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Citroën Cactus M, más que el heredero del Méhari

El Citroën Cactus M debe su apellido a uno de los grandes mitos en la historia de Citroën, pero el concept car que la marca francesa va a presentar en el Salón de Frankfurt podría ser mucho más que el heredero del Méhari.

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La próxima semana, durante el Salón de Frankfurt 2015, Citroën quiere partir la pana con el Citroën Cactus M, que para muchos ya se conocerá siempre como el heredero del Méhari. Si es que alguna vez llega a fabricarse en serie un coche que hoy por hoy es un concept car puro y duro, pero tras conocerlo en persona no puedo más que desear no solo que así sea, sino que también algunas de las soluciones que aporta sean copiadas y pegadas en algunos otros modelos.

Y es que en los últimos tiempos he visto un buen número de mediocridades disfrazadas de concepto rompedor con la excusa de que se inspiraban en los deportes de riesgo, la aventura o cualquier otro aspecto que excusase la falta de imaginación o de propuestas por parte de la marca. El Cactus M de Citroën no es está en absoluto en este grupo, aunque solo sea porque rescata con acierto algunas de las mejores virtudes del Méhari y, además, aporta un buen número de soluciones novedosas y muy útiles orientadas a la práctica de los deportes acuáticos y el disfrute del aire libre. Han traído a la presentación, otro acierto, una unidad magníficamente mantenida por el Conservatorio de Citroën.

Citroën E-Mehari

¿Existe mercado para que algo así llegue a fabricarse en serie? Si del Méhari se llegaron a producir unas 150.000 unidades a lo largo de 20 años y hoy basta acudir a cualquier playa apta para actividades como el surf durante el verano para darse cuenta de que se ha convertido en un deporte de masas, ¿por qué no? Como puedes ver en la galería y en los vídeos, el Citroën Cactus ‘Méhari’ se asienta sobre el Citroën Cactus, pero ha recibido profundas modificaciones, algunas invisibles, como el refuerzo del chasis debido a que este coche no tiene techo, ni ventanas. Además, tanto el parabrisas delantero como el posterior se han llevado hacia los extremos del vehículo y sus pilares colocados a 60º sobre la carrocería se han hecho más robustos también.

Esto le da la nuevo Méhari de Citroën un aspecto extremadamente liviano que se refuerza gracias a la incorporación de las mismas ruedas de mayor diámetro y más estrechas que Bridgestone desarrolló para el BMW i3. Esto hace que la altura del vehículo sea algunos centímetros superior a la del Citroën Cactus y que se queden a la vista muelles y amortiguadores, así como los pequeños discos de freno que se ven a través de unas llantas de radios ultrafinos. Sobre la decoración del exterior y los motivos de la tapicería del interior, que puedes ver en detalle en la galería, solo diré que claramente se inspiran en los diseños de algunas tablas de surf.

Sí me ha gustado mucho el color elegido para este concepto de Méhari del siglo XXI que Citroën llevará al Salón de Frankfurt, un azul o verde turquesa que casa a la perfección con el espíritu de este coche que aporta un gran número de soluciones innovadoras. Para empezar, aunque no tiene techo, el Citroën Cactus M dispone de una capota de lona que se coloca atada a unas pequeñas argollas que hay alrededor del techo y sobre unos bastidores hinchables que soportan su peso sobre el habitáculo.

En el maletero del Cactus M hay un interruptor que enciende el compresor de aire que les da aire y que también hincha cuando es preciso el armazón de la tienda de campaña que hay plegada bajo el doble fondo, en ella pueden caber dos personas y es tan rígida que en su interior pueden colgarse elementos como trajes de neopreno mojados, que pesan lo suyo. Además, la banqueta trasera se pliega hacia delante y, si abres el portón del maletero y colocas unas fundas de tela impermeable con relleno, hay un espacio para que puedan dormir dos personas de hasta dos metros. Estas fundas se enrollan y también pueden servir, por ejemplo, para tumbarte sobre ellas en la playa.

Pero ahí no acaba la cosa, porque también los asientos del Citroën Cactus M son también de neopreno y como todo el habitáculo está hecho de plástico y bajo las alfombrillas hay unos sumideros para desalojar el agua, resulta que si quisieras, podrías conducir el Cactus M justo después de salir del agua sin preocuparte por los materiales del coche, que además se han seleccionado por su elevada resistencia a elementos como el sol y la sal. Una colección de argollas grandes sobre los dos arcos del Cactus sirven para colocar las fijaciones de las tablas de surf en apenas un minuto.

Frédéric Duvernier, el responsable del diseño del Citroën Cactus M me ha asegurado que, aunque el material del que está hecho el concept sea fibra de carbono y de producirse, se emplearía plástico ABS, el peso total del vehículo estaría siempre en todo caso muy por debajo de los 1.000 kg y es que basta con abrir cualquiera de las dos puertas para darse cuenta de que este es un coche verdaderamente minimalista: los tiradores son dos cordones de nylon y como no hay ventanas, tampoco motor que las mueva. A las plazas traseras se accede a través de un estribo que hay en el lateral de la carrocería y que es uno de los pequeños homenajes al Méhari original.

Dentro de unos días, empezaremos a saber si el Cactus M tiene o no posibilidades, Frédéric Duvernier me asegura que con este concepto quieren romper la pana en el Salón de Frankfurt, que para los franceses se ha convertido en una especie de escenario de guerra en el que las marcas alemanas despliegan su poder. “Nosotros no queremos hablar de caballos, ni siquiera de tecnología, queríamos contar una historia y creo que el Citroën Cactus M está repleto de ellas”, afirmaba. No podría estar más de acuerdo con él, es más, para mí este concepto recupera la esencia de lo que es en realidad el automóvil, al menos en lo que libertad se refiere, el invento que más ha cambiado la sociedad humana en toda su historia.

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