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Cinco razones para utilizar neumáticos de invierno

Cinco razones para utilizar neumáticos de invierno

Especial Toyota

Porque son más seguros no solo si nieva, también si llueve, hay placas de hielo o, simplemente, cuando la temperatura baja de siete grados. Hay muchas razones para utilizar los neumáticos de invierno, aquí van las cinco más importantes.

Aunque en la mayor parte de España no tengamos inviernos especialmente duros, es recomendable cambiar, llegado el mes de octubre, los neumáticos de verano por otros de invierno. Estos últimos son más seguros desde el momento en que la temperatura es inferior a siete grados porque el caucho de los convencionales se endurece y pierde adherencia, tracción y capacidad de evacuación del agua. Este es solo un motivo para usar neumáticos de invierno, hay más:

1. Son más seguros con lluvia.

Los neumáticos de invierno se aconsejan desde octubre hasta abril. Frente a un neumático de verano, un neumático de invierno presenta una mayor capacidad de evacuación de agua, lo que se traduce en una mayor seguridad con lluvia. Pero también tiene mayor adherencia: sobre suelo seco necesita seis metros menos para frenar que un neumático de verano.

2.- No son sólo para nieve.

Muchos conductores asocian los neumáticos de invierno a la conducción sobre nieve y apenas un 6% espera que proporcionen la mejor adherencia en invierno independientemente de si la carretera tiene nieve o no. Es un grave error, pues los neumáticos de invierno no son sólo para la nieve. Por sus características constructivas (compuestos de goma y diseño especial de la banda de rodadura) también presentan mejor rendimiento sobre agua y sobre asfalto seco cuando la temperatura exterior es baja.

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3. Agarran en placas de hielo.

Los neumáticos de invierno no sólo son interesantes cuando la carretera está nevada, sino que también aumentan la seguridad y el agarre respecto a los neumáticos de verano en carreteras secas que están muy frías, y más aún si hay zonas sombrías donde se forman placas de hielo. Al pisar una placa de hielo con un neumático de verano la adherencia desaparece, pero con el neumático de invierno se mantiene un cierto nivel de agarre, lo que evita los fuertes latigazos y las pérdidas de trayectoria.

4.- Te olvidas de las cadenas.

Razón suficiente por sí sola  si frecuentas estaciones de esquí o vives en una zona donde nieva con frecuencia. Y si has utilizado las cadenas alguna vez valorarás todavía más las ventajas de los neumáticos de invierno: no hay que pararse a montar y desmontar cadenas, no hay incompatibilidad al existir neumáticos de invierno para todos tipo de vehículos y en multitud de medidas, no tienes la limitación de velocidad de las cadenas ni existe riesgo de producir daños al vehículo –o al neumático–, y ofrecen la máxima seguridad al poder seguir avanzando ante cualquier situación climatológica adversa.

5.- No son tan caros. La diferencia de precio con un neumático de verano está, como mucho, en torno al 10 por ciento. Traducido a euros, y en una medida más o menos estándar como pueden ser unos 205/55-16, hablamos de unos 60 euros en un juego de 4 neumáticos.

Si tenemos en cuenta todas las ventajas que aportan en confort y seguridad, y que mientras utilizas los neumáticos de invierno los de verano pueden quedarse almacenados (muchos talleres ofrecen servicios especiales de almacenamiento de los neumáticos que no utilizas en cada temporada), no son tan caros. 

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