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Toyota i-Road: apuesta diferente

Héctor del Prado

El Toyota i-Road no tiene nada que ver con lo que conoces, es nuevo y sorprendente. Este singular vehículo es una especie de mezcla entre un coche y una moto, pero lo mejor de todo es que no tiene nada que ver ni con una ni con otra. Agárrate que vienen curvas...¡y esto se inclina!

Tiene tres ruedas, volante y se inclina, ¿qué es? Nada que hayas visto hasta ahora. El Toyota i-Road es un 'artefacto' realmente curioso. Se mueve gracias a dos motores eléctricos situados en las ruedas delanteras, la rueda que gira es la trasera, se inclina al tomar las curvas y no mide más de 90 cm de ancho. En el exterior lo primero que sorprende es su tamaño, muy compacto: 2,34m de largo y apenas 87cm de ancho. Para que te hagas una idea, en una plaza de aparcamiento convencional, caben cuatro de estos.

Destaca también la disposición de las tres ruedas: dos delante, realmente estrechas (80/90 R16) y que recogen los dos motores eléctricos de 2kW encargados de mover al i-Road y una trasera más ancha (120/90 R10) que se encarga de la dirección. Recopilando información: tenemos una carrocería estrecha y muy ligera (todo el conjunto apenas pesa 300 kg), dos ruedas delante con motores eléctricos integrados que mueven el coche y una rueda detrás que se encarga de girarlo. Su batería le otorga una autonomía de 50 km y tarda tres horas en cargarlas en una toma convencional. En el interior hay un asiento y tras él, otro más pequeño. Tiene capacidad para dos pasajeros, aunque en la plaza trasera sólo viajará con un cierto nivel de comodidad un niño o alguien de baja estatura.

En el asiento del conductor lo primero que sientes es la estrechez del habitáculo. La visibilidad desde el interior es muy buena, con una gran superficie acristalada. Antes de conducirlo hay que recibir algunos consejos, el principal es no pegarse mucho a los coches cuando vayas a tomar una curva. Sin duda la dirección es lo más singular de este coche y es que girar con la rueda trasera te hace reprogramar por completo tu manera de conducir. A la izquierda del volante están los tres mandos del cambio automático: D (hacia delante), N (neutral) y R (marcha atrás). Para afrontar las curvas tienes que fijar un punto imaginario en el suelo sobre el cual quieres que 'rote' el coche, como si fuera un compás en el que la punta son las ruedas delanteras y el lápiz la rueda trasera. Si esto ya resulta complicado de por si, ¡encima se inclina! todo un reto.

Las ruedas delanteras incorporan la tecnología 'Active Lean' de inclinación automática. Este sistema incorpora un motor y un engranaje de inclinación montados sobre la suspensión delantera y conectados mediante una horquilla. Una centralita electrónica calcula la inclinación necesaria en función del ángulo de la dirección, el sensor de giroscopio y la velocidad del vehículo. Tras analizar los datos el sistema mueve las ruedas hacia arriba y hacia abajo en sentido opuesto y aplica la inclinación más adecuada para contrarrestar la fuerza centrífuga del giro. Su tamaño no permite excesos en cuanto a habitabilidad. Está pensado para ir sólo una persona y utilizar la plaza trasera o bien para llevar a un niño o bien para usarlo como maletero. El tiempo dirá si este sistema de movilidad es eficiente y cala entre el gran público, pero lo que sí es un hecho es que el Toyota i-Road es un producto único y quien sabe, quizás el futuro del transporte urbano.

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