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Comparativa radical: BMW M135i/Honda Civic Type R/VW Golf R

Tres compactos de potencias descomunales para su tamaño, dándolo todo en circuito. ¿Cuál crees que es más radical? Compruébalo en esta comparativa del Honda Civic Type R contra el BMW M135i y el Volkswagen Golf R

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Los japoneses tienen un eslogan para su nuevo Honda Civic Type R: “Traspasar las fronteras y dejarlo todo detrás”. La pregunta es: ¿eso incluye dejar detrás también a sus principales rivales? Esta es la comparativa del Honda Civic Type R contra el BMW M135i y el Volkswagen Golf R. ¿Quieres verlos antes al detalle? No te pierdas nuestra galería.

Comparativa radical: BMW M135i/Honda Civic Type R/VW Golf R: mucha potencia

Vayamos a la técnica de los tres. Lo primero, poner a cero el cronómetro Seiko. Hablamos de tres compactos con potencias descomunales para su tamaño, no hay que olvidarlo. Y que, en origen, no están concebidos como deportivos de circuito. En origen, claro. 

En el tramo de ‘handling’ rápido del circuito de Contidrom, quien manda es el crono. Aquí no hemos venido a valorar las capacidades de sus maleteros ni lo que cuestan sus seguros, sino la precisión y velocidad con que son capaces de pasar por las curvas, o lo que pueden apurar con cada frenada antes de afrontar cada giro.

Pero los tres se diferencian radicalmente en su configuración. BMW opta por una disposición tradicional en su M135i de 326 CV, con un seis cilindros en línea en posición longitudinal que arroja la fuerza al eje trasero. El Volkswagen Golf se poya en un cuatro cilindros turbo que rinde 300 CV a las cuatro rueda (4Motion), y el Honda opta por el camino más sencillo: dos litros de cuatro cilindros turbo, delantero transversal, tracción delantera, 310 CV. ¿Será suficiente?

Comparativa radical: BMW M135i/Honda Civic Type R/VW Golf R. Un japonés muy eficaz

Lo cierto es que sí, a la vista de cómo rinde en circuito. En esto tienen mucho que ver ciertos trucos muy ingeniosos aplicados a su duro chasis, como los brazos desacoplados del eje para evitar influencias en a dirección. Junto al nuevo motor, es auténtico samurái sobre el asfalto: imparable, aguerrido, no le teme a ninguna curva. Empuja con fuerza brutal, y traza el recorrido con increíble exactitud. 

La dirección reacciona con precisión a las pequeñas correcciones. Los 400 Nm lo hacen terriblemente eficaz a la salida de las curvas cuando se trata de salir disparado, pero también es capaz de transmitirlos con aplomo en carretera (el Type R calza los Continental SportContact 6).

En definitiva, es un coche que deja muy claros sus límites, avisa con tiempo para no traspasarlos y se siente tan ligero y ágil como promete su ficha (unos 130 kilos menos que el BMW). Está libre de reacciones indeseadas en cambios de apoyo y su dirección solo apunta allí donde nosotros queremos.

Pero tiene una pega: los frenos. Cuando pisamos el pedal a elevadas velocidades y cuando hacemos ligeras correcciones, se siente como si flotara. Y eso merma su excepcional precisión. Pero lo compensa con todo lo dicho, más un cambio preciso y de buen tacto. 

En definitiva: aplomado en carretera, supereficaz en circuito, como demuestra su tiempo por vuelta: 1:36,37 minutos.

Comparativa radical: BMW M135i/Honda Civic Type R/VW Golf R. El bávaro tiene carácter de Gran Turismo

El 135i ya empuja con fiereza desde las 1.000 vueltas, apoyado en su excepcional cambio automático de ocho velocidades, que siempre da con la relación exacta, y acompañado por un rugido cautivador. Y es que su motor, todo hay que decirlo, suena más sofisticado que los de sus rivales de ‘solo’ cuatro cilindros. 

Pero el chasis tiene más un tacto de Gran Turismo prestacional, que de un deportivo que te pide llevarlo al límite. En curvas rápidas, por ejemplo, parece que no se pone de acuerdo entre subvirar o dejar que se deslice el eje trasero. Por eso se siente más inestable que el ultrapreciso Honda. Y en giros cortos, hay que tener cuidado con no desmandar demasiado la zaga. Lo cual, también hay que decirlo, también es muy divertido. 

Pero está claro que su terreno son los largos viajes a elevadas velocidades por carretera y autovías alemanas, como delatan sus cómodos y anchos asientos. Aunque insistimos: emplear su dirección de tacto preciso para realizar divertidos drifts a la salida de las curvas en circuito es todo un placer para los sentidos. 

Tiempo por vuelta: 1:36,68 minutos. No está nada mal, pero el Civic es más rápido. 

Comparativa radical: BMW M135i/Honda Civic Type R/VW Golf R. Al Golf le falta espectacularidad

“Con un Golf R, hasta un chimpancé puede circular rápido”, se ha dicho a veces en la redacción de AUTOBILD. Ok, el Golf no es espectacular ni llevado al límite, y es que se deja llevar con absoluta facilidad e incluso con el ESP su respuesta es extremadamente segura. 

A eso le ayuda su tracción integral, que no pierde las formas ni recibiendo los 380 Nm en toda su plenitud en giros cortos. La respuesta lineal del TSI ofrece potencia de forma homogénea en cualquier rango de revoluciones. Y el DSG automático cambia rápido y exacto. A eso añade unos frenos eficaces (aunque con un tacto algo blando y un punto de presión demasiado bajo) y una dirección con buen tacto y respuesta. En modo Race los amortiguadores se endurecen y hay que decir que el coche transmite como ninguno lo que sucede en el asfalto. 

Entrar en las curvas es igual de fácil que salir de ellas, basta pisar un poco el freno, girar el volante y colocar el coche justo donde quieres. Lo dicho: poco espectacular. Y al final, el menos rápido de los tres, lo que no quiere decir que haya hecho un mal tiempo por vuelta: 1:37,38 minutos.

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