Logo Autobild.es

Cómo proteger tu coche del frío

El clima invernal ha llegado para quedarse durante los próximos tres meses. Con los siguientes consejos, podrás proteger tu coche del frío y, de paso, mejorar tu experiencia de conducción, sobre todo a la hora de iniciar la marcha.

El invierno se ha ido adueñando del mapa peninsular, hasta el punto de que las heladas se han instalado ya como parte del paisaje matutino. Es hora de empezar a proteger el coche del frío.

España no es un país de temperaturas bajas extremas, pero si vas a dejar el coche a la intemperie en un lugar en el que el termómetro pueda llegar a bajar de -10 C, ten en cuenta que tanto el diésel como el líquido del circuito de refrigeración pueden congelarse a partir de -20 C.

En el segundo caso, la avería causada es prácticamente irreparable, así que te recomiendo revisar periódicamente el estado del refrigerante porque, con el paso del tiempo, va acumulando impurezas que hacen subir su punto de congelación hasta hacer recomendable el purgado de circuito y la sustitución completa cada cinco años como mucho.

Por suerte, las gasolineras de las zonas de montaña incorporan aditivos especiales en invierno para evitar que el diésel llegue a congelarse. Así, si has repostado antes de salir hacia la estación de esquí y vas a dejar tu vehículo durmiendo a la intemperie, ten en cuenta que, por la mañana, quizá ni arranque...  

Consejos para proteger tu coche del frío:

1. Protege los limpiaparabrisas

Bastará con que pongas un tapón de corcho para evitar que los limpias estén en contacto con la luna para evitar que la goma se endurezca y cuartee mucho antes de la cuenta por culpa de las heladas. 

2. Cuidado con el agua

En una emergencia en verano, puedes rellenar con agua el circuito de refrigeración, pero como lo hagas en invierno, tu coche no pasará de la primera helada. Para que deduzcas tú solo por qué, quizá baste con recordar que el agua incrementa su volumen al congelarse. ¿Te has dejado una cerveza en el congelador? Pues lo mismo, pero aquí revienta el motor.

3. Agua, ni en los limpias

El vaso del sistema lavaparabrisas es menos susceptible de romperse por agua congelada que los finos conductos de la refrigeración, aunque también puede pasar. Eso sí, como no eches producto específico o viertas un poco de alcohol en el depósito, no podrás usar el líquido de los limpias al arrancar por la mañana porque, casi con total seguridad, se habrá congelado en los conductos. 

4. Hielo en las cerraduras

El hielo puede llegar a tapar la ranura por la que se insertan las llaves, pero incluso aunque no sea así, el mecanismo interno puede estar congelado y, en ese caso, o no podrás introducir la llave o esta no girará. Si te ves en esta situación, no tires nunca de fuerza bruta, utiliza un secador de pelo, agua caliente, alcohol... lo que tengas a mano para descongelar esa zona antes de volver a intentar abrir. Para evitar definitivamente el problema, hay aerosoles lubricantes con los que, como el de la imagen, evitarás tener esta incómoda experiencia. 

5. Protección óptima a la intemperie

Si aparcas en la calle y te fastidia mucho el rato que pasas cada mañana hasta que quitas el hielo del parabrisas, puedes evitar que se congele con un parasol de aluminio como el de la imagen. También puede valer uno de manufactura casera de, por ejemplo, cartón con plástico grapado en cada una de las dos caras para evitar que se empape y quede adherido al vidrio. 

6. Rascar, sí; picar, no

Hazte con una rasqueta como la de la foto y guárdala en un lugar accesible de tu coche o en el garaje. Para trabajar lo menos posible, lo mejor es arrancar el coche antes de empezar a rascar el hielo y poner la calefacción para que las lunas se vayan calentando por su parte interior. 

7. Evita la condensación

Para evitar que el agua se condense en el parabrisas de manera preventiva debes, primero, cambiar el filtro de aire del habitáculo y segundo, limpiar regularmente la cara interna de la luna. Para desempañarlo de la manera más rápida, pon el aire acondicionado al principio y abre un poco la ventanilla. 

8. Arranques fríos

Si a tu coche le empieza a costar arrancar, lo más probable es que se deba a que la batería está perdiendo capacidad por el frío. Es aconsejable recargarla al comienzo del invierno y, además, hay un producto para aplicar a los bornes y que no se acumulen depósitos salinos que evitan que haga buen contacto. Si tu coche diésel va a dormir a la intemperie, hay un aditivo de vende Liqui Moly y que baja hasta -20oC como mínimo su punto de congelación.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.