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Comparativa urbanitas: Clio, 208, Fiesta, Rapid y Polo

La ciudad es una jungla perfecta para este tipo de urbanitas con motor de gasolina. Enfrentamos al Renault Clio, Peugeot 208, Ford Fiesta, Skoda Rapid y Volkswagen Polo. ¿podrá el Polo seguir manteniendo su hegemonía?

Motorizaciones comparadas:

Los fantasmas de Volkswagen viven en el este de Europa y responden más concretamente al nombre de Skoda. Y es que, sin duda, la marca checa ha superado con creces el desafío que se marcó cuando entró a formar parte del grupo. En un principio debía ser la alternativa barata que completara la oferta por debajo, pero con el tiempo, el empeño de los checos ha logrado que

sus modelos puedan rivalizar de tú a tú con los coches llegados de Wolfsburgo. El Volkswagen Polo lo ha tenido muy difícil frente al Skoda Spaceback. Como ya sabrás, el modelo alemán se ha actualizado para seguir siendo el rey de la ciudad. Sin duda esto pondrá las cosas más difíciles al checo y también a sus tres rivales con los que se enfrenta en esta comparativa: el ágil Ford Fiesta y dos franceses con mucho diseño y ganas de hacerlo bien, el Renault Clio y el Peugeot 208.

Quinta posición: Renault Clio TCe 90

Comparativa urbanitas: Clio, 208, Fiesta, Rapid y Polo

Laissez faire es un dicho/principio francés que significa dejar hacer. Una buena actitud de vida que Renault ha tenido en cuenta con su Clio. Esa filosofía empieza por su fluido diseño, que recuerda a una carrocería coupé, pero conlleva una clara desventaja: hay poco espacio para los pasajeros de la segunda fila. Además, la visibilidad trasera también se ve bastante mermada. Pero este Renault Clio muestra un talento único para los detalles. Por ejemplo, su sistema multimedia R-Link (590 euros a partir del acabado Dynamique) permite hasta elegir el sonido del motor que quieres escuchar dentro del habitáculo: desde el del Clio V6 hasta el clásico Viastella. Y eso que su mecánica no es muy ambiciosa, ya que ofrece un funcionamiento suave y relajado, pero desde luego no es la más alegre de la comparativa. Los 90 CV carecen de esa chispa que uno se espera de un motor sobrealimentado, pero es que además no es precisamente el que menos gasta de los cinco.

Un chasis demasiado firme para el día a día

El chasis del Renault Clio transmite menos relax que su motor, ya que tiene un tarado duro que viene acentuado por unas llantas opcionales de 17 pulgadas (150 euros). Eso le permite exhibir un comportamiento muy ágil cuando te plantas en una carretera de montaña, pero para el día a día no es lo que buscas. También veo mejorable una dirección con un tacto demasiado difuso y que no informa todo lo bien que uno quisiera de la adherencia del tren delantero. ¿Resultado final? El modelo francés se tiene que conformar con la quinta plaza en esta comparativa. Tampoco ayuda que el precio que te pide Renault sea el más caro de todos.

Cuarta posición: Peugeot 208 1.2 VTi

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El Peugeot 208 no es un coche perfecto, pero logra despertar mucho interés gracias a su estética. Tiene un aspecto realmente atractivo y gusto por los detalles. La postura tras el pequeño volante, con la instrumentación arriba, no gusta a todos... pero sí a muchos. Con su correcto espacio en las plazas traseras este Peugeot se pone el nivel del Polo.

Lo malo del Peugeot 208 VTi es que no es tan alegre en el capítulo mecánico: su tres cilindros de 1,2 litros y 82 CV se muestra perezoso y a partir de la zona media del cuentavueltas es todavía más lento. Eso sí: al menos es ahorrador con sus 5,4 litros de media. Los frenos nos han decepcionado con su distancia cercana a los 38 metros. Es el coche más ligero y así se siente, pero su dirección poco comunicativa y su suspensión, demasiado rígida, no dejan mucho lugar a que te relajes.

Tercera posición: Ford Fiesta 1.0 EcoBoost

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El Ford Fiesta es como un pequeño atleta. Y así se conduce. Bueno, al menos casi. Quien no mire solo por la funcionalidad a la hora de hacerse con un utilitario, tendrá en el Ford a su candidato. Está impulsado por el vivo, y a la vez ahorrador, motor EcoBoost turbo de tres cilindros y añade una dirección precisa y un conjunto de suspensiones excepcional. Pero la vida no siempre es justa, y esto no basta para hacerse con la victoria. No es especialmente espacioso y el lioso manejo de su instrumentación, con la profusión de botones en la consola central y su pequeña pantalla, nos ha puesto de los nervios. Además, hay que pasar por el taller cada 20.000 kilómetros o una vez al año y tiene un precio de reventa comparativamente bajo. Pero, con todo eso, se ha ganado nuestro corazón gracias a su comportamiento.

Segunda posición: Skoda Spaceback 1.2 TSI

Comparativa urbanitas: Clio, 208, Fiesta, Rapid y Polo

Un segundo puesto para Skoda era algo increíble hasta hace poco. Ahora no lo es, porque   tiene un montón de virtudes que saltan a la vista. Para empezar, el Skoda Spaceback destaca por su generoso espacio (muchos modelos del segmentos superior no tienen tanto sitio detrás), su gran maletero (de 415 a 1.380 litros) y su concepción práctica. De nuevo, Skoda vuelve a mostrarse como uno de los fabricantes que más destaca en el apartado práctico. Solo nos ha decepcionado su rudimentario y algo pasado navegador (solo disponible en opción en los acabados más altos) y que su equipamiento en la terminación más modesta deje bastante que desear, ya que necesitas pagar hasta el control de estabilidad como un extra. Su motor de cuatro cilindros y solo 1,2 litros funciona bien, pero es un poco más tosco que el del Polo y con 6,3 litros de gasto medio, consume más. Y parece que en Skoda se han hecho eco de las críticas a sus rígidos chasis: el de este Spaceback tiene una respuesta bastante equilibrada y es cómodo en todo tipo de carreteras.

Espacio de sobra en la segunda fila

Pero como he dicho antes, uno de los aspectos en los que destaca este Skoda Spaceback TSI es en la habitabilidad. Buena culpa de ello la tiene su longitud, ya que es el único que se sitúa por encima de los 4,3 metros. Eso es una ventaja en toda regla y la sabe aprovechar. De todas formas, los responsables de la marca checa se las han ingeniado para que eso no suponga un peso muy por encima de sus rivales. Con 1.158 kilos, el Spaceback puede estar orgulloso de su estado de forma. ¿Y el precio? Para el poco equipamiento que ofrece nos parece que podría mejorar bastante.

Primera posición: Volkswagen Polo 1.2 TSI

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A primera vista, los cambios que trae el nuevo Volkswagen Polo apenas son perceptibles. Uno debe agudizar la vista para ver las novedades. Pero el Polo ha cambiado más de lo que aparenta. Por ejemplo, el 1,2 litros TSI de 90 CV de este Volkswagen es nuevo. Y no, no es el mismo que el del Skoda, con dos válvulas, cadena de distribución y capacidad para cumplir las normativa Euro5. El motor del Polo, aunque tiene la misma cilindrada, incorpora cuatro válvulas, correa de transmisión y cumple con la norma Euro6. El cambio ha merecido la pena: este TSI responde con fuerza, suavidad y además es ahorrador con sus 5,7 litros de media.

El Volkswagen Polo TSI resulta sorprendentemente silencioso para lo que se estila en este segmento. Pero nos ha decepcionado en el apartado del confort, ya que esperábamos más de su suspensión. Sobre asfalto irregular, se muestra demasiado seco y rebotón. Con todo, si son baches amplios, los filtra bien. La nueva dirección electromecánica está muy lograda: es comunicativa y tiene una respuesta precisa. Por eso es un coche con un manejo ágil, solo superado por el del Fiesta. El lavado de cara no ha variado su espacio interior, donde mantiene el tipo.

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