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Citroën C4 Picasso contra Opel Zafira, ¡toma diversión!

¿Cómo que un monovolumen es aburrido? Hoy enfrentamos al Citroën C4 Picasso y el Opel Zafiro para demostrarte que no.

Motorizaciones comparadas:

Hoy nos proponemos un reto: demostrar que los monovolúmenes no son aburridos. Lo hacemos con dos superventas: el Citroën C4 Picasso y el Opel Zafira. Y empezamos dando datos de los que gustan, como que el Opel acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos, el Citroën también es rápido, lo hace en 10,4. Y los dos sobrepasan claramente los 200 km/h. No está nada mal para dos burgueses monovolúmenes compactos con motores diésel, ¿verdad?

Papá puede fardar de tener un coche con el que rodar por el carril izquierdo sin miedo a que las mejores berlinas le den ráfagas para que se aparte... Pero también son coches familiares que miran por la economía y no son para nada gastones: el C4 Grand 
Picasso ha consumido una media de 5,7 l/100 km y el Zafira 6,2.

El Opel está propulsado por un motor 2,0 litros diésel convenientemente puesto al día. Cumple con la normativa Euro 6 y rinde 170 CV, frente a los 165 del modelo anterior. Tiene un par máximo de 400 Nm a 1.750 vueltas. No es especialmente silencioso, pero nunca llega a hacerse molesto en el interior. El Zafira Tourer de esta comparativa equipa el chasis FlexRide con amortiguación regulable electrónicamente (870 euros). Eso le proporciona un rodar firme y, a la vez, eficaz sobre terrenos irregulares. Su dirección, muy directa, aporta un comportamiento más ágil que el del Citroën.

Las berlinas y monovolúmenes que menos se devalúan

El C4 se mueve de forma muy relajada y su conducción es confortable, si bien filtra peor los baches que el Zafira. Su motor diésel puede plantar cara a su rival con sus 150 CV y 370 Nm de par a 2.000 vueltas. Nuestra unidad de pruebas monta la caja automática de seis relaciones EAT6, que no resulta del todo convincente. Tiene una respuesta algo perezosa y merma el ímpetu del motor diésel que, por otro lado, tiene un funcionamiento algo tosco. 

Por dentro, el C4 se basa en el encanto, la elegancia en los acabados y el diseño; y no tanto en la sencillez de su manejo. Así, nos encontramos con un interior atractivo, colores variados y superficies bien terminadas. Los asientos con función masaje (acabado Exclusive) ofrecen confort sin límites, pero echamos en falta más sujeción lateral. 

El Zafira es otra cosa: los magníficos asientos delanteros son firmes, agarran el cuerpo muy bien y son indiscutiblemente cómodos. Está claro que viajarás en primera clase en el Opel. Sus butacas traseras están muy bien resueltas: si desmontas el reposabrazos central, te aseguro que irás realmente cómodo. 

La segunda filadel Citroën no está tan lograda. Las tres plazas individuales son demasiado pequeñas para que los adultos viajen cómodos y la banqueta y el respaldo solo se pueden regular, aunque no lo suficiente.

Nuestro C4 Grand Picasso Intense con cambio automático cuesta 31.810 euros. Su equipamiento es muy completo y ofrece muchos lujos. El Zafira Tourer con acabado Exclusive también con transmisión automática está disponible por 32.300 euros. ¿Con cuál te quedas? Nosotros lo tenemos claro: preferimos el Opel.

Conclusión:

Útil, espacioso y práctico. Así debe ser un monovolumen. Pero algunos también ofrecen diversión. Sobre todo el Opel, con su brioso diésel y su equilibrado chasis. El Citroën también cuenta con un motor potente y mucho estilo en el interior. Los dos son coches más que apetecibles para la familia.

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