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Prueba Audi Q2, ¡por fin lo probamos!

La prueba del Audi Q2 nos demuestra que el nuevo modelo de los cuatro aros es difícil de clasificar. Tiene tacto premium, versatilidad, buena dinámica y una gran habitabilidad para su tamaño. Muchos argumentos que van a restar ventas a la competencia... pero también a otros modelos de la propia Audi. El modelo de entrada gama diésel es un 1.6 TDI de 116 CV.

Por fin la prueba del Audi Q2, uno de los modelos más esperados de 2016. Cuando ví su campaña de marketing basada en el eslogan "untaggeable" (inetiquetable), pensé que era un invento más para darle vida a su camapaña de publicidad, pero después de probarlo reconozco que tienen toda la razón. Es un coche difícil de clasificar. Tanto que va a poner las cosas difíciles a muchos modelos, tanto de la competencia como de su casa de los cuatro aros.

Es básicamente, un pequeño SUV en un formato totalmente nuevo. Con 4,19 metros de largo, los voladizos de este Audi de 4,19 metros son especialmente pequeños, con una batalla que llega a los 2,60 metros. Además, gracias a que el pilar C se ha reducido en altura, la sensación visual es que el coche parece más robusto. Esta pieza estará disponible en el color de la carrocería y 4 colores adicionales

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Por fuera es un coche pequeño que se aparca casi en cualquier parte y se mueve ágilmente por el tráfico urbano, pero por dentro es un gran coche, literalmente. El Audi Q2 ofrece mucho espacio. Con mis 1,85 metros de altura voy muy desahogado delante, pero también entro detrás sin problemas, y ni mi cabeza choca con el techo, ni mis piernas con los respaldos delanteros. 

Para que te hagas una idea: en un Mercedes GLA, aunque mide 4,42 metros, no tengo tanto espacio. El maletero cubica 405 litros, suficientes para un uso diario ya que, además, puede aumentar a más de 1.000 litros si se abaten sus asientos traseros. En su zaga cuadrada entran sin problemas dos maletas grandes o la compra de toda la semana.

Prueba del Audi Q2 1.4 TSI DSG

Me pongo al volante del 1.4 TSI con cambio DSG y 150 CV. Lo cierto es que la respuesta es muy líneal y progresiva, con un silencio de marcha que se agradece y le da un toque premium que casa muy bien con el entorno que crea la presentación del interior. Se combina con un cambio DSG con levas en el volante y transciones tan rápidas como suaves. Es la más eficaz del mercado entre su clase y sería perfecta si elimara los vacíos en arrancadas en pendiente que dificultan algunos aparcamientos en pendiente. enseguida surge la comparación mental con el  Audi A3 de cinco  puertas. Que el Q2 sea más alto apenas se nota al volante. y en cuento a maletero es 25 litros más grande. De hecho, incluso si lo comparas con un Audi Q3 (20 centímetros más largo), pierde solo 55 litros. Milagros de los ingenieros, que en solo 4,2 metros han conseguido una plazas traseras con mucho espacio para la cabeza y las piernas. Eso sí, tres adultos van justos. 

La nueva dirección progresiva es la gran diferencia de comportamiento frente a un Audi A3 SB. Es más directa, haciendo la conducción más dinámica, sobre todo porque la elevación de altura apenas se siente. Por lo menos, te acostumbrarás a ella rápidamente. Y respecto a los amortiguadores y lo bien que están calibrados, se sitúan a años luz de las rebotonas suspensiones del Mini Countryman, por ejemplo. 

La versión diésel 2.0 TDI de 150 CV es la que, a nuestro juicio, tendrá mayores demandantes. Se coloca entre un 1.6 TDI de 116 CV y 2.0 TDI de 190. Se caracteriza por una respuesta todavía mejor a la de su homólogo en gasolina, ya que prácticamente a cualquier régimen el motor tiene fuerza suficiente para responder a tus demandas. Y es que el TFSI hay que subirlo de vueltas un poco más para que te ofrezca el mismo poderío aunque, eso sí, lo hace de forma más refinada y con un menor nivel de sonoridad mecánica y vibraciones. Pero como este tema ya está muy bien resuelto en los TDI de Audi, la verdad es que es una delicia conducirlo. Además, asociado a su cambio automático S tronic de siete velocidades de nueva configuración y todavía más rápido y suave en sus transiciones que antes, se nos antoja como la combinación mecánica ideal.

Prueba del Audi Q2 1.6 TDI 116

Por su tamaño, el Q2 es un coche pequeño, que se aparca bien casi en cualquier parte y se mueve como pez en el agua entre el tráfico urbano. Eso sí: aunque cuenta con una dirección muy rápida, echo en falta un menor ángulo de giro, ya que hay veces que tienes que maniobrar más de la cuenta. ¿Se mueve igual de bien en carretera? Eso te lo voy a contar un poco más adelante. De momento, déjame que siga analizando el interior de este Q2. Con mis 1,85 metros de altura voy muy desahogado delante. La postura de conducción es buena y la encuentras rápido con los reglajes que lleva el asiento así como el volante. Vas alto, más que en un Audi A3, por ejemplo, lo que seguro que agradecen muchos. No obstante, la postura al volante es muy parecida a la que puedas tener en un compacto. 

Mi vista va escrutando cada detalle del salpicadero. Su diseño me gusta: es moderno, aunque cuando empiezo a tocar algunos plásticos estos delatan que la calidad no es la que esperaba. Solo la parte de arriba ofrece un tacto acolchado. El resto es duro. Un pequeño varapalo si tienes en cuenta que estoy ante un coche de más de 27.000 euros. Y eso es algo que tampoco lo demuestra la dotación de serie, que no es especialmente generosa. No falta tecnología ni asistentes de todo tipo, pero si quieres equiparlos vas a tener que pasar por caja. Te hablo de elementos de última generación como el Head-up display, los faros Full LED, el Virtual Cockpit, el radar de parking... Eso, sin contar con los asistentes como el de ángulo muerto, el Cross Traffic Assist o el control de velocidad adaptativo. Eso sí, en conectividad no vas a echar nada en falta: los protocolos Apple Car Play y Android Auto sí son de serie y, si lo pides, puedes conectar una tarjeta SIM de forma permanente para acceder a los servicios de Audi Connect, que incluyen la navegación con Google Earth y Google Street View, información sobre tráfico en tiempo real, datos sobre viajes e itinerarios, aparcamiento y acceso a Twitter o al correo electrónico. Todo de una forma muy sencilla. 

Y, ahora sí, ya es el momento de decirte con qué cuento bajo este capó amarillo. Sí, es un propulsor diésel, el archiconocido 1.6 TDI de 116 CV y que viene asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades y tracción delantera, aunque también puedes pedir en opción el cambio 
S tronic de doble embrague, con siete relaciones (2.270 euros extra). 

Me pongo en marcha y... algo no me cuadra del todo. El sonido del motor que llega a mis oídos es demasiado nítido. Eso no me lo esperaba. Se oye mucho al ralentí y también en la zona alta de giro. Parece que no han puesto el empeño suficiente en aislar mejor el habitáculo. 

De lo que no tengo tacha es del funcionamiento de este motor. Sus cifras son modestas, pero la sensación que transmite me ha convencido plenamente. Desde la parte baja del cuentavueltas es capaz de acelerar con facilidad y hacer que este Q2 gane velocidad de una forma no muy contundente, pero sí progresiva. No es un bloque explosivo y siempre hay que tener en cuenta que ofrece solo 116 CV, pero lo cierto es que sorprende que se exhiba con tanta apariencia. Lo mejor es que puedes estirar el régimen hasta más allá de las 4.000 vueltas, porque le sigue quedando algo de chispa. 

Un gran chasis

Solo si vas cargado con las cinco plazas ocupadas y te enfrentas a un repecho te vas a ver obligado a usar el cambio para poder mantener la velocidad. Por tanto, en una conducción normal no va a ser necesario. El cambio manual funciona muy correctamente. De hecho, gran parte del éxito del funcionamiento de este motor se lo debe a la transmisión, que posibilita unos acertados saltos entre marchas. ¿Y la dirección? Ya la he nombrado antes por su rapidez: es una de las grandes diferencias frente a, por ejemplo, un Audi A3 Sportback. Es más directa, haciendo la conducción más dinámica y, también, más precisa. ¡Chapeau! 

Esto me lleva a hablarte del chasis, que también cumple, y con creces, con lo que le exiges. Si cuentas con el recomendable Audi Drive Select (235 euros) vas a poder extraer la quintaesencia a una plataforma que puede llevarte a casa con un gran confort o, si lo prefieres, hacer que disfrutes de verdad en una carretera de montaña elevando el ritmo. 

No se te van a poner los pelos de punta (te recuerdo que sigues contando con unos modestos 116 CV), pero el paso por curva es aplomado y siempre tienes la sensación de viajar muy seguro (el ESP, que se puede desconectar en dos etapas, no permite ni un mínimo deslizamiento).   Me detengo para darle un respiro a este TDI tan voluntarioso y analizo los últimos apartados de este Q2. Me queda hablarte de las plazas traseras, que son más bien estrechas, aunque hay rivales que son más grandes y no por ello más amplios en su interior. Eso sí, en el anteriormente citado A3 Sportback vas a viajar más holgado en la fila posterior y no es precisamente mucho más grande.

¿Y el maletero? No está mal en cuanto a capacidad: sus 405 litros lo dejan por delante de rivales como un Opel Mokka X, pero se queda por detrás de un Mini Countryman (con los asientos plegados llega a los 1.050 litros, sin que quede fondo plano).

En definitiva, y respondiendo a la primera pregunta, el terreno ideal de este Q2 de tracción delantera y 116 CV diésel es la ciudad, aunque no se achanta ante grandes trayectos. Y es un 'Q' sí, pero con la suspensión demasiado adaptada al asfalto como para aventurarse en tierra.

El sistema de tracción total permanente quattro es estándar con el motor TDI más potente y con el 2.0 TFSI 190 CV. Opcionalmente se podrá elegir la tracción quattro con el 1.4 TFSI COD (Cylinder On Demand) y con el 2.0 TDI de 150 CV. Y funciona así: el embrague multidisco hidráulico controlado electrónicamente transfiere el par casi en su totalidad a las ruedas delanteras en conducción normal, pero puede repartir el par de forma variable y rápidamente hacia el eje trasero.

Por supuesto, también contará con el sistema Audi drive select que será opcional y que permite al conductor elegir entre cinco modos de conducción: auto, comfort, dynamic, efficiency e individual.

Un interior del segmento grande

Una postura perfecta en un entorno impecable. Así se podría resumir el habitáculo. Los interiores son la especialidad de Audi, y el Q2 no es una excepción. Tiene unos acabados intachables, e integra sus nuevas formas poligonales en el salpicadero, que según equipamiento podrá combinar diferentes colores. El sistema multimedia es muy completo, con un monitor de 8,3 pulgadas muy delgado y elegante.

En mayo de 2015, Audi estableció una estratégica alianza de colaboración con la compañía irlandesa Cubic Telecom, un proveedor en soluciones de conectividad líder a nivel mundial. Entre los primeros frutos de esta colaboración se encuentra Audi connect eSIM, disponible en los nuevos modelos de Audi, incluyendo el Audi Q2. Se trata de una tarjeta SIM instalada en el coche de forma permanente, también conocida como eSIM, que los clientes adquieren en combinación con el paquete opcional Audi connect. Esto trae los servicios de Audi connect a bordo del vehículo, incluyendo la navegación con Google Earth y Google Street View, información sobre tráfico, viajes y aparcamiento y acceso a Twitter o al correo electrónico.

Y, por supuesto, el Audi Virtual Cockpit ya visto en el Audi TT o en el Audi A4, con unos gráficos excelentes que aportan muchísima información y que se puede personalizar con diferentes aspectos. Especialmente bonito y elegante es el espejo retrovisor sin marco. Muy refinado, como estas luces que se encienden con solo rozarlas.

Más asistencia que nunca

El Audi pre sense front, es de serie y reconoce situaciones peligrosas que puedan ocurrir con el cruce de peatones u otros vehículos en la parte delantera del vehículo gracias a la utilización de un radar. El sistema avisa al conductor y a velocidades bajas puede incluso iniciar una frenada, si es necesario, hasta detenerlo por completo.

Los sistemas opcionales también son muy variados y ofrecen un alto rendimiento. Audi ha incluido algunos de ellos en el paquete de asistencia, como el control de crucero adaptativo (ACC) con función Stop&Go y asistente de conducción en atascos. El primer sistema opera con apoyo del radar para mantener la distancia deseada respecto al vehículo precedente. Otro elemento destacado del Q2, el asistente de conducción en atascos Audi traffic jam assist, hace uso de sensores de ultrasonido adicionales y una cámara frontal. También puede hacerse cargo de la dirección en carreteras con buen firme a velocidades de hasta 60 km/h. El Audi side assist monitoriza los cambios de carril utilizando el radar, y el Audi active lane assist, con el apoyo de una cámara de vídeo, ayuda al conductor a mantener la trayectoria en el carril.

A todo esto, por supuesto hay que sumar su capacidad crossover, que aunque no extrema, si permitirá circular por caminos sin problemas, gracias a una altura libre al suelo de 145 mm.

En España se inicia la comercialización de uno de los modelos más esperados del año con unos precios que arrancan en 27.450 euros para la variante 1.6 TDI de 116 CV. Habrá dos acabados, Design Edition y Sport Edition, este segundo más deportivo y que eleva la factura a 27.850 euros. Como lanzamiento, existe una versión más exclusiva denominada Untaggleable Edition por 36.130 euros.

El Audi Q2 de esta prueba se une a la familia Q de Audi, donde ya habitan el Q3 y el Q5. La gama crecerá hasta 2020 con tres modleos más, los ya confirmados Q8 y Q e-tron (totalmente eléctrico) y el Audi Q4.

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