años 60, las proporciones de la zaga, y sus pilotos, al actual Jaguar F-Type. Nunca, el Mazda MX-5 ha sido tan británico como ahora. Y eso supone, de alguna manera, una vuelta al purismo del primer modelo, aquel roadster de 1989.

El nuevo encoge hasta los 3,92 metros y apenas llega a la tonelada de peso; el modelo de acceso adelgaza 82 kilos respecto a su antecesor. La carrocería reduce 20 kilos, el motor aligera en 18, los asientos ocho, el techo uno. Incluso el arnés de cableado es ahora de aluminio, como el los antiguos coches de Europa del Este. Pero ojo, porque este nuevo Mazda MX-5 no luce para nada tan espartano como aquellos. Por primera vez, el revestimiento de las puertas va en el color de la carrocería, y el plástico granulado tiene un aspecto refinado. 

Y el nuevo Mazda MX-5, por supuesto, se suma a la tendencia de tecnologías avanzadas: preside el salpicadero una gran pantalla y un controlador que, por desgracia, entorpece el juguete más irresistible de este roadster: la palanca del cambio. El mando se sitúa demasiado cerca, y precisamente, esa palanca es con lo que más disfruta un conductor de un Mazda MX-5, y en esta generación con más razón: son, probablemente, los recorridos más cortos que se han plantado sobre cuatro ruedas. Y ese el problema: al usar la palanca, es fácil tocar el menú con el antebrazo. 

Vamos a decir otro par de defectos ante de ponernos a disfrutar al máximo: el respaldo ya no se regula más por rueda (y por tanto, con posiciones infinitas), sino por una palanca y por fases. El volante ya no se regula en altura y en cuanto al techo, después de plegarlo (en unos pocos segundos, como siempre), hay que poner bastante énfasis para que entre en el compartimento trasero. 

Recupera los valores

Pero ahora vayamos a lo importante en este coche: el Mazda ha recuperado los valores de la primera generación, y por tanto vuelve al purismo y la deportividad de antaño. Vayamos a las prestaciones: acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos, mejor que el modelo equivalente anterior, y Mazda promete una velocidad máxima de 200 km/h. Si quieres conducir rápido y a cielo descubierto, eso sí, te recomiendo subir las ventanillas. Si no, olvídate de ir mínimamente peinado. Pero de lo que no cabe duda es de que los 131 CV de su 1,5 litros lo mueven con soltura más que notable.

La suspensión es redonda: parece que en Mazda han tenido compasión de las espaldas de los sufridos conductores de los modelos anteriores, y esta incluso filtra, a pesar de su dureza, y por primera vez pasar por una junta de carretera no se nota hasta en los maxilares.

Y si no quieres que te perturbe el escándalo de su 1,5 litros, te basta con cerrar la capota: ahora aísla mucho mejor que el fino tejido de antaño.

¿Y cómo se comporta? Pues da la impresión de que para girar le basta con la circunferencia de un posavasos. Y recuerda más que nunca al primer modelo. ¿Eso es bueno o malo? Desde luego, más auténtico. En curvas cerradas, en segunda, es fácil que la zaga se desplace antes de que entre en acción el ESP. Los delgados neumáticos de 195 pierden tracción, pero la recuperan solo un cuarto de metro más allá. Puede gustar más o menos esta respuesta, pero lo que está claro es que es más fiel al concepto roadster. Y esta cuarta generación es tan auténtica como la primera. 

Presentación del Mazda MX-5 2015

He viajado a Niza para probar el Mazda MX-5 2015, por fin, ya que la marca japonesa lleva meses ofreciendo imágenes e información sobre el nuevo Mazda MX-5, pero hasta ahora no había habido ocasión de ponerse tras el volante de la cuarta generación del roadster japonés más exitoso de la Historia. Aunque las señas de identidad permanecen inalteradas, este MX-5 profundiza en el lenguaje de diseño KODO y, gracias a las soluciones Skyactiv, llega con una significativa reducción de 100 kg de peso de media respecto de la anterior generación.

Esto se logra ya que no solo algunas partes de la carrocería, también gran parte de la estructura del chasis está realizada en aluminio. Gracias a la configuración de los dos motores disponibles de inicio –un 1.5 y un 2.0, ambos de gasolina e inyección directa- y a la tracción trasera, el nuevo Mazda MX-5 2015 ofrece un reparto de pesos perfecto, de 50/50. No te voy a hablar mucho del diseño porque, como decía antes, llevamos tiempo viendo fotos del MX-5 2015 y una vez que lo he visto, tengo que decir, que resulta impresionante en persona. No es como el Mazda MX-5 tercera generación, al que hubo que acostumbrarse para verle el encanto.
 

Con un calandra mucho más baja, que recupera la forma de trapecio, hecha posible gracias a la tecnología LED de los finos del frontal, la superficie delantera que puede oponer resistencia aerodinámica. Y es que Mazda está ahora a la búsqueda de que sus modelos ofrezcan unos consumos lo más reducidos posible. Durante la presentación del nuevo Mazda MX-5, uno de sus diseñadores explica cómo, para lograr usar la menor cantidad de material posible, han decidido dar a las aristas de la zaga ese corte hacia dentro que deja el maletero en unos 130 l, suficientes para llevar dos maletas pequeñas por otro lado.

En todo caso, la zaga del Mazda MX-5 2015 me gusta bastante más, aunque por qué no decirlo, me recuerda claramente a la del Jaguar F-Type, en parte por la forma de las luces LED. También el aspecto desde el lateral me gusta mucho y es que es en la silueta donde se aprecian mejor todos los músculos de este roádster que ha sido desarrollado bajo el lema “La diversión del momento, la diversión de la vida”. Uno de los aspectos que más me atraen de poder hacer este test del Mazda MX-5 2015 es que gran parte de la reducción de peso que se ha logrado en este modelo ha sido en masas suspendidas ya que tanto el paragolpes frontal como el trasero son ahora de aluminio. De hecho, si colocas un MX-5 anterior junto a un Mazda MX-5 de la cuarta generación, te das cuenta en seguida de que el morro del actual es más bajo, esto se debe a que Mazda ha conseguido bajar la posición del motor y, con él, el centro de gravedad de todo el vehículo.
 

Primera prueba del Mazda MX-5 2.0 Skyactiv

Al volante del nuevo Mazda MX-5 lo primero que noto es que se ha cuidado al máximo la ergonomía del conductor, cosa que siempre ha sido uno de los fuertes de este modelo, pero ahora se ha cuidado más porque el habitáculo ha reducido su tamaño hasta los límites del confort. La unidad a la que pruebo es el MX-5 2.0 Skyactiv-G con el acabado Sport, que incluye unos magníficos asientos Recaro. Una de las novedades del Mazda MX-5 2015 es que lleva un sistema de sonido Bose con altavoces embutidos dentro de los reposacabezas, no me voy a dedicar a probar esto porque solo tengo como una hora para conducir este coche y, encima, en las montañas de la Provenza por donde discurre la ruta se ve que está a punto de caer una gran tormenta.

El volante es fino, pero de un tacto muy agradable, aunque me cuesta un buen rato acostumbrarme a la posición. Hablando de la posición, el asiento de nuevo Mazda MX-5, como todo el resto del vehículo está más cerca del suelo, concretamente mis posaderas están 20 mm más abajo que si me hubiera sentado en un MX-5 de tercera generación.  Por otro lado, tener el habitáculo más pequeño de la historia del modelo ha llevado a esta cuarta generación del Mazda MX-5 a quedarse con lo mínimo, tanto que la columna de la transmisión roba algo del espacio disponible para las piernas. 

Además, me indican desde la marca que se trata de una unidad preserie, por eso voy a dejar en suspenso el asunto de notar algo de calor en la pierna procedente del túnel de transmisión que, espero, no volver a sentir cuando lleguen las primeras unidades definitivas a España en septiembre. La palanca del cambio del nuevo Mazda MX-5 es tan pequeña que parece uno de esos joysticks de los primeros videojuegos de los 80, pero su manejo es más que agradable, tan preciso y el tipo de conducción que exige este coche te obliga a usarla tanto que al final parece parte de tu mano.

No voy a poder hacer una prueba de consumo, porque me toca ascender un puerto y, encima, a los cinco minutos de empezar a conducir el Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G empieza a llover de lo lindo. El sistema de la capota es completamente manual y, felizmente, funciona de manera tan simple y efectiva que te permite desplegarla y volverla a plegar en segundos casi como se monta de una de esas tiendas de campaña automáticas modernas. Mientras la lluvia se hace torrencial y voy levantando una ola con las ruedas pegadas a la montaña noto el zumbido que llega del motor. No es un ruido abrumador y se nota que Mazda tampoco lo ha buscado a través de modificar el tuvo de escape, esto seguro que lo agradecería si tuviera que hacer algún viaje en este coche.

El empuje tampoco es que sea el de un deportivo de altas prestaciones, pero sí es un bloque a bajas vueltas ofrece unas grandes sensaciones y el cambio manual te permite jugar para sacar todo el jugo a la mecánica. Al llegar a la cima, se ha despejado lo suficiente como para plegar la capota, ya estoy listo para la mejor parte. En bajada, la carretera está lo suficientemente seca como para notar que se trata de uno de los coches con tracción trasera más nobles y fáciles de conducir a los que me he subido. Aunque entres pasadísimo en un curva o abras gas bruscamente demasiado pronto, lo único que notas es una pequeña sacudida en el eje trasero y, en seguida, el MX-5 2015 de Mazda está ya colocado justo donde te lo esperas.

El radio de giro es lo suficientemente corto como para maniobrar en las minúsculas poblaciones que se interponen entre Niza y las montañas de la Provenza. En el habitáculo comienzo a sentirme mucho más cómodo que al principio y, ahora que voy sin capota, el ruido que viene del motor me parece mucho más agradable que antes y me acompaña sin llegar a ser demasiado penetrante. Solo queda probar un poco los frenos ahora que acabo de entrar en un tramo seco. Si bajo una tormenta tropical el nuevo Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G Sport me ha dado una sensación de seguridad espectacular, ahora que sé que este coche se detiene tan pronto como cabe de esperar de un modelo de solo 1.000 kg, ya no puedo esperar a que, el próximo mes de septiembre, estén disponibles las primeras unidades de prueba. Y es que me he quedado con ganas de más MX-5, que es, creo, lo mejor que se puede decir de cualquier coche, pero en especial de uno como éste que está únicamente pensado para ofrecer diversión a quien lo lleve. Eso, si eres capaz de sentirte a gusto en su pequeño habitáculo, siempre lo tendrás asegurado.

Prueba del Mazda MX-5 1.5 (por Alfredo Rueda)

Soy un fan de este coche, y de hecho en mi garaje descansa un NB, o segunda generación, que disfruto siempre que puedo. Su conducción es de las más directas e intuitivas que hay. Y lo mejor es que esos genes, en el nuevo modelo, no se han perdido. 

La carrocería, ya lo ves, sí que ha dado un giro radical. Ahora es difícil esconder su cuna japonesa y, personalmente, me recuerda mucho a las líneas de sus compatriotas de Lexus. Sea como fuere, cuando se mostró públicamente tenía mis reticencias a esta nueva estética. Pero al verlo al natural me ha gustado mucho más. Sobre todo desde el puesto de conducción, por las dos nervaduras laterales tan prominentes del capó que me han recordado la línea que seguían los faros del histórico Seat 1.500, utilizado por cientos de taxis de Madrid de los negros y rojos... 

Pero como lo de la estética es muy subjetivo, pasemos a su bien resuelto interior (algo habitual en Mazda), pero con algunas lagunas que me han sorprendido. Primero, la falta de la guantera en el lugar tradicional. ¿Cómo puede ser que el NA y NB, que datan de la década de los 90 sí que tengan? También es verdad que hay un buen hueco entre los respaldos de los asientos, pero no es tan grande y resulta muy incómodo de utilizar. Otra sorpresa me la llevo al intentar regular el volante en distancia... no puedo. Y para un roadster de este tamaño puede resultar fundamental para más de uno/una de tamaño XXL o XS... En fin, salvando estos dos detalles, lo demás no admite más críticas. Todo está en su sitio, los plásticos y los ajustes entre las piezas del moderno salpicadero son dignas y el equipamiento general de esta versión, Luxury, está realmente bien, ya que no faltan elementos como el navegador, los faros LED o asientos de cuero.

Pero como dijo el gran Paco Umbral: "aquí he venido a hablar de mi libro", y el libro de este MX-5, por excelencia, es su deleitadora dinámica de conducción. Con el sonido del motor 1.5 al arrancar, comienza el espectáculo. Y es que, sin llegar a ser estridente, sí es mucho más racing que en generaciones anteriores. Me gusta, y mucho.

Su motor es pequeño (1.5 litros), con solo 131 CV y sin turbo. ¿Cuál es el secreto para cubrir los primeros 100 km/h en el mismo tiempo que un Golf con motor TSI de 150 CV? Pues principalmente, un contenido peso de poco más de 1.000 kilos y una tecnología SkyActiv que provoca una lineal y rápida subida de vueltas en la que no echarás de menos un turbocompresor.

Llegan las curvas y es cuando la diversión alcanzará las máximas cotas. Porque, a pesar de ser un tracción trasera, su equilibrado reparto de pesos (53%/47%), el bajo centro de gravedad y la posición delantera-central del motor, hace que se comporte de forma bastante neutra, hasta que le busques las cosquillas de verdad, momento en el cual empieza a deslizar la zaga de forma noble y siempre controlada por el ESP.

Volante y palanca ponen la guinda a este pastel de experiencias. El primero porque transmite al suelo de forma milimétrica el más mínimo movimiento, como debe ser en todo MX-5 que se precie, y la segunda porque su tamaño y recorridos son tan cortos que un leve golpe de muñeca te bastará para insertar sin titubeos cualquiera de sus seis velocidades.

He dejado para el final el pequeño detalle de su posibilidad descapotable, porque con su disfrute al volante esta característica, para mí, pasa a un segundo plano. Y seguro que cuando sepas que tienes uno por 23.000 euros, para ti, también...

Equipamientos del nuevo Mazda MX-5 2015

El nuevo Mazda MX-5 2015 está disponible en los concesionarios españoles a partir de este mes de septiembre. Cuenta con cuatro niveles de equipamiento (los tres primeros para el Mazda 1.5 l. SKYACTIV-G de 131 CV y los tres últimos para el Mazda MX-5 2.0 l. SKYACTIV-G de 160 CV): Style (que incluye como novedades faros full LED con función diurna, control de crucero, sistema MZD Connect con pantalla táctil de 7” y mando HMI Commander y botón de arranque); Pack Style+ (que por 1.600 euros añade sistema de alerta de cambio involuntario de carril LDWS, climatizador automático, tapicería de cuero, asientos calefactables, sensores de lluvia y luces, retrovisor interior fotosensible, radio digital DAB, retrovisores exteriores en color Piano Black y llantas de aleación de 16” Gun Metallic. Además, la versión 2.0 de 160 CV añade diferencial autoblocante, barra antitorsión y llantas de aleación de 17” Gun Metallic); Luxury (acceso inteligente sin llave, sensores de aparcamiento traseros, control de luces de largo alcance HBC, navegador y sistema de sonido BOSE con 9 altavoces). Un equipamiento que se amplía en el modelo 2.0 con i-Stop & i-Eloop, suspensión deportiva Bilstein, diferencial autoblocante, barra antitorsión, retrovisores exteriores en el color de la carrocería y llantas de aleación de 17” Bright Silver; y Pack Sport (que por 1.600 euros añade al acabado Luxury, sistema de iluminación direccional AFS, asientos Recaro, control de ángulo muerto y alerta de tráfico trasera). Entre las opciones destacan el navegador (400 € para las versiones Style y Style+) y la pintura metalizada (400 y 550 € en el caso del color Soul Red).

Precios del nuevo Mazda MX-5

Los precios del nuevo Mazda MX-5 oscilan de los 25.000 € de la versión 1.5 Style a los 30.600 de la 2.0 Luxury con Pack Sport:

Mazda MX-5 1.5 Style: 25.000 €

Mazda MX-5 1.5 Style+: 26.600 €

Mazda MX-5 1.5 Luxury: 27.800 €

Mazda MX-5 2.0 Style+: 27.800 €

Mazda MX-5 2.0 Luxury: 29.000 €

Mazda MX-5 2.0 Luxury Pack Sport: 30.600 €

A todos estos precios hay que descontar la campaña promocional (2.000 €). Además, aquellos clientes que financien la compra con Mazda (Promofinance) obtendrán una rebaja adicional de 613 € y, de forma gratuita, el servicio Seguridad Mazda 730 (valorado en 481 € y que amplía la cobertura a 5 años o 150.000 km –la marca ofrece de serie 3 años o 100.000 km-). Finalmente, aquellos que apuesten por la Flexiopción como fórmula de compra obtendrán la Seguridad Mazda 730 y tres años de mantenimiento gratuito.

Valoración

0

El Mazda MX-5 2015 es, en su cuarta generación, el más ambicioso de todos. El roadster japonés es, gracias a la importante reducción de peso que logra, el más

Lo mejor

Diseño a años luz del anterior. Sensaciones que produce al conducirlo

Lo peor

Espacio interior. Pocos huecos portaobjetos. Potencia algo justa

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.