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Comparativa diésel: BMW Serie 5 (2017) contras sus rivales

El nuevo BMW Serie 5 (2017) lleva las novedades dentro, y son muchas. En esta comparativa diésel del BMW Serie 5 (2017) contras sus rivales elegimos las variantes de cuatro cilindros. No lo tiene fácil el bávaro, pero te sorprenderá el resultado.

Motorizaciones comparadas:

En las primeras comparativas con variantes de seis cilindros, el nuevo BMW Serie 5 (2017) batió a sus rivales alemanes. Ahora repetimos, pero con motores de cuatro cilindros, y añadimos la alternativa sueca: el Volvo S90. Comparativa: BMW Serie 5 (2017) vs rivales. Y por supuesto, el Mercedes Clase E y el Audi A6.

A primera vista, no se percibe en el BMW Serie 5 que estemos ante un modelo nuevo. Pero sí puede decirse que los acabados han aumentado varios enteros, y por primera vez en un Serie 5 las superficies y materiales están al nivel que corresponde a su elevado precio. Nuestra unidad de pruebas monta unos butacones opcionales comodísimos para viajes largos, las plazas traseras son espaciosas y el sistema multimedia de navegación ConnectedDrive se ha puesto al día, con una gran pantalla de 10,25 pulgadas de control táctil y gestual. 

El Mercedes Clase E ofrece detrás incluso más espacio. El habitáculo es el más opulento, con madera noble opcional al de la máxima calidad al tacto y a la vista, y unos asientos tan cómodos como los del BMW. Monta en el cockpit las dos enormes pantallas opcionales de 12,3 pulgadas, que integran el navegador Command Online. Todo muy avanzado y con unos gráficos excelentes, si bien la navegación por menús es más compleja que en el BMW. 

El sistema MMI multimedia del Audi A6, comparativamente, se ve más modesto por su pantalla más pequeña de ocho pulgadas, que la única, eso sí, que emerge automáticamente. 

No te pierdas este duelo a fondo del S90 vs Clase E:

Este Audi también lleva asientos muy confortables, y la oferta de espacio es casi tan generosa como la del BMW, con unas plazas traseras muy desahogadas. El Volvo S90, por su parte, es algo menos espacioso en las plazas delanteras, aunque por poco, y no se nota en el día a día. Los asientos tienen regulación de sujeción lateral y para las piernas. Y son realmente confortables, recuerdan a los de la primera clase de un avión. 

Pero donde el Volvo destaca sobre los alemanes es en estilo: su interior es original, moderno y claro, con unos ajustes y materiales al máximo nivel. La gran pantalla táctil tiene un gran aspecto, pero el manejo por los menús nos ha parecido algo engorroso. Como sus rivales, monta un diésel de 2,0 litros de cuatro cilindros, en este caso con 190 CV. Es un bloque muy vivo que permite cruceros elevados sin esfuerzo y armoniza muy bien con el cambio automático de ocho velocidades opcional. Comparativamente, eso sí, es un poco más ruidoso que los alemanes. 

El S90 de esta prueba monta suspensión neumática en el eje trasero, tiene un comportamiento ágil y equilibrado, y recuerda bastante al del Audi A6 de tracción delantera. El alemán tiene un rodar ágil, y eso que pesa, con 1.785 kilos, 83 más que el BMW. Lleva también suspensión neumática opcional detrás, pero no llega a las cotas de suavidad de sus dos rivales alemanes. Y eso tiene que ver con el cambio DSG de siete velocidades opcional, que es algo nervioso en algunas inserciones. Su TDI de 190 CV, eso sí, tiene una entrega lineal de potencia, aunque al acelerar a veces reacciona con una mínima brusquedad. 

El nuevo 2,0 litros de 194 CV del Mercedes tiene un rodar más silencioso y cultivado que el anterior de 2,1 litros. Empuja con brío y sube de vueltas con ganas. El cambio de nueve velocidades de serie es ágil y despierto, y eso le aúpa con las mejores prestaciones y al mismo tiempo el consumo más bajo de los cuatro: 5,5 litros. Monta suspensión neumática, y tengo que decir que esperaba mayor suavidad, como la que he experimentado en sus hermanos de gama. Aquí, sin embargo, ha reaccionado con leve nerviosismo sobre baches cortos. Pero en general, hay que decir que es un coche extremadamente confortable. 

El BMW Serie 5 renuncia a la suspensión neumática, pero monta amortiguadores regulables opcionales. Y son una auténtica gozada: tiene un rodas muy suave, y cuando lo aprietas por carreteras de curvas es sorprendentemente aplomado. Y es que su punto fuerte, especialmente con la dirección a las cuatro ruedas opcional, es la agilidad: girar, frenar y acelerar es diversión pura, y da la impresión de ser un coche más pequeño. El motor de 190 CV tiene mucho brío a la hora de subir de vueltas, y se lleva a las mil maravillas con el cambio automático ZF de ocho velocidades, que raya la perfección: cambia rápido y sin tirones. 

¿Y quién gana? Pues, ateniéndonos a los puntos, el BMW Serie 5 (2017), con 611 de 750, se vuelve a alzar con el primer puesto: espacioso, confortable, lujoso y deportivo. ¿Se puede pedir más?

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