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Ruta por los antiguos hayedos alemanes: naturaleza eterna

Alemania es un país forestal. Una tercera parte de su territorio está cubierta de bosques, en total unos 11,1 millones de hectáreas. De todos sus parques naturales, hay cinco que en 2011 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; se trata de los antiguos hayedos alemanes. Una ruta por cinco parques de hayas que nadie debería perderse.

Hace 6.500 años, los hayedos alemanes cubrían el 40% del continente europeo. Y, si el hombre no hubiera ido deforestando la zona para construir ciudades y espacios habitados, los antiguos hayedos alemanes cubrirían grandes áreas del continente. En la actualidad, el hayedo natural de la Gran Llanura solo se conserva en Alemania. Los Antiguos Hayedos de Alemania, patrimonio de la UNESCO desde 2011, se extienden a lo largo de los Parques Nacionales Jasmund y Müritz, en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, del bosque Grumsiner Forst, en Brandeburgo, del Parque Nacional Kellerwald-Edersee, en Hesse, y del Parque Nacional Hainich, en Turingia. Son terrenos únicos, que, por distintas circunstancias, han sobrevivido a la deforestación, y hoy en día suponen auténticas joyas naturales.

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Algunos de los árboles que pueblan estos parques y bosques son centenarios y, gracias a su madera muerta y sus cavidades naturales, ofrecen el hábitat ideal para murciélagos, para aves y otros seres vivos, con lo que se fomenta la biodiversidad. Unas 10.000 especies diferentes de animales, plantas y setas conviven en estos hayedos. Si amas la naturaleza, no te puedes perder la ruta por los Antiguos Hayedos Alemanes:

1. Parque Nacional de Jasmund, en Rügen

El actual Parque Nacional de Jasmund, en Rügen, está formado por hayedos, rocas cretáceas y el mar. Al estar situado al borde de unos acantilados, nunca ha llegado a explotarse; por ello, hoy en día se presenta casi como una auténtica selva virgen.

2. El Parque Nacional de Müritz, de Mecklemburgo-Antepomerania

Los hayedos de Serrahn del Parque Nacional de Müritz, de Mecklemburgo-Antepomerania, fueron el coto de caza privado de los Grandes Duques de Mecklemburgo-Strelitz, con lo que estaba prohibida cualquier otro uso de estos bosques. Esto favoreció que, a día de hoy, sea un bosque frondoso lleno de lagos y pantanos.

3. Grumsin, en Brandeburgo

Grusmin fascina por sus extensos bosques y terrenos abiertos en la reserva de la biosfera de Schorfheide-Chorin. Ofrece un viaje por el tiempo, que permite apreciar las huellas de la edad de los glaciares. Precisamente este escabroso paisaje resultó durante siglos la mejor protección contra la deforestación. Está en Branderburgo, a solo una hora en coche de Berlín.

4. El Parque Nacional de Hainich, en Turingianarran

Los hayedos del Parque Nacional de Hainich, en Turingianarran, forma un espectáculo grandioso dada su impresionante la diversidad de especies de árboles, así como las flores que aparecen en primavera. El  Parque Nacional de Hainich debe su riqueza natural, en cierto modo, a la historia de las dos Alemanias; y es que, en tiempos de la RDA, la región era una zona militar de acceso restringido, lo que favoreció el desarrollo de la flora y la fauna.

5. El Parque Nacional de Kellerwald-Edersee en Hesse

En el Parque Nacional de Kellerwald-Edersee, en Hesse, el hayedo se extiende hasta el límite natural de la vegetación arbórea. Los amantes del senderismo disfrutarán adentrándose en este bosque de ambiente místico. A esto se añade que las bahías del serpenteante lago Edersee se adentran en los bosques, casi a modo de fiordo.

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