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Chevrolet Volt: electricidad de largo recorrido

El Chevrolet Volt combina un motor eléctrico con otro de gasolina, pero el de combustión no mueve las ruedas, solo se encarga de regenerar la energía de la batería

El Chevrolet Volt sale de la planta de General Motors en Detroit. Es una berlina de cinco puertas y cuatro plazas, dotada de un sistema híbrido de propulsión que combina dos motores eléctricos y uno térmico. En Chevrolet se refieren a su coche como un eléctrico de autonomía extendida, porque son solo sus motores eléctricos los que se encargan de moverlo. Funciona exactamente igual que su modelo gemelo, el Opel Ampera, ya que cuando se agota la energía almacenada en la batería, un motor de gasolina de cuatro cilindros la recarga. Eso explica su funcionamiento tan suave, porque el motor eléctrico siempre sigue en marcha. A diferencia de los híbridos enchufables, como el Toyota Prius Plug-in, la misión del motor de combustión no es mover las ruedas, sino simplemente regenerar energía.
 

¿Cómo funciona un eléctrico de autonomía extendida?

Lo primero que debes hacer para tener el Volt operativo es cargar la batería enchufándolo a la red. Una vez ha terminado el proceso, comienzas a conducir en modo totalmente eléctrico hasta que la batería se empieza a agotar. En este momento o cuando la temperatura ambiente es muy baja, el motor 1.4 de 86 CV entra en funcionamiento para ponerse a girar a un régimen constante y alimentar así a los propulsores eléctricos que, en conjunto, rinden una potencia de 151 CV y un par de 370 Nm.


Modos de conducción del Chevrolet Volt

Con la batería cargada al máximo, el Chevrolet Volt puede lograr una autonomía de unos 60 km, aunque para lograrlo hay que colocar la palanca de cambios en posición L, porque el motor retiene más y te obliga a pisar menos el freno, logrando que el sistema Voltec trabaje de forma óptima y así se alargue al máximo la autonomía eléctrica.

Tiene distintos modos de conducción: Normal, Sport (respuesta más viva que en Normal, pero menor eficiencia), Montaña (reserva una parte de la batería y reduce la potencia y autonomía, pero asegura una buena respuesta en pendientes y zonas escarpadas), y Retener, que obliga a que solo trabaje el motor de combustión para que el conductor aproveche el modo eléctrico cuando desee, es decir, que es la posición idónea para circular por autopista sin gastar la energía de las baterías y así aprovecharla al llegar a la ciudad, que es donde más partido se le saca, dado que en las fases de deceleración y frenado (semáforos, atascos, pasos de peatones…) se va regenerando.
 
Lo cierto es que, comparado con un Toyota Prius (prueba del Toyota Prius plus), el Volt rueda en modo totalmente eléctrico todo el tiempo y es capaz de hacerlo a velocidades altas. Pero sin duda, el dato más destacable es su gran autonomía de 610 kilómetros, sobre todo teniendo en cuenta qué tipo de vehículo es.


Dinamismo del Volt

Nada más sentarme en el Volt veo que es un coche diferente. En lugar de una llave, un botón azul es el que da vida a su motor eléctrico y, en vez de los clásicos relojes analógicos con agujas, una pantalla digital me indica todo tipo de parámetros.

En esta prueba he comprobado que su comportamiento es suave, sin mostrar signos de un gran dinamismo ni en modo Sport. Es perfectamente apto para viajar, porque la suspensión filtra bien los baches. Pero para lograr una mejor eficiencia aerodinámica (Cx: 0,28) la carrocería va muy cerca del suelo y es relativamente habitual rozar en la entrada de los garajes y al pasar por badenes. Lo que más me ha gustado es su reducido radio de giro, que lo hace muy manejable en ciudad.

El Chevrolet Volt cuenta con un interior bastante futurista, sobre todo, en la zona de la consola y los relojes. Me ha gustado en esta prueba mucho la instrumentación táctil de la consola central. Funciona solo con poner el dedo encima. Un toque de modernidad que le va de maravilla. Además, el habitáculo es amplio y en la segunda fila de asientos sobra espacio para las piernas, aunque solo hay dos plazas y el hueco para la cabeza es más justo.

Puede que los 40.000 euros (descontando los 4.000 euros de ayudas del Gobierno) que cuesta el Chevrolet Volt te parezcan una locura, pero si te digo que en condiciones reales de circulación te ahorras unos cinco euros cada 100 kilómetros creo que es, por lo menos, para reconsiderarlo. Es un coche casi único en su especie, de aspecto moderno, con tecnología muy avanzada y, sobre todo, muy eficiente. Personalmente, me parece una propuesta muy lógica.

Valoración

Nota5

El Chevrolet Volt combina un motor eléctrico con otro de gasolina, pero el de combustión no mueve las ruedas, solo se encarga de regenerar la energía de la batería

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