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Rolls-Royce: 100 años de éxtasis

Detrás de la figura que cada Rolls-Royce luce sobre su calandra hay una historia de amor con un final trágico. La protagonizó una periodista y modelo de origen español. AUTOBILD.ES te la cuenta.

Para un artista, hay dos maneras de alcanzar la máxima realización profesional: llegar a exponer en los mejores museos del mundo o producir alguna creación que llegue a ser universalmente conocida. Esto último es lo que consiguió Charles Sykes al moldear, para John Douglas-Scott-Montagu, segundo Barón de Montagu, una escultura que le sirviera para adornar la calandra de su Rolls-Royce Silver Ghost.

“Quiero algo bonito, como Niké”, le pidió Lord Montagu a su artista favorito y amigo. La diosa griega de la Victoria le pareció al escultor demasiado tosca para posarse sobre el frontal del que entonces era considerado como el mejor coche del mundo.

Charles Sykes era el director de arte de esta publicación, donde trabajaba de redactora una joven llamada Eleanor Velasco Thornton, de origen español y amante del barón. Los dos se habían conocido en 1902, durante una carrera organizada por el Royal Automobile Club a la que Lord Montagu acudió con sus amigos Charles Rolls y Henry 
Royce.

A Mrs. Thornton no le importaba en absoluto servir de modelo para numerosos artistas y puede decirse que era la musa de Charles Sykes. Así, cuando este recibió el encargo del barón, reinterpretó una obra suya previa, llamada The Whisper -el susurro, en inglés- en la que podía verse a Eleanor mientras se llevaba el dedo índice a los labios.

Una referencia a la relación que mantenía con Lord Montagu -casado por imposición de su familia poco antes-, que hubiera resultado igual  de escandalosa que la escultura que terminó presentando. Al barón le agradó la figura de una mujer que elevaba sus brazos 
grácilmente, aunque fuera ataviada de una manera un tanto impúdica.

Al principio, la figura fue llamada Espíritu de la Velocidad, que es lo que el artista quiso representar y había sido el título de una portada que había diseñado para Car Illustrated, en 1906. Por su parte, Sykes también mantenía una relación muy intensa con Roll-Royce, para quien había diseñado ilustraciones para manuales, etc.

Así, cuando el director de Rolls-Royce, Claude Johnson, decidió que hacía falta una imagen para adornar el frontal de sus coches, ya no está muy claro si fue idea también suya, o de sus conocidos Sykes o  Montagu, emplear la mascota que este último usaba para su Silver Ghost.

El ejecutivo de la marca pensó enseguida en cambiar ligeramente el nombre de su nuevo símbolo, que pasó a llamarse El Espíritu del Éxtasis. Lord Montagu y Eleanor Thornton siguieron juntos hasta el día en que ella murió, durante la I Guerra Mundial (1914-1918) en 1915, mientras viajaban juntos al El Cairo a bordo de un barco.

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