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Prueba DS 3 2015

Pequeño en tamaño, grande en sensaciones. Así es el nuevo DS 3, un utilitario personalizable, moderno y capaz de equipar la mejor tecnología.

Aunque DS es ya una marca separada definitiva y claramente de Citroën, si quieres configurar tu DS 3, debes acceder a él a través de la página web de la marca del doble chevrón.

Pero más que de forma digital, si puedes acceder a él de modo analógica, mucho mejor. Y es que hay que probarlo para saber de qué te voy a hablar. Lo mejor es disfrutarlo, y si es en carreteras reviradas, mejor que mejor, porque es ahí donde se encuentra a gusto de verdad y donde te va a dar lo mejor de sí mismo.

El nuevo DS 3 destaca por su diseño y por sus grandes posibilidades de personalización, ya que ofrece hasta 68 combinaciones diferentes de color de carrocería y techo. Además, presenta novedades como los faros que combinan tecnología LED y xenón. Y en el apartado tecnológico, una nueva pantalla táctil de última generación.

La gama DS 3 está compuesta por tres motores de gasolina y tres diésel. En el primer grupo se encuentran el PureTech de 82 CV, el más económico, pero al que le falta algo de empuje y, por tanto, solo es recomendable si lo vas a usar de forma casi exclusiva en ciudad. El siguiente escalón lo ocupa el PureTech de 110 CV, que está disponible con cambio manual o automático (puedes leer la prueba de esta versión más adelante) y finalmente el THP 165, que también hemos podido probar en detalle. Por su parte, la gama de gasóleo está compuesta por el e-HDi de 90 CV, BlueHDi de 100 CV con Start-Stop y el BlueHDi de 120 CV. Y no hay que olvidar el rey de la gama, el DS 3 Racing, que está equipado con un motor 1.6 turbo de gasolina con 202 CV.

Prueba del DS 3 THP 165 S&S (por Alfredo Rueda)

Sus elementos mecánicos me han parecido bien resueltos, pero si hay uno que me ha llamado la atención por encima del resto es su cambio. Manual, de seis velocidades y muy rápido. Sus inserciones están bien definidas y se puede manejar con una rapidez que acompaña perfectamente el ímpetu de su motor. Sin embargo, su precisión no resulta dura. Y no hay mejor prueba de fuego que reducir de tercera a segunda. En ese recorrido que a muchos se les atraganta, el DS 3 me ha sorprendido porque no recuerdo nada igual de rápido y eficaz en Citroën.

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Aquí comenzarán tus sensaciones deportivas, pero seguirán con su motor. Esta versión del DS 3 THP 165 CV sustituye a la anterior de 155 (prueba del Citroën DS 3 THP 155) con varios cambios en su configuración, pero principalmente con un nuevo diseño de las aspas del turbocompresor y un aumento en la presión de inyección de 120 a 200 bares.

Todo esto, en marcha, se transforma en un empuje contundente y muy lineal. Es cierto que le cuesta un poco coger ritmo en las primeras revoluciones, pero este lapsus dura muy poco y a partir de ahí, estira muy lleno en todo el rango del cuentavueltas hasta por encima de las 6.000 rpm. Y lo hace con un sonido muy deportivo y que en ningún caso resulta estridente ni desagradable.

Sus cifras corroboran esta perfecta conjunción motor-cambio, parando el crono en el 0 a 100 km/h en 8,1 segundos, una cifra respetable e indicadora de su carácter.

Esta fuerte personalidad continúa en el apartado dinámico, algo que me ha vuelto a sorprender por lo bien que se maneja en zonas de curvas.  La diferencia de comportamiento con respecto a lo que acostumbran los coches de su casa matriz es espectacular. Su deportivo tacto no tiene mucho que envidiar a algunos deportivos con más renombre y es que con este DS 3 puedes circular muy rápido.

Para empezar, su dirección de asistencia eléctrica ofrece un término medio ideal: ni muy rápida ni muy directa, pero lo suficientemente eficaz para guiar al DS 3 sin titubeos parásitos ni correcciones imprevistas. Además, la suspensión tiene un tarado firme sin resultar seca ni desagradable y contiene muy bien los balanceos de la pequeña carrocería. Como la fuerza se transmite al eje delantero, evidentemente subvira si buscas los límites, pero el control de estabilidad permite que tú te des cuenta y levantes el pie... si no, él se encargará de cortarte las alitas... y la inyección. Eso sí, sin ser demasiado brusco.

También los frenos brillan, pero no a la altura de los otros elementos del chasis. Y es que su tacto y potencia es bueno, pero se calientan rápidamente y pierden efectividad alargando la frenada.

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En el interior del DS 3 que puedes ver aquí, los asientos delanteros que puedes ver a la derecha recogen el cuerpo como un auténtico bacquet y, lo que es mejor, dejando un buen margen a la comodidad. Algo que no tendrás en las plazas traseras y que también puedes ver en las fotos de la izquierda: el espacio no sobra y, con mi altura, viajarás bastante justo. Además, el maletero también es pequeño, pero lo peor aparece al abatir los respaldos de los asientos traseros, ya que ni se tumban del todo ni quedan enrasados con el suelo.

Con todo lo dicho, parece evidente que, por algo menos de 23.000 euros, tienes un vehículo de sobresaliente relación diversión-precio...

Conclusión

El DS 3 THP 165 CV me ha gustado mucho. Me esperaba un pequeño deportivo sin demasiadas pretensiones, pero su conjunto motor/cambio/chasis puede hacer que disfrutes mucho con él. Su consumo no me ha parecido exagerado y lo mejor es su precio: más que atractivo.

Prueba del DS 3 PureTech 110 S&S EAT6

Este propulsor de 1,2 litros sustituye al anterior 1.2 VTi de 120 CV y está disponible desde junio de 2015. Anteriormente se trataba de un cuatro cilindros y ahora es tricilíndrico. Cuenta con un cilindro menos, pero con la misma cilindrada y algo menos de potencia: 110 CV. 

Se trata de un propulsor que responde de manera enérgica y que da impresión de tener incluso más potencia de la que declara. eso explica sus buenas prestaciones, ya que acelera de 0 a 100 km/h en 9,9 segundos.

La gran ventaja es que el consumo medio se rebaja en 1,8 litros y queda fijado, según cifras declaradas por el propio fabricante, en 4,7 l/100 km, es decir, exáctamente la misma cifra que declara la variante manual. También, lógicamente, se reducen las emisiones en 42 g/km, es decir, un 28% menos que antes.

Sin duda, es de mucha ayuda el sistema Start-Stop que incorpora de serie y hay que valorarlo como una gran mejora, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un vehículo urbano. Y también influye la reducción de peso, ya que es 75 kilos más ligero que antes (55 kg del motor y 20 del cambio).

Respecto al cambio automático, es imprescindible destacar que hay un gran salto cualitativo respecto al anterior, ya que antes solo ofrecía cuatro velocidades y un funcionamiento mucho más tosco. La nueva transmisión, desarrollada por el especialista Aisin para el grupo PSA (también la montan otros modelos de este Grupo empresarial, como el Peugeot 308). En esta primera toma de contacto he podido comprobar que se trata de una transmisión bastante suave, no excesivamente rápida, pero que cumple con solvencia su trabajo. Sin duda, recomendaría este coche con cambio automático, ya que en ciudad, dejar de usar el embrague es una mejora que bien vale los 1.200 euros de diferencia que se establecen respecto a la versión manual. Además, si unos saltos de marchas algo más rápidos y, sobre todo, aprovechar al máximo el régimen del motor, puedes presionar el botón Sport y lograr cierta mejora.

Eso sí, hay dos cosas que no me terminan de encajar. La primera es que se ha hecho un cambio importante en la transmisión respecto al modelo precedente, pero se ha mantenido el diseño de la palanca y del pasillo de la transmisión anterior, así que no hay diferencia estética entre ambos. quizás hubiera sido mejor un rediseño, aunque solo sea en apariencia. Y, por otro lado, al tratarse de una marca que busca exclusividad y cierto enfoque deportivo, echo en falta las levas tras el volante. No obstante, al preguntar a los ingenieros de la marca a este respecto me han explicado que técnicamente es posible ponerlas, así que si detectan esa necesidad por parte de la clientela, en un desarrollo posterior, se podrían montar sin mayor complejidad o inconveniente.

Una cuestión a valorar es por qué DS no se ha planteado una transmisión de doble amrague, como ya montan otros modelos de la competencia. Aseguran que no quieren que la fiabilidad se vea comprometida y no quieren que los costes se eleven. Es comprensible, por su parte. Pero en este apartado se están quedando retrasados.

Sinceramente no ha sido una prueba muy extensa, pero sí lo suficientemente larga para comprobar que el concepto de "Hiperconfort dinámico" que quieren vender es más un concepto de marketing que una realidad. Lógicamente es muy complicado que un coche sea cómodo y dinámico a partes iguales. Y lo que a mi me transmite es que es más confortable que otra cosa. Puede que tenga un punto de firmeza más allá de lo que nos tiene acostumbrado Citroën, pero sin pasarse...

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