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Chevrolet Aveo: se pone serio

El Chevrolet Aveo 1.6 ofrece un buen precio y bastante espacio interior, por eso siempre ha estado entre los favoritos del público. Ahora, la nueva generación presenta unas armas muy potentes. En su versión LTZ lo puedes conseguir por 14.250 euros.

Con el cambio de modelo, el Chevrolet Aveo ha dado un salto en cuanto a calidad bastante importante. Lo noto nada más entrar. Me acoplo en unos asientos de mullido duro que, aunque no tienen regulación lumbar, no llegan a cansar cuando estás mucho tiempo al volante. Los respaldos sujetan el cuerpo razonablemente bien y la banqueta, un poco más larga de lo habitual, hace lo propio con las piernas.

Lo que más me llama la atención del nuevo habitáculo es el cuadro de relojes. Me causa buena impresión, al igual que lo hace el diseño del salpicadero. Utiliza materiales duros al tacto, pero en el acabado LTZ los dos tonos crean un ambiente agradable que no se rompe por malos ajustes o juntas demasiado anchas.

Con este buen sabor de boca me paso a las plazas traseras, que ofrecen una postura relajada con un mullido más duro que los asientos delanteros. También están algo más elevadas para mejorar la visibilidad. Por el propio tamaño del coche no te vas a encontrar con un espacio de locura, pero este apartado está bien resuelto.

Donde sí hay desahogo, y mucho, es hacia arriba, ya que la forma de su carrocería le permite ofrecer una buena altura libre interior. Su maletero está elevado con respecto al suelo, por lo que tendrás que sudar si quieres cargar maletas pesadas. Tienes un doble fondo donde puedes meter bolsas o algo poco voluminoso que vaya más protegido. Sus formas son aprovechables y su capacidad, 290 litros, la que te puedes esperar de un coche de poco más de cuatro metros.

Giro la llave y cobra vida el 1.6 de 115 CV del nuevo Chevrolet Aveo, que solo está disponible con el acabado LTZ (el más alto). El ralentí es muy suave, al igual que a velocidades de ciudad. No esperes que te cuente que si piso a fondo el coche sale disparado: me toca reducir, tarea agradable tanto por el tacto del embrague como de la propia caja de cambios. Ésta es precisa y razonablemente rápida, algo que agradezco en cuanto salgo por una carretera comarcal hacia la autopista.

En zonas de curvas hace gala de un tarado de suspensiones efectivo, y eso que es más bien durito. Marca las irregularidades del asfalto, aunque esto es por el menor perfil de los neumáticos de las llantas opcionales de 17”.

Tiene una dirección agradable y precisa, además de unos frenos que se vienen abajo en uso intensivo, algo que tampoco tengo muy en cuenta: el espíritu de este coche no es el de un Chevrolet Camaro. En conducción tranquila soporta un uso continuado sin problemas.

Por su parte, el motor te invita a subir de vueltas, ya que la zona buena la ofrece un poco antes de las 4.000 rpm hasta más allá de las 6.000. A cambio, tendrás que pagar un peaje elevado en cuanto a consumo: es fácil gastar más de ocho litros si conduces alegremente. Esa cifra se queda lejos cuando vas por autopista a 120. A esta velocidad, la quinta para la aguja en 3.700 vueltas, un régimen que me hace desear una sexta de desahogo un poco más larga. También la rumorosidad de este Aveo 1.6 me recuerda eso de la sexta marcha: en recorridos largos se te puede hacer un poco cuesta arriba.

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El Chevrolet Aveo 1.6 ofrece un buen precio y bastante espacio interior, por eso siempre ha estado entre los favoritos del público. Ahora, la nueva generación

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