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Cómo afrontar los badenes

Cómo afrontar los badenes

Héctor del Prado

Saltarás de dolor si no tienes cuidado al pasar por encima de los badenes. Aprende a vencerlos con éxito y evitarás costosas lesiones en tu cuerpo y en tu coche.

Un bote, dos botes, infractor el que no bote... Esto parecen pensar muchos ayuntamientos españoles. Los guardias durmientes, badenes, resaltos y chinchetas han crecido como setas y, visto lo visto, se están reproduciendo como conejos por las calles de todas las ciudades y carreteras secundarias. ¿El motivo? Reducir la velocidad.

El problema es que, si no están convenientemente señalizados, te percatarás de la presencia de estos pacíficos e inocentes amigos de la seguridad vial justo cuando el choque con las ruedas -y a veces con los bajos y el cárter- sea del todo inevitable. Y las averías en dirección, rótulas, rodamientos y amortiguadores no son precisamente baratas. No te fíes de ellos y trata de identificarlos cuanto antes. Después, pásalos con toda la suavidad posible.

Polémicos brincos

Por ejemplo, hay municipios en los que los pasos de peatones están precedidos de unos triangulitos de pintura para indicar que hay una elevación. Pero ten cuidado, porque muchos de ellos son señales de pega y en cuanto te confías, el guardabarros delantero muerde el polvo del asfalto 100 metros después. Otros son de color alquitrán o estuvieron pintados en origen, pero años después son imposibles de identificar a tiempo. Si circulas por carreteras o urbanizaciones con las aceras en mal estado, piensa que los guardias durmientes pueden haber corrido la misma suerte, y el que no debe correr eres tú, porque te puedes dejar los neumáticos en una piedra suelta o en un clavo fuera de sitio.

En las curvas

No pises el acelerador: así cortarás la entrada de combustible y mantendrás mejor el control. Sujeta firmemente el volante para que la dirección no se mueva. Trata de no frenar a mitad de trazada, con el fin de no derrapar. Mantén el pie izquierdo bien apoyado en la moldura destinada a ello que hay junto al paso de rueda. Al mantener mejor el equilibrio en el habitáculo, controlarás mejor tus movimientos y los de tu coche.

En tramos rectos

Utiliza el freno motor para adaptarte mejor a la escasa velocidad de paso que permiten los badenes (si en las curvas es difícil lograrlo, en las rectas largas aún lo es más); No toques el embrague ni la caja de cambios al subir ni al bajar; No los pases en punto muerto al ralentí: gastas más y no tienes control sobre el coche. ¿Y qué sucede si nada de esto te salva de algún desperfecto en tu vehículo? Si crees que el guardia durmiente no estaba debidamente señalizado, era defectuoso o estaba construido a una altura superior a la recomendable, denúncialo y no dudes en reclamar una indemnización por daños y perjuicios. Porque ya hay sentencias en las que se da la razón al conductor en este aspecto, como en aquella de 2004 en la que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid resolvió que “la responsabilidad de los ayuntamientos en materia de ordenación del tráfico no se puede ejercer de modo que provoque daños en vehículos”. Además, en el fallo se decía que “tales resaltes constituyen obstáculos que alteran la normal circulación” y que pueden causar “daños no amparados en norma alguna”. Por todo ello, sé precavido, trata de anticiparte al badén y hasta que haya más jurisprudencia en este sentido, evita “sobresaltos”.

Cómo sobrepasarlos de forma correcta

Antes de subir aminora todo lo posible antes de escalar y asegúrate de que cruzas el badén en segunda velocidad, nunca en punto muerto. En llano déjate llevar por la inercia con la misma marcha engranada y sin pisar ningún pedal. Si crees que vas rápido, frena antes de bajar. Al bajar, por mucha prisa que tengas, no vuelvas a acelerar hasta que el tren trasero haya bajado del todo o tus precauciones no habrán servido de nada. De forma incorrecta

No frenar sobre el badén salvo en caso de urgencia. Un frenazo en pleno badén no evitará choques fuertes con él y puede provocar alcances con terceros. No bordearlo con dos o cuatro ruedas. Al pegar un volantazo para esquivar el bache es más fácil que te golpees contra el bordillo o contra otros coches.

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