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Firenza Can-Am, un Chevrolet made in Suráfrica

Este Firenza Can-Am no será muy bonito, pero si eres coleccionista de rarezas, sigue leyendo porque este Chevrolet made in Suráfrica vaya si lo es

Cuando en los 70, no llegaban versiones de coches de competición al país del, entonces, 'Apartheid', el Firenza Can-Am fue uno de los que intentó rellenar este hueco, y aunque no sea el coche más hermoso de todos los tiempos y su nombre te haga pensar que hubo algún italiano involucrado en el asunto, en realidad, se trata de un Chevrolet made in Suráfrica. De hecho, para que pudiera tomar parte en competiciones se llegaron a montar y homologar hasta 100 unidades.

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El Firenza Can-Am fue creado por una empresa con base en Johanesburgo y hoy en día los coleccionistas surafricanos son capaces de pagar una buena suma por una de las pocas unidades subsistentes. Originalmente, el Chevrolet Can-Am Surafricano era un pequeño coupé de dos puertas y pesa 900 Kg. Aunque en su día podía llevar un motor más pequeño, pero eficaz, solían montarle el V8 de 5.0 litros de un Camaro Z28, con 290 CV, con el que es capaz de llegar a 100 km/h en solo 5,4 segundos.

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De hecho, como sucede con los coches pensados para carreras de drag, tiene un cambio con las dos primeras marchas muy largas, con lo que en primera es capaz de superar los 130 km/h. La velocidad máxima del Can-Am Firenza alcanza los 228 km/h, lo que era algo exagerado en el año 1973. En concreto, la unidad que tienes delante, apodada Rolling Thunder según Carbuzz, lleva un motor incluso todavía más heavy, con 385 CV y extensas modificaciones tanto en el motor, como en el chasis y el sistema de frenos con los que logra hacer el cuarto de milla en 11 segundos, más o menos lo mismo que un Lamboghini Aventador.

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