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Comparativa radical: Civic Type R/Megane RS/Leon Cupra

Tres compactos con espíritu deportivo: Honda Civic Type R, Seat Leon Cupra, Renault Mégane RS Trophy R. Las cifras de potencia y prestaciones son espectaculares, pero, ¿qué son capaces de dar en circuito? Lo comprobamos en Sachsenring. Comparativa radical: Civic Type R/Mégane RS/Leon Cupra

Motorizaciones comparadas:

Esta es una comparativa radical: entre el Honda Civic Type R, Mégane RS Trophy R y Seat Leon Cupra. Si se trata poner a prueba la deportividad de un coche, hay un valor incuestionable: el tiempo por vuelta en el exigente circuito de Norsdschleife. En la clase compacta, durante años el líder imbatible e imbatido fue el Renault Mégane RS, con una marca de 8:07,97 minutos.

Hasta que llegó Seat con su León Cupra 280 y logró bajar esta cifra hasta los 7:58,44. Renault no se durmió en los laureles y en junio de 2014 retomó el récord con su Mégane RS Trophy R, que logró un tiempo de 7:54,36 minutos. Lo mantuvo hasta la primavera de 2015, cuando Honda arrasó esta marca con un prototipo del Civic Type R. Nada menos que cuatro segundo logró rascarle a su rival. 

¿Cuál es mejor? ¿El Leon Cupra o el Golf GTI?

Ahora volvemos a traer a estos tres competidores de nuevo al ruedo, en este caso a Sachsenring. El Seat Leon SC Cupra 280, equipado con el paquete opcional Top Performance, retoma la configuración que le dio el récord en su día. El Renault Mégane RS es prácticamente similar al de Nordschleife, excepto los los neumáticos. El Honda Civic Type R lo tiene algo más difícil. Aquel que corrió en el circuito era un prototipo, que adelgazaba su peso prescindiendo del climatizador, el equipo de audio e incluso el asiento del copiloto. Con todo, este Civic llega con el equipamiento GT.

Empecemos por el Cupra. De entrada tiene un aspecto bastante discreto que no delata su poderío interior. Nuestra unidad de pruebas lleva el paquete Top Performance, lo que incluye unas ruedas Michelin Pilot Sport Cup 2 semilslicks de 19 pulgadas, y frenos Brembo en el eje delantero con cuatro pistones y discos de 370 milímetros. 

Compactos radicales

Este paquete, además, te da la opción de suprimir el reposabrazos trasero, la bandeja portaobjetos bajo el asiento del acompañante y cuatro altavoces, en caso e que quieras reducir el peso. Sobre el papel, el español pesa 1.300 kilos, lo que lo convierte en el más ligero de esta comparativa. 

El francés también va un paso más allá para lograr deportividad extrema y, en su versión Trophy-R trabaja el peso en 100 kilos respecto al Mégane RS normal. Lo que hacen, directamente, es extraer las plazas traseras y sustituir las delanteras por unos baquets Recaro de policarbonato, con lo que se quitan de encima 42 kilos.

También renuncian a material aislante, lo que supone otros 18 de ahorro. El escape de titanio Akrapovic con fibra de vidrio, aligera en otros 4 kilos el conjunto, y los discos, ahora de aluminio, otros tres.Son solo algunos ejemplos de la cura de adelgazamiento del francés.

El más pesado de la comparativa es el Civic Type R que, con su acabado GT, parece más enfocado a largos viajes que a un circuito. No solo lleva toda una batería de asistentes electrónicos como el control de trayectoria, el avisador de ángulo muerto, el reconocimiento de señales de tráfico, sensores de lluvia y luces o un asistente para desaparcar, sino también un climatizador bizona y un completo navegador con infoentretenimiento. 

Esto engorda a este Honda Civic Type R GT hasta los 1.392 kilos y eso lo limita inevitablemente en circuito. Y es el único de los tres que no lleva semislicks. A propósito de neumáticos: los del Mégane RS Trophy R son aún más radicales que los Michelin Sport Cup 2 que llevaba en Nordschleife: ahora monta unos Pirelli P Zero Trofeo R.

Arrancamos los motores, que sobre el papel, no se diferencian mucho: todos tienen dos litros de cilindrada y turbo. El Civic es el que le saca mayor rendimiento, con 310 CV a 6.500 rpm y un par máximo de 400 Nm. 

Type R

Los otros dos, llegan a cenit 1.000 vueltas antes: el francés extrae 273 CV a 5.500, y el español 280 a 5.700. El primero, con un par máximo de 360 Nm y el segundo, de 350. Queda claro que los tres van muy bien dotados para quemar rueda en un circuito. El Leon es el que peor acelera de 0 a 100 km/h al hacerlo en 5,9 segundos (el Honda en 5,5 y el Renault en 5,4), pero es el que antes llega a los 200 km/h: en solo 19,7 segundos. 

El Honda Civic gestiona bien tanto potencial gracias a su diferencial mecánico con bloqueo, y a partir de superar un pequeño receso del turbo a 2.000 vueltas, lo cierto es que sale impulsado como si fuera un propulsión trasera. El manejo del cambio es una delicia: preciso, firme y con recorridos cortos, como se espera de un deportivo. 

Por desgracia, el valor de 0 a 200 km/h (20,3 segundos) no es mejor por un salto excesivo entre la cuarta y la quinta relación, que hace caer demasiado las revoluciones. La dirección, a cambio, es excelente: directa y comunicativa, apoyada en el diferencial, permite insertar al coche en las curvas con exactitud y realizar trazos limpios. 

¿Por qué queda entonces tercero en su tiempo por vuelta? Pues por culpa de el elevado peso de su generoso equipamiento GT y sus neumáticos de serie. Con unas gomas más deportivas y renunciando a ese paquete, podría rascar hasta dos segundos más al crono. Tiempo pro vuelta: 1:41,16 minutos.

El Cupra tiene, un diferencial con bloqueo, pero lo cierto es que en primera cuesta mucho dosificar su potencia, y eso penaliza el 0 a 100 km/h. Con todo, su ventaja de potencia respecto al Renault se nota, el empuje es apabullante y sorprende cómo se mantiene según subimos de marchas. Hay que decir que pasa por las curvas preciso y estable pero, cuando son muy rápidas, aparece a veces un subviraje indeseado que hay que corregir. Esto le cuesta quedarse por detrás de su rival francés, con un tiempo en Sachsenring de 1:40,13 minutos.

Cupra

El Mégane también mona un diferencial autoblocante, pero el milagroso grip que logra hay que achacárselo a sus neumáticos de competición. La entrada en acción del turbo, a diferencia del japonés, apenas es perceptible: el empuje, además de brutal, es homogéneo y fluido. Y el cambio tampoco admite reproche: tacto preciso y recorridos cortos. En Sachsenring ha logrado una vuelta en 1:39,15 minutos. 

Mégane RS

Conclusión:

Tenemos un deportivo radical para dos, luego un compacto con más querencia por viajar en carretera que por el circuito y finalmente  devorador de curvas con un maletero muy grande. El primero es el Mégane RS Trophy R, y es que si lo que queremos es hacer la vuelta más rápida, es nuestro coche. El segundo es el Honda Civic Type-R, estéticamente el más espectacular, pero le sobran algunos kilos y las inercias no perdonan en un circuito. Con todo, sus poderosos 310 CV se sienten como prometen, va equipado hasta arriba y es suficientemente confortable para largos trayectos. El Seat Leon Cupra, por su parte, es un coche muy equilibrado y fácil de llevar, estable y preciso en curvas, pero al que le sobra algo de subviraje cuando se trata de rodar al límite. 

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