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Chevrolet Camaro ZL1: 580 CV a la americana

El Chevrolet Camaro ZL1 es el hermano pequeño del Corvette, pero ha crecido y llega dispuesto a comerse el mundo con sus 580 CV. ¿Lo conseguirá? AUTOBILD.ES lo ha probado en Indianápolis, EEUU.

Al Chevtolet Camaro le pasa como al Chevrolet Corvette: ambos son una leyenda en sí mismos, sin que uno tenga que citar siquiera el fabricante. De hecho, ambos hacen olvidar a muchos profanos el nombre de la familia de la que proceden... Sin embargo, los dos deben a Chevrolet, centenario fabricante de Detroit, un ADN genuinamente americano, cargado de historia, diseño, potencia... y muchos triunfos deportivos. Y el nuevo Chevrolet Camaro ZL1 -con sus 580 CV-, es un buen ejemplo de ello. 

Ahora, igual que el Marc Gasol que llega a EEUU para robarle protagonismo a Pau en la NBA, el Chevrolet Camaro ZL1 ha entrado en otra liga, porque acelera de 0 a 100 km/h en cuatro segundos y es capaz de dar una vuelta al antiguo trazado alemán de Nürburgring en 7:41.27. ¿Cómo?

Para empezar, tal como he podido comprobar de primera mano en el estado de Indiana, su diseño es ahora aún más musculoso (como buen heredero de los llamados 'muscle cars' americanos) que su hermano mellizo, el Camaro 'convencional', aunque sus cotas generales no varían prácticamente y la primera impresión es de un coche potente y compacto -hasta un poco 'mazacote', para el gusto europeo-. A la misma 'joroba en el capó para ganar en espacio y refrigeración y un 'spoiler' trasero similar, se añaden llantas especiales, labio delantero rediseñado para dirigir mejor los flujos aerodinámicos hacia la zona de los bajos...

Y es ahí donde está otra de sus particularidades del Chevrolet Camaro ZL1, el 'efecto suelo' que produce este diseño sin recurrir a los antiguos -y peligrosos- fondos planos que llevaban antaño muchos coches de competición, y que en más de una ocasión acabaron en trágicos despegues aéreos ante la menor turbulencia que se producía.

Chevrolet Camaro ZL1 de 580 CV rojo y blanco

El otro secreto es su brutal aceleración, gracias a su bloque de 6,2 litros y 580 CV, asociado a una caja automática -o manual de seis relaciones- y a un sistema basado en las populares carreras de 'dragsters' (dos coches se miden en una recta) en las que Chevrolet siempre ha estado presente.

De hecho, en la mismísima pista Lucas Oil Raceway, en Indianápolis (EEUU), he tenido la oportunidad de probar ese sistema de gestión que el fabricante denomina 'Performance Traction Management' (PTM) con control magnético, y cuya finalidad es acelerar al máximo y derrapar al mínimo. Y la verdad es que funciona, ¡vaya si funciona! Pero claro, para volver a la realidad y poder percibir la verdadera proporción de las cosas (aunque en este país todo sea a lo grande), había que levantar el pie y sacar a pasear al nuevo Camaro ZL1 por vías públicas.

Por ciudades, pueblos y carreteras de Indiana

Este 'Chevy' tiene un tacto sólido en cuanto te colocas ante un volante (que habrás visto en muchos Opel) rematado con una textura aterciopeladamente 'racing', igual que la palanca de cambios. El engranaje de la caja manual es bastante rápido y el hecho de que exista esta opción es un regalo para los europeos de la vieja escuela a los que nos sigue gustando jugar con las marchas en los deportivos.

Sin embargo, en ciudad se llega a hacer incómoda: las inercias del motor son tales que, al cambiar, debes levantar el embrague rápido (sin dar mucho tirón) y demorar un poco más de la cuenta el pisotón siguiente al pedal derecho. Si no, es fácil subir marcha con el motor acelerado. Eso sí, la gran ventaja es que entre una marcha y la siguiente no hay que preocuparse por perder par motor, porque este Chevrolet Camaro ZL1 derrocha potencia.

Un diseño inconfundible

El V8 recupera en carreteras reviradas a las mil maravillas, y puedes pasar de 50 a 80 km/h en cuarta, quinta... e incluso en sexta, si no hay mucho desnivel. En curvas cerradas y cambios de rasante, el prominente capó dificulta la visibilidad, un punto que también se resiente en los laterales y detrás, por su elevada línea de cintura o su grueso montante posterior (en verano saldrá en EEUU un Chevrolet Camaro ZL1 descapotable sin este problema). Y ello no se soluciona elevando el asiento en un puesto de conducción ya de por sí alto para un deportivo.

No obstante, ¡esto es un Camaro, 'my friend'! Un coche diferente, llamativo y cuyas concesiones al diseño, aunque sean en detrimento del confort, bien acaban mereciendo la pena.

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