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Comparativa: Ford Mondeo/Hyundai Santa Fe/ Renault Espace

Son tres coches de categorías distintas, pero los tres comparten una condición: son familiares. Comprobamos al volante cuál es mejor para llevarse a la prole a cuestas. Comparativa: Ford Mondeo/Hyundai Santa Fe/ Renault Espace.

Seguro que esta comparativa del Ford Mondeo, Hyundai Santa Fe y Renault Espace te choca un poco. Te preguntarás: ¿Tres coches de segmentos diferentes? Te respondemos: los tres son familiares. Y es que, aunque hasta hace bien poco esta etiqueta solo se la llevaría el Ford Mondeo Sportbreak, lo cierto es que el concepto familiar se ha extendido a otras categorías. Hablando en plata: muchas familias prefieren un SUV o un monovolumen.

Comparamos, por tanto, a tres familiares, aunque muy diferentes entre sí, todos con motores diésel: Ford Mondeo Sportbreak 2.0 TDCi, Hyundai Santa Fe 2.2 CRDi 4WD y Renault Espace Espace dCi 160. El Renault Espace ha sabido reinventarse a tiempo. Y es que el referente y pionero indiscutible de los monovolúmenes en Europa ha visto cómo este segmento ha ido perdiendo fuelle en los últimos años a favor de los SUV. 

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Obviamente, Renault no podía cargarse uno de sus modelos más emblemáticos, de modo que le ha dado otro aire en esta última generación: menos alto y espacioso, pero más deportivo y refinado. Más próximo a una berlina ‘premium’, en definitiva. Con un diseño que recuerda vagamente a un SUV, pero también a una berlina familiar. Su diseñador jefe, Laurens van den Acker, ha creado un nuevo segmento: el familiar-SUV-monovolumen.

Aunque en el fondo, no cumple al 100% en ninguna de estas categorías: demasiado deportivo para ser un monovolumen, demasiado bajo para ser un SUV, pero demasiado alto para ser una berlina familiar.

En esta comparativa contra el Ford Mondeo y el Hyundai Santa Fe, dos modelos más definidos, el Espace no puede evitar preguntarse: ¿Qué soy yo realmente? Lo cierto es que su nuevo diseño, más afilado y dinámico, le cuesta espacio respecto a las generaciones anteriores. Pero sigue siendo un coche muy desahogado, ojo. Especialmente en el espacio para equipaje, con un maletero que cubica entre 680 y 2.101, récord absoluto en esta comparativa. 

El Ford Mondeo Sportbreak, con unas medidas exteriores casi idénticas, se queda en un espacio de carga entre 525 y 1.630 litros. No está nada mal, pero podría estar mejor aprovechado, porque el Hyundai, que es un poco más corto, le saca un par de litros. 

Otro punto a favor del Espace: sus ingenieros se han exprimido las meninges para lograr que su espacio sea lo más aprovechable posible. Así, los asientos se abaten como si fueran una coreografía de ballet con solo apretar un botón del maletero, dándole una superficie plana de carga gigantesca.

Pero hay una cosa en la que el Espace no puede puntuar frente a un SUV: la elevada postura al volante, uno de los aspectos más apreciados por quienes compran este tipo de coches. En el Hyundai Santa Fe, vas entronado a 705 milímetros, y en el francés vas un poco más abajo. 

El Mondeo se tiene que conformar con 555 milímetros, pero ojo, no olvidemos que estamos hablando de una berlina, y a muchos conductores les gusta ir más cerca del asfalto. De lo que no cabe duda es que, en términos prácticos, para el día a día, montarse en el Santa Fe y el Espace es más fácil, y su visibilidad es más cómoda para desenvolverse entre el tráfico urbano. 

Por dentro, el Espace es tan “espacial” como su diseño exterior: el cockpit va presidido por una enorme pantalla táctil que, eso sí, requiere un periodo de adaptación. Casi todas las funciones de uso habitual diario se esconden en submenús, con una navegación que no es todo lo intuitiva que debiera.

Algo parecido pasa con el Mondeo. Esta generación ha desterrado la profusión de botones de la anterior, pero no ha logrado con ello que el manejo sea mucho más fácil. Así, por ejemplo, para los diferentes modos de ajuste del chasis, debes navegar por menús a través de los botones del volante. 

El Hyundai lo hace mucho mejor en este apartado. Renuncia a experimentos, cada botón está exactamente donde debe estar. Y el coreano, además, es el que mejor ha cuidado el acabado, con un interior realmente refinado. El Ford y el Renault también puntúan alto en este apartado, pero en algunos detalles quedan por detrás del Hyundai.

En el apartado dinámico, lo cierto es que Renault ha hecho un gran trabajo con el Espace. Y es que sorprende la agilidad con la que se mueve un coche tan grande. El chasis tiene un tarado firme y, aun con las rueda de 19 pulgadas, es suficientemente confortable. Su eje trasero direccional, además, reduce el ángulo de giro del conjunto a bajas velocidades de modo que en ciudad te da la sensación de ir al volante de un coche más pequeño, y a partir de 60 km/h aumenta la estabilidad. 

El Ford Mondeo Sportbreak de esta prueba no llevaba el chasis adaptativo, y aunque tiene un comportamiento equilibrado, no es ni mucho más confortable, ni mucho más deportivo que el francés. El tacto nos ha parecido un tanto descafeinado. El Hyundai tiene la respuesta que se espera de un SUV: la suspensión actúa como corresponde a un coche de su altura, y renuncia a pretensiones dinámicas. Los 200 CV de su motor diésel dan de sobra para mover con soltura el conjunto, pero en ningún caso aspira a una conducción deportiva.

Las prestaciones del Espace son apenas un poco peores, y al volante se siente más dinámico. Y eso que tiene mucha menos potencia: 160 CV. El Ford, por el contrario, tiene prestaciones casi deportivas, aunque también cuenta con el mayor caballaje: 210 CV. 

En consumos, solo nos ha decepcionado el SUV, con 8,3 litros de media en nuestro test, dos más que el Espace. En precio, los tres se pasan de frenada: hay que pagar por encima de 40.000 euros por cada uno. Van muy bien equipados, eso sí, pero se meten peligrosamente en el terreno de las marcas premium.

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