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Dos SUV con 1.145 CV: BMW X5 M vs. Porsche Cayenne Turbo S

Tienen maneras de deportivo de raza, espacio suficiente para toda la familia con mucho equipaje y aptitudes 'offroad'. Comparamos en circuito a estas dos bestias del asfalto.

Motorizaciones comparadas:

La fórmula es sencilla sobre el papel: coges el SUV más potente de tu gama, con más de 1,79 metros de altura y de unas 2,3 toneladas. Le añades una eficaz tracción integral, y ya tienes un deportivo con todas las de la ley. Esta es la comparativa del Porsche Cayenne Turbo S contra el BMW X5 M.

El X5 M está fogueado por un 4,4 litros V8 de 575 CV a 6.000 rpm, y alcanza un par máximo de 750 Nm a 2.200 vueltas. El Prosche, por su lado, aloja un 4,8 litros V8 bajo el capó con 570 CV a 6.000 rpm y arroja un par de 800 Nm a 2.500 vueltas. A eso añaden ambos un cambio automático de ocho velocidades y chasis con los últimos avances, como estabilizador de balanceo y amortiguación regulable electrónicamente. El Porche monta además una suspensión neumática en los dos ejes, el BMW solo en el trasero. El bávaro acelera de 0 a 100 km/h en unos increíbles 4,5 segundos, y en 15,3 ya está en los 200 km/h. 

El Porsche es aún más rápido

¿Se puede aún más? ¡Por supuesto! El Porsche necesita cuatro segundos justos para ponerse a 100 km/h, y solo 14,5 para ‘volar’ a 200  km/h. Son valores de auténtico deportivos. Pero lo sorprendente es que estamos ante dos SUV de lujo con mucho espacio interior, grandes maleteros y asientos muy cómodos. En el día a día, estos dos bólidos ruedan relajadamente y son muy manejables. Solo al aparcar deberás estar atento a sus rudas de 21 pulgadas. Pero la locura se desata en circuito, en el que son capaces de rodar tan rápido y con semejante eficacia que uno no puede evitar preguntarse: ¿Dónde quedan las leyes de la física?

El BMW se muestra un poco más nervios que el Porsche. El metálico y agresivo sonido de su V8 se convierte en rugido cuando pisas el acelerador. La firme dirección responde precisa, y solo hay que corregir levemente cuando circulamos muy rápido en recta.

Tiempos de deportivo radical

El Porsche se muestra muy estable, e incluso silencioso, también cuando pisamos a fondo. Y en la dirección, casi logra la cuadratura del círculo. Es más ligera que la del BMW, pero al mismo tiempo directa, precisa y muy lineal. El Cayenne tiene más aplomo en los giros y sale con mayor decisión de las curvas. Su V8 de sonido cautivador, pero nunca demasiado ruidoso, es sin duda un gran aliado. Y es que su respuesta es muy civilizada, aun cuando le rasca un par de segundos al BMW en aceleración. Resultado, en el circuito de Continental, con 3.800 metros de recorrido, logra un tiempo por vuelta de 1:35,29 min. Casi tan rápido como un 911 o incluso un Cayman S.

Muy cerca por detrás se queda en BMW que requiere más pericia al volante: 1:35,99 minutos, más rápido que un Audi RS 3.

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