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Cara a cara: Mercedes AMG A45 vs. Audi RS 3. Rabia compacta

Después del último lavado de cara, la versión más deportiva del Clase A radicaliza su respuesta. Lo comprobamos en circuito, enfrentándolo a toda una referencia de esta categoría: el Audi RS 3

Motorizaciones comparadas:

Los de Stuttgart se han puesto las pilas con su pequeño deportivo, aprovechando el lavado de cara de la Clase A. Y nos parece la mejor ocasión para enfrentarlo a una de las referencias del segmento. Bienvenidos al cara a cara entre el Mercedes AMG A45 y el Audi RS 3. Rabia compacta.

La variante deportiva del Clase A apuesta aún más por el dinamismo, y eso se ve ya desde las cifras: su cuatro cilindros aumenta la potencia en 21 CV, y el par en 15 Nm. Pero no solo: ahora, la fuerza se distribuye con mayor eficiencia a las cuatro rudas. 

El cambio, entre la tercera y la séptima marcha, responde más rápido que antes y las respuestas al acelerador son ahora más espontáneas. Asimismo, gracias a su chasis adaptativo Ride Control, los amortiguadores proveen al coche de un agarre excepcional, sin por ello castigar tus riñones cuado el asfalto se vuelve irregular. Además, gracias a su diferencial con bloqueo delantero, no solo mantiene mejor la trayectoria en línea recta, también da más margen y eficacia en curvas. 

Muchos modos de conducción

Para elegir los diferentes modos de conducción solo tienes que girar el mando de la consola central. Desde aquí se controla la respuesta del motor, la dirección, el cambio, el chasis y hasta el sonido. Así, puedes tener un comportamiento razonablemente cómodo para un uso diario, y otro más puntiagudo si te quieres pegar un atracón de curvas por carreteras reviradas.

No podemos dejar de recomendarte el paquete Dynamic opcional, que junto al chasis adaptativo y el diferencial autoblocante añade un quinto modo de conducción, llamado Race. Lo primero que notas aquí es que el cambio inserta aún antes cada vez que la aguja roza la zona roja del cuentavueltas. Es tan rápido y preciso, que incluso en cada cambio la las revoluciones se mantienen arriba. Y la nueva configuración de su Launch Control le permite afinar aún más los registros de 0 a 100 km/h. Y no para aquí: es capaz de alcanzar los 200 km/h en solo 15,9 segundos. 

Audi RS 3: rodar rápido es cosa de niños

Con todo, eso sí, el RS 3 sigue siendo más rápido a la hora de cubrir esta marca: lo hace un segundo antes. Y es que el S-Tronic logra rascar siempre algunas décimas al Mercedes, porque sus inserciones son todavía más rápidas.

Además, su cinco cilindros con turbo responde aún más espontáneo al acelerador y permite una mejor dosificación, con un capacidad más viva a la hora de subir desde bajas vueltas.  

La evolución se siente en circuito

Las mejoras llevadas a cabo en el Clase A se perciben sobre todo en circuito. Ahora tiene una respuesta más equilibrada en curvas, no solo al entrar: también sale de ellas con más impulso y precisión. Y es que, gracias a su nuevo diferencial, apenas queda rastro del subviraje de antaño. La dirección es más precisa y comunicativa, y la zaga se coloca solícita en cada giro, sin sobresaltos. 

Con todo, el Audi sigue sorprendiendo por su facilidad pasmosa para rodar muy rápido. En curvas lo hace todo bien, la zaga sigue al resto del conjunto con absoluta fidelidad y solo el eje delantero nos ha parecido algo más blando de lo deseado a la hora de contener este impulso. Y es que, pese al agarre de su grandes ruedas de 255, lo cierto es que siempre cae en el subviraje. Con un tarado general más blando que el de su rival, la carrocería acusa más balanceos, y cuando pasamos por curvas prolongadas, debemos lidiar en un mismo tramos con subvirajes y sobrevirajes. Por eso hay que contener un poco más el pedal del acelerador que en su rival, si queremos evitar sustos. Pero ojo, esto solo lo notaremos en una conducción extrema en circuito. En uso diario, lo cierto es que el Audi se siente muy equilibrado, y tan dinámico como su rival que, eso sí, se lleva la palma en la pista.

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