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Prototipos olvidados: Ferrari F.Z.93 Zagato de 1993

Nacho de Haro

Una de prototipos olvidados y en esta ocasión, con el Ferrari F.Z.93 Zagato de 1993 como protagonista. Se trata de un vehículo conceptual creado por Zagato en la década de 1990 sobre la base del Ferrari 512 TR e inspirado en el Ferrari 643 de Fórmula 1 de 1991, de ahí su denominación F.Z., que se corresponde con “Fórmula Zagato”.

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Volvemos a la carga con la saga de artículos sobre prototipos abandonados en los que te presentamos una serie de sorprendentes modelos conceptuales que, por unos motivos u otros, han caído en el olvido con el paso de los años. Nuestro prototipo olvidado de hoy es el Ferrari F.Z.93 Zagato de 1993, un vehículo de estética sorprendente que hizo su primera aparición pública con motivo de la celebración del Salón de Ginebra de 1993, donde causó sensación gracias a su salvaje diseño.

El Ferrari F.Z.93 Concept, como también se le denomina, está construido sobre la base de la segunda evolución del mítico Ferrari Testarossa, el bonito Ferrari 512 TR, que fue fabricado entre 1991 y 1994. De él toma su chasis, las suspensiones, los muelles y amortiguadores, el motor de 4.9 litros y de doce cilindros opuestos con 490 CV y 491 Nm de par o la caja de cambios de cinco velocidades, que envía ese rendimiento exclusivamente a los dos neumáticos traseros.

[yb:https://youtu.be/OuukhOd-VvQ]

Durante el proceso de creación del Fórmula Zagato 93 -eso es lo que significa el F.Z. que puedes leer en su denominación-, el equipo de diseño de Zagato, encabezado por Ercole Spada, se inspiró en el Ferrari 643 de Fórmula 1 del año 1991. La idea era la de intentar trasladar la apariencia de un bólido de competición de la categoría reina a un deportivo apto para ser usado en la vía pública y el resultado fue el modelo que puedes ver en la galería de imágenes.

La decoración roja y negra con la que aparece el Ferrari F.Z.93 Zagato de 1993 en algunas de las fotografías se cambió rápidamente tras su presentación, desechando así los logotipos distribuidos por el exterior en forma de pegatinas y apostando por el rojo como único tono. Y con el cambio del exterior llegó también un cambio de nombre, pues Zagato decidió denominarlo entonces como Ferrari ES1 (‘ES’ de Ercole Spada, su diseñador). Está claro por qué no ha pasado a la historia, no es precisamente bello, pero por otro lado, varias de sus características sí que han llegado a vehículos de producción como el Ferrari Enzo.

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