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BMW 320d Touring Automático: un rutero insaciable

Jorge Arenas

El nuevo BMW 320d Touring gana en espacio interior, en comodidad y en agrado general. Menos deportivo y más práctico que antes, es un coche pensado para devorar kilómetros gracias a su motor prestacional y poco gastón.

El BMW 320d Touring es el arranque de gama de la versión familiar de la Serie 3 de BMW. Una opción muy interesante dentro de su segmento que, en este caso, he decidido probar con el cambio automático de ocho velocidades. Con esta transmisión las prestaciones y los consumos son prácticamente calcados a los del BMW 320d Touring manual de seis velocidades -si acaso un poco favorables al primero- y el agrado de conducción es mayor. Eso sí, el precio final se encarece en 2.680 euros. 

Vaya por delante que no acabo de comprender por qué la nueva gama del BMW Serie 3 no está funcionando del todo bien en lo que a ventas se refiere. Hay quien habla de pérdida de identidad, de que ya no es tan deportivo como antes. Más o menos como si hubiera tirado por la borda la filosofía a la que solía responder BMW. Tengo que decir que sí hay algo de cierto en todo esto -solo un poco-, ¿pero es que es algo malo que haya ganado en espacio y comodidad, mientras continúa siendo una referencia en dinamismo? 

Desde luego que no pisa con tanta firmeza como antes, pero sigue rodando entre curvas realmente bien y a la vez cuida al pasaje más que antes. Ahora las distancias se han acortado en este apartado frente a un Mercedes Clase C Estate o a un Audi A4 Avant, pero me sigue pareciendo que el comportamiento del BMW 320d Touring es mejor. Y más si monta la suspensión adaptativa (opcional, 1.304 euros), como es el caso del modelo que estoy probando. En fin, entiendo que a los puristas de la marca no les gusten los cambios que está experimentando BMW en los últimos tiempos, pero sigo pensando que gracias a ellos debería abrirse el abanico de clientes potenciales, precisamente porque ahora fabrica coches 'premium' para todos, y no solo para los más quemados de la conducción.

Bajo el capó del BMW 320d Touring aparece un dos litros diésel de 184 CV que acelera realmente bien -entre otras cosas gracias al cambio automático de convertidor de par de ocho relaciones muy cerradas- y que queda por encima de los rivales que antes citaba a la hora de hablar de prestaciones y consumos. Ambos son algo menos potentes y, por ejemplo, el Mercedes Clase C Estate declara un gasto medio oficial igual, pero en la práctica el BMW 320d Touring necesita menos litros de combustible.

En el interior, las mejoras frente a la anterior generación del Serie 3 están por todas partes. Para empezar, la presentación, el diseño e incluso la impresión que transmiten los materiales son bastante mejores. Por otra parte, el espacio en ambas filas de asientos ha crecido hasta situarse en la media, y el maletero -495 litros- es un pelín más grande que el de sus rivales directos. Es un coche cómodo de cargar y apropiado para devorar kilómetros gracias a su consumo medio real de apenas 5,5 l/100 km.

El precio del BMW 320d Touring con cambio automático es alto: 41.579 euros de base, con un mundo de elementos opcionales apetecibles por incluir. Si se compara con los familiares de marcas generalistas tiene poco que hacer, pero si los pongo en relación a los dos alemanes que citaba unas líneas más arriba, tienen los tres el mismo precio de partida. Nadie dijo que ir vestido con traje de etiqueta 'premium' fuera barato...

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El nuevo BMW 320d Touring gana en espacio interior, en comodidad y en agrado general. Menos deportivo y más práctico que antes, es un coche pensado para devorar

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