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Comparativa: Ford Focus 1.0 contra Renault Megane 1.2

Ford está apostando muy fuerte por sus motores Ecoboost de gasolina como opción de reducido consumo frente a los demandados turbodiésel. Aquí el Ford Focus 1.0 de 100 CV se tiene que ver las caras con el Renault Mégane TCe de 115 CV. ¿Cuál demostrará mejor su valía?

Motorizaciones comparadas:

El Ford Focus 1.0 Ecoboost se enfrenta al Renault Mégane 1.2 TCe con el objetivo de comprobar cuál de ellos es más recomendable como alternativa real a los modelos propulsados por gasóleo. El principal punto discordante entre estos dos modelos es el motor. El Focus apuesta por un tres cilindros que le está dando muchos éxitos a la marca del óvalo y que, debido a su reducido peso, buen empuje y contenido consumo, se coloca como una alternativa verdaderamente interesante a los propulsores turbodiésel. Pero eso es pura teoría. Lo que Ford promete es muy esperanzador.

Motor de Ford Focus y Renault Mégane

Lamentablemente, en esta prueba he descubierto que la realidad demuestra que no es oro todo lo que reluce… No voy a negar que es un motor que sorprende cuando lo pruebas. Pese a sus 999 cc te da mucha más sensación de empuje que su rival francés, que cuenta con 15 CV más potencia. Pero sufre en la lucha contra el crono y no es tan ahorrador como promete. Si realizas una conducción normal, aunque cuenta con Start-Stop de serie, te será difícil bajar de los 7,0 litros de media. Por su parte, la motorización que mueve al Renault Mégane 1.2 TCe es un cuatro cilindros cuya respuesta es completamente lineal y progresiva: empuja de manera constante en todo el rango del cuentavueltas, sin sobresaltos, sin tirones y sin demasiada sensación de potencia...

Por otro lado, el Renault Mégane cuenta con algo más de hueco para la cabeza en las plazas traseras, algo que agradecerás si mides más de 1,80 (metros), pero el Ford Focus 1.0 Ecoboost le gana la partida en el espacio disponible para las piernas. Un apartado que, de manera subjetiva, incrementa notablemente la sensación de espacio. Además, el modelo del óvalo deja el suelo del maletero completamente plano al abatir los respaldos posteriores. Eso sí, como su oponente, te obliga a levantar previamente la banqueta.

Comportamiento de Ford Focus y Renault Mégane

Ya en marcha, no puedo negar que el Ford Focus es el que mejores aptitudes ha mostrado sobre el asfalto, porque su suspensión no es dura ni resulta incómoda, pero, por contra, ayuda a que el Ford se sujete en las curvas como una lapa. Además, cuenta con una dirección más precisa que la de su rival. Por su parte, el Renault Mégane 1.2 TCe es mucho más relajado. Si le aprietas en las curvas, verás que el subviraje es una consecuencia inevitable. Pero si te sientas en el compacto de Renault con espíritu de "voy a disfrutar relajadamente del viaje", comprobarás que es una maravilla, porque tiene un rodar sosegado y un tacto de dirección y cambio muy a tono con esa tendencia.

Lo que sí hay que mencionar es que, gracias a su contenido peso, Renault Mégane 1.2 TCe y Ford Focus 1.0 Ecoboost logran un fantástico resultado en la prueba de frenada, ya que se detienen en menos de 37 metros desde una velocidad de 100 km/h. Finalmente, me gustaría valorar el diseño interior, porque ocurre justo al contrario que con el exterior. El Focus se las da de moderno por fuera y, en cambio, por dentro trata de seguir esa misma línea, pero sin llegar a conseguirlo. Me explico: tiene unos tradicionales relojes analógicos, una consola que busca ofrecer un diseño diferente, pero que acumula excesivos botones, además de una pantalla de navegador pequeña y muy alejada de la vista. En este apartado, el Renault ofrece una mejor solución: el salpicadero cuenta con líneas más sencillas y los elementos se disponen de forma lógica, lo que hace que su manejo sea más intuitivo.

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