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Volkswagen Passat: la berlina de Europa

En 1973 nacía el primer Passat y ni el más optimista de Volkswagen pudo predecir que 40 años después seguiría sobre el asfalto. Eso sí, ¡cómo ha cambiado! Hemos juntado sus siete generaciones para contártelo. ¿Cuál te gusta más?

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Por un momento siento que estoy dentro de un cuento. Puedo ser un personaje de “Alicia en el país del Escarabajo”, porque he entrado en una ciudad que parece diseñada para una película. Todo es de Volkswagen. Cuando Alemania estaba dividida por completo en dos mitades, Volkswagen (que significa el coche del pueblo) presentó un coche que hoy se ha ganado el calificativo de la berlina de Europa. Primero apareció un dos puertas, justo el que ves en las fotos y que el Museo de Clásicos de Volkswagen nos cedió para la ocasión. Ahora te cuento más sobre él, pero antes dos datos: después hubo una versión de cuatro puertas y está generación nunca se comercializó en España.

Ahora sí, me meto con el primer Passat y nunca mejor dicho, porque abro la puerta para observar su espartano interior, presidido por un volante de diámetro tan grande como fino es su aro. El segundo se presentó en noviembre con carrocerías berlina y Variant, como el que ves en la imagen. Para mí es el primer Passat y no solo por ser el que inauguró sus ventas en España, sino porque es el primero que vi con mis ojos por las calles. Contaba con motor longitudinal, la carrocería de cuatro puertas se llamaba Santana y contó con un propulsor turbodiésel de 70 CV. 1988 fue el año elegido para lanzar la tercera generación Passat, que a esta cita se presenta en versión Variant como el MKII. Su arranque fu espectacular y, tan solo un año después, se produjo en la factoría alemana de Emden la unidad 250.000 de este MKIII y en 1990 se alanzaba la unidad 5.000.000 de toda la historia Passat. Se puede decir que es el embrión del que han evolucionado los Passat del sigo XXI.

Los años van pasando me autotransporto hasta 1993, concretamente al Salón de Francfort. Allí se presentó el cuarto hombre, que no supuso ninguna revolución de estilo, aunque pasa a la historia por dos motivos. Primero: el aumento de seguridad, porque montaba de serie doble airbag, cinturones con pretensores e inmovilizador electrónico. Segundo: se estrena el motor 1.9 TDI de 90 CV, con la tecnología bomba-inyector que tantos y tantos kilómetros ha recorridos en multitud de modelos del grupo VAG. De hecho, Seat ha dejado de montarlos en 2010. Todo un adelantado a su tiempo, que manejo con gran facilidad gracias a su dirección asistida. Que avance, por cierto, sobre todo después de haber movido los MKI y MKII.

Del diésel más ahorrador al gasolina más poderoso. Porque ahora me subo al MKV, que llega ni más ni menos que con el poderoso motor W8. Con tapicería de cuero, cambio Tiptronic y carrocería de cuatro puertas, es un prodigio de aceleración que completa el 0-100 km/h en solo 6,5 segundos. Además, se apoya en el tracción integral 4Motion. Sin duda, tecnologías de nuestro sigo. No en vano, este W8 se presentó en 2001, tras un pequeño restyling. Y es que el MKV estuvo nueve años en el mercado e incluso tuvo una variante de carrocería larga destinada al mercado chino. Dentro de él me invaden los recuerdos, pues mis pruebas en este mundo del periodismo fueron con esta carrocería. Entonces me parecía que sus acabados eran de lo mejor y no me equivocaba porque el paso del tiempo apenas le ha afectado.

Eso si, donde este un cambio DSG, que se quite el Tiptronic. Esa transmisión automática de doble embrague aparece por vez primera en la sexta generación. Retomó la configuración de motor transversal (en el MKV era longitudinal al estar basado en la plataforma de Audi A4) y compartía numerosos componentes con el Golf. Accedo al interior para ver un cuadro muy, muy familiar, con la consola central que he visto en un montón de modelos de la gama VAG. Lo que no se ha visto en otros es el motor, porque está unidad es ni más ni menos que un R36. Eso significa un motor V6 de 3,6 litros y 299 CV de potencia. Costaba 51.680 euros en sedán (también había Variant) y se pegaba al suelo con la tracción 4Motion.

Es la guinda de un MKVI que también pasará a la historia por la ampliación de las mecánicas TDI, que estrenaron inyección directa por conducto común (en vez de bomba-inyector) gracias a la llegada de la familia 2.0 TDI. Fue en 2008, tres años después de su lanzamiento. Además, aparecieron las primeras versiones BlueMotion, que ahora son protagonistas de las séptima generación. El cuidado por el medioambiente y la reducción del consumo acaban por imponerse. El MKII fue un visionario y, 30 años después, la séptima generación trata de buscar la máxima eficiencia. Por eso el Passat VII rojo que tengo entre manos es un Variant 2,0 TDI BlueMotion.

Cualquier ingeniero de los años 70 se echaría las manos a la cabeza al ver su ficha técnica: 140 CV, solo 135 g/km de emisiones y 5,2 l/100 de consumo. Todo gracias a las mejoras aerodinámicas y a funciones cada vez más comunes como el Start-Stop. Mientras salgo de la ciudad encantada que me parecido Wolsburgo, veo por el retrovisor a los seis parientes lejanos de mi Passat. Una familia, por muchos motivos, legendaria.

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