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Comparativa: BMW Serie 7 frente a Audi A8

Los dos buques insignia se enfrentan en esta comparativa: BMW Serie 7 frente a Audi A8. Y los hacen con sus motores diésel más eficientes, porque te sorprenderá ver lo 'poco' que consumen…

Motorizaciones comparadas:

En esta comparativa del BMW Serie 7 frente al Audi A8 no te esperes dos 'barcos' con consumos superiores a los 10 l/100 km. No hace mucho tiempo, este tipo de coches representaban el despilfarro más absoluto. Con diseños imponentes, pesos descomunales, mucha potencia y un precio de compra estratosférico, los BMW Serie 7, Audi A8 y Mercedes Clase S materializaban para muchos la cara oscura del capitalismo y el exceso. Repentinamente eso ha cambiado y estos modelos buscan otras virtudes. La potencia y el precio de compra siguen teniendo bastante importancia, pero ahora las versiones diésel son capaces de bajar las cifras de consumo por debajo de los ocho litros.

Hoy en día, es condición sine qua non que las berlinas de representación sean también ahorradoras. Si miras la foto, seguro que piensas: “¡Aquí falta uno!”. Cierto: en una comparativa de berlinas superiores debería aparecer el flamante nuevo Mercedes Clase S. Pero el S 350 Bluetec estará en el mercado a partir de abril, con lo que actualmente el duelo se queda en dos representantes: el Audi A8 3.0 TDI y el BMW 730d, disponible desde 2008. En el apartado mecánico, ambos presentan soluciones propias: desde hace tiempo, BMW aplica su receta de seis cilindros en línea y tres litros, que se adapta sin problemas a la normativa de emisiones Euro 6. Pero ahora, con el renovado A8 Audi planta cara al bávaro en lo que respecta a consumo y emisiones. Y es que su V6, además del catalizador, monta de serie un filtro de partículas SCR (Selectiv Catalytic Reduction), que reduce el óxido nítrico gracias a un tratamiento posterior de los gases de escape.

El BMW separa el óxido nítrico por medio de un catalizador de almacenaje de NOx. Las diferencias entre ambos son notables, aunque debo destacar que los consumos se queden entre los siete y los ocho litros cada 100 kilómetros: algo ejemplar en este segmento. Eso sí, el gasto real aumenta bastante respecto al consumo teórico que prometen. Repaso sus características ténicas y parece que las dos marcas han desarrollado sus modelos conjuntamente por sus similitudes: los dos ofrecen 258 CV y el Audi solo supera al BMW en 20 Nm de par. La diferencia de peso entre ellos no pasa de un kilo y los dos montan una caja automática de ocho relaciones. En cambio, la distancia en precio sí que resulta significativa, ya que a partir del 1 de enero el BMW ha pasado de costar 83.800 euros a 92.700, con la excusa de incluir 10.000 euros en equipamiento y la intención de competir con el Clase S. No obstante, debemos recordar que el Audi A8 3.0 TDI y el BMW 730d son los modelos de acceso al olimpo de ambas marcas. Ahora toca elegir el mejor, y sería absurdo basarlo solo en el precio de cada uno.

La tecnología del A8 es muy diferente a la del Serie 7. Su carrocería lleva componentes de aluminio, lo que debería ahorrar peso, aunque esta ventaja se reduce si tenemos en cuenta que monta la tracción integral quattro. Si pagas 4.400 euros más en el BMW, lo equiparás con el sistema 4x4 xDrive, lo que eleva el peso hasta las dos toneladas... y nos olvidamos entonces de cumplir con la normativa Euro 6.

Sensaciones al volante

Igual que sucede con el consumo, respecto a las prestaciones el 730d promete en la teoría más de lo que ofrece en la práctica. Por ejemplo, en el 0 a 100 km/h se queda 0,4 segundos por debajo de lo anunciado. El A8, en la misma medición, clava lo prometido por el fabricante. Y es que su sistema de tracción integral quattro lidia mejor con los 580 Nm de par e impulsa a la berlina de forma más eficaz y con menos pérdidas de adherencia sobre el asfalto. Las condiciones de la carratera, que esté seca o mojadao, sin duda cobran más relevancia cuando la propulsión va solo a las ruedas traseras. Así, mientras el ESP del BMW hace horas extra, el Audi se mantiene estoico en la trayectoria. Y gracias a su suspensión neumática, el de Ingolstadt filtra bastante mejor las irregularidades sobre superficies en mal estado.

Las reacciones del BMW casan mejor con aquellos conductores que gustan de extraer algo de genio de su berlina de lujo. El 730d se muestra más firme, especialmente en su eje delantero. Pero en realidad es más un asunto de sensaciones que de eficacia pura y dura. Lástima que la dirección del Audi, demasiado ligera, no haga justicia al buen ajuste de su chasis. Aquí reclamamos más información de lo que pasa en el asfalto. El BMW da una lección de cómo debe hacerse, ya que se dirige de manera espontánea y directa gracias a su dirección activa integral (2.314 euros). El hecho de que sus ruedas traseras secunden el giro de las delanteras logra transmitir la impresión de llevar un coche más pequeño.

Análisis del interior

Igual de importante es, por supuesto, el ambiente que se respira en el habitáculo, y aquí ambos contendientes están al más alto nivel. El sistema iDrive de BMW resulta más intuitivo con menús más claros y permite la conexión sin problemas de dispositivos externos vía Bluetooth. El MMI del Audi requiere un periodo mayor de adaptación y más pasos para llegar a sus funciones. La conexión a la red de ambos está fuera de toda duda y puedes informarte en tiempo real del clima o de cómo va la bolsa. Tanto en el Audi 3.0 TDI como en el BMW 730d se viaja en absoluto silencio, con comodidad y aplomo hasta los 180 km/h. Con autonomías por encima de los 1.000 kilómetros, son berlinas ideales para largos recorridos en las que ni el conductor ni los ocupantes notarán cansancio en ningún momento. Al final, la elección es como decidirte entre dos restaurantes de tres estrellas Michelín. El sabor de lo que ofrecen es lo decisivo. La cocina, el servicio, los ingredientes y los platos serán determinantes... pero también tendrán una valoración subjetiva. Porque tanto el Audi como el BMW demuestran con creces que son muy refinados. Finalmente, el A8 se pone por delante, pero por muy poco.

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