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Cómo convertir tu coche a GLP

Aunque aquí puedes ver cómo convertir tu coche a GLP, esta es una operación que debe hacerse siempre en un taller autorizado. Cuesta unos 1.800 euros y el ahorro puede llegar al 40%.

Convertir el coche a GLP -Gas Licuado de Petróleo- no es una cosa nueva ni mucho menos. Desde finales de los 70, algunas empresas se dedican a adaptar vehículos para que usen este combustible, que genera un 10,2% menos de CO2 que la gasolina y que, precisamente, es una de las grandes razones para comprar un coche de gasolina en lugar de uno diésel, al menos, para mí. En todo caso, aunque aquí te muestro cómo convertir tu coche a GLP, no se trata de un brico, sino de una operación sencilla, pero delicada que solo debe hacerse en un taller autorizado. 

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Quizá, mucha gente recela de este carburante porque durante años, muchos taxistas presumieron de los beneficios del GLP -restringido exclusivamente a un uso profesional- ante unos clientes asustados o, al menos, inquietos al ver una considerable bombona alojada en el maletero. En 2003, pareció que había llegado el momento de este carburante, cuando su uso comenzó a permitirse en vehículos privados. Sin embargo, dejó incluso de verse en los nuevos taxis debido, principalmente, a que apenas había gasolineras dónde repostar GLP

En los últimos años varios operadores se han puesto a instalar surtidores de GLP. Ircongas es una de las empresas que llevan tiempo notando el tirón de este mercado que en algunos años ha subido hasta en un 500%. AUTOBILD.ES acudió a un pequeño taller en el que llevan tres décadas adaptando coches, junto a la estación de Repsol en Méndez Álvaro (Madrid), para ver cómo convierten coches a GLP en apenas unas horas de trabajo, siempre que te llegue el turno, pues hay lista de espera. 

Tratamiento antifricción pata coches de gas

Tratamiento antifricción pata coches de gas

Con este aditivo para el combustible lograrás que tu coche de gas tenga un funcionamiento más redondo, minimizando al máximo las fricciones. Es válido tanto para vehículos de GLP (Gas Licuado de Petróleo), como GNC (Gas Natural Comprimido).

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1. ¿Qué es el GLP?

El GLP contiene una mezcla de gases licuados (propano y butano) que se obtienen durante la extracción y destilación fraccionada del petróleo crudo. En invierno, se reduce la proporción de butano en esta mixtura, dado que tiene mayor poder calorífico que el propano, pero es más caro y reduce drásticamente su volumen cuando el termómetro comienza a bajar de 100C. A temperatura ambiente y con presión atmosférica, el GLP permanece en estado gaseoso, aunque puede pasar a líquido con relativa facilidad, en cuanto se aumenta rápidamente la presión, la temperatura o ambas.

2. Convertir el coche a GLP

El kit de conversión a GLP tiene bastantes componentes, pero el más importante de todos es el conversor de GLP. En los coches convertidos a GLP, este sale de su tanque especial en forma gaseosa y, en el interior, se calienta gracias al agua que recorre la pieza proviniente del circuito de refrigeración. Dentro, dos membranas hacen que se incremente la presión. Todo ello lleva al GLP a pasar a estado líquido y salir a presión por un conducto de cobre.

El segundo componente en importancia es el propio depósito de GLP. Hay hasta 40 tanques de GLP diferentes, que se adaptan a cualquier espacio de la rueda de repuesto. Este tanque lleva una tapa que lo cierra herméticamente y no puede ser manipulada. Si hay una fuga, el GLP cae al suelo. El tanque suele tener una capacidad de 66 litros si hay hueco para ello y la entrada dispone de varias medidas de seguridad adicionales como una válvula antirretorno, una válvula de salida hacia el motor o una válvula de exceso de llenado, que se abriría al superar la presión máxima permitida. Una vez ví cómo una desalojaba y da un poco de miedo porque el GLP sale a presión, pero cae y se disuelve inmediatamente. 

Desde el tanque de GLP, el gas licuado pasar al motor a través de un conducto de PVC que se canaliza a través de los bajos del vehículo y que, por supuesto, debe ser instalado lejos del contacto con el tramo de escape. Para meter el GLP en el motor, deben instalarse unos inyectores específicos que requieren de unos talados en el colector de admisión. El único componente que queda a la vista más o menos es la boca de llenado, que se sitúa junto a la del depósito de gasolina. 

Una nueva centralita de GLP regula la combustión limpia del GLP. De hecho, la fase final de la conversión requiere copiar el mapeado del motor a la nueva unidad electrónica de control (ECU). Si el coche es totalmente a estrenar, se carga directamente desde una base de datos. Este combustible es tan limpio que los motores que usan GLP tienen una gran duración como comprobé en el cuentakilómetros de un taxi que pasó por la estación de Repsol mientras hacía este práctico y que, como puedes ver abajo, un Seat Toledo, ya jubilado y orgulloso de los casi 400.000 km que ha recorrido con su bombona de gas alojada en el maletero, y los que le quedan. 

El kilometraje de un viejo Seat Toledo de GLP no deja lugar a dudas sobre la fiabilidad de este combustible.
El kilometraje de un viejo Seat Toledo de GLP no deja lugar a dudas sobre la fiabilidad de este combustible.

3. Llevar dos tanques en el coche

Una vez transformado el coche a GLP, este conserva su depósito de gasolina, solo que además lleva otro de GLP alojado en la rueda de repuesto –siempre que este hueco sea suficiente-, de manera que pueda utilizar indistintamente los dos combustibles. De hecho, el motor siempre arranca y recorre unos metros con gasolina hasta que se calienta el agua del circuito de refrigeración. 

El cambio de un carburante a otro se produce sin saltos, ni intervención del conductor. Un pequeño conmutador sirve para cambiar manualmente de GLP a gasolina y viceversa, además de mostrar cuánto gas queda. El tanque de GLP es de hierro de un centímetro de grosor y dispone de varias válvulas de seguridad. Con forma de rosquilla, de haber una fuga, el GLP caería por el hueco al ser más pesado que el aire. Como medida extra de seguridad, el depósito solo puede llenarse hasta el 80% de su capacidad. Así, nunca se acerca a su presión máxima. 

De todo el kit de conversión a GLP que se instala en el motor, solo un pequeño filtro requiere mantenimiento, cada 30.000 km, y solo cuesta 30 euros. Y, a pesar de que de las revisiones del resto del coche no te libras, todavía queda por repasar un último beneficio: la autonomía extra que ofrece llevar dos tanques (más de 1.400 km en un Toyota Prius converso). 

4. Amortizar la inversión del GLP

Algunas Comunidades Autónomas han llegado a ofrecer hasta 2.000 euros de subvención para adaptar un turismo a GLP y, en un futuro a medio plazo, planea sobre ciudades como Madrid una más que posible restricción de acceso a los coches más sucios, que no afectará a los impulsados por este combustible. Al ser el GLP una mezcla de gases más sencillos que la gasolina, producen mucho menos CO2, NOx y otras partículas contaminantes que, a la larga, también son perjudiciales para el buen funcionamiento del motor y otros componentes. Sin embargo, junto con la proliferación de las estaciones, lo que está llevando a más conductores a plantearse la conversión de su coche –solo se puede hacer con los de gasolina- es la economía. 

El GLP tiene menos poder calorífico que la gasolina; por eso el motor consume entre un 10 y un 15% más. Eso sí, el litro cuesta casi la mitad, de manera que el ahorro real se sitúa alrededor del 40%. El coste de la conversión a GLP varía, en función del número de cilindros, entre 2.200 y 2.550 euros, un precio en el que está incluido el IVA, la mano de obra y el kit homologado. Un gasto que ya se ha amortizado a los 30.000 km. 

El tiempo de instalación es muy variable: si se trata de un Toyota Prius –o cualquiera de los modelos habituales en las flotas de taxis- el trabajo se hace de un día para otro, en apenas cuatro horas. Si se trata de un modelo más exótico, la operación puede demorarse algo más.

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