Logo Autobild.es

El Volkswagen Amarok contra todos

Juan Antonio Corrales

VW pasó de puntillas por el mundo de las 'pick-up' con el Taro. Ahora, la marca germana pone toda la carne en el asador con el Amarok para conquistar este mercado. Aunque no será fácil, frente a él se encuentran cuatro experimentados modelos del Lejano Oriente.

Motorizaciones comparadas:

El primer modelo en formato pick-up que apareció en el mercado para hacerse un hueco en las ventas vino de la mano de Nissan. ¿Qué ofrecía? Una mecánica de lo más simple, mucho espacio en su interior, un precio económico y un diseño más atractivo que el del Ford Transit o el Mercedes Sprinter. La idea cuajó y, tras un par de años de atento escrutinio por parte de la competencia, los primeros imitadores llegaron a los concesionarios: primero el L200 por parte de Mitsubishi y, más tarde, Toyota y VW con el Hilux y el desconocido Taro, que era, en realidad, una copia del Toyota, y del que se vendieron pocas unidades en el mercado español. En 1999 Ford hizo su entrada triunfal con el Ranger… y fue entonces cuando VW se dio por vencida: el volumen de ventas que quedaba era, cuanto menos, ridículo.

Ahora que el mercado vive un repunte, VW se ha decidido con el Amarok (lobo en esquimal) a hacer caja en el sector de los vehículos comerciales… a nivel mundial. Sólo así podrá recoger los frutos de su apuesta. Y es que desde hace años el mercado de pick-up no va muy bien en la vieja Europa, a pesar de que los fabricantes han convertido este camión del Tercer Mundo en un automóvil cada vez más atractivo: más potencia, extras y seguridad. Eso asegura las ventas fuera de Europa, pero aquí, hasta hace bien poco, para muchos sólo se trataba de una manera de evadir impuestos: se matriculaba como industrial y te ahorrabas el impuesto de matriculación.

El principal problema de estos vehículos es su larga lista de inconvenientes: longitud exagerada para una habitabilidad reducida en los asientos traseros, espacio de carga desprotegido, suspensión rebotona y un radio de giro exagerado.

El Ford Ranger es un ejemplo ideal de todo lo dicho: asientos incómodos y estrechos en la partete de atrás, un motor áspero, una suspensión espartana, frenos muy mejorables, imposibilidad de montar ESP y una tracción integral conectable permanente que no funciona bien sobre firme asfaltado.

En cambio, el Ranger tiene otras virtudes con las que trata de compensar sus pecados. Su motor, por ejemplo, ofrece la cilindrada más baja de esta comparativa, pero eso no le impide mostrar su mejor cara. Por debajo de las mil vueltas, la mecánica empuja como la de un tractor. Se defiende como un machote incluso cuando lleva cerca de una tonelada sobre su caja y, encima, puede arrastrar un remolque de tres toneladas. El Ford tiene las virtudes propias de los pick-up clásicos: le encanta transportar cosas… y, además, lo hace con estilo. Asientos de cuero, llantas de aleación de 18" y pintura metalizada vienen de serie. Eso sí, los 38.098 euros que cuesta son una pasada.

En ellos van incluidos una tracción integral conectable desfasada y unos frenos que no dan la talla. Además, el motor no es precisamente ahorrativo: 9,9 litros/ 100 kilómetros dan como resultado el consumo más alto de la comparativa. La culpa la tiene una quinta marcha demasiado corta.

Al Mitsubishi le pasa lo mismo: la marcha más alta tiene una relación demasiado corta. Eso sí, el L200 es más ahorrador que el Ford. De hecho, la media que obtuve durante la prueba fue de 9,0 litros/100 km. Esto se debe a un motor de 2,5 litros más pequeño que, sin embargo, entrega 178 CV. Y esta potencia extra se nota bastante. Es una pena que estafuerza sólo se despierte a partir de las 2.000 vueltas.

En cuanto a la carga y el remolque, no están a la altura del Ford, pero el resto es genial: su amortiguación resulta mucho más agradable, los asientos traseros son más confortables y, sobre todo, ofrece ESP y una tracción total permanente más moderna. Esta versión de 178 CV sólo puede ir asociada a la versión tope de gama, denominada Motion. Y, aunque no ofrece tantos extras como el Ranger, por unos 5.000 euros menos pone a tu disposición un buen abanico de elementos de serie.

El caso del Nissan es diferente. En su acabado básico, denominado XE, ofrece el precio más barato de la comparativa: 30.555 euros, pero su equipamiento de serie es muy escaso (no incluye siquiera la radio de serie). Si quieres obtener más equipamiento deberás adquirir el paquete de equipamiento Comfort. Aunque si lo que pretendes es igualar las opciones del L200, deberás optar por el acabado SE, que cuesta 33.368 euros, 405 euros más que el Mitsubishi.

Sin duda, lo que más me gusta del Navara es el motor: está diseñado con mimo, y resulta mucho más potente que el del L200, sobre todo al arrancar y en la parte alta del cuentavueltas. Su consumo de 9,4 litros/100 km, lo sitúa entre el Mitsubishi y el Ford.

Lo que ya no me convence tanto es su incómoda banqueta trasera, una suspensión poco agradable y una tracción integral conectable que sólo es útil cuando vas despacio. A cambio, es capaz de cargar y arrastrar más peso que su gran rival, el Mitsubishi. En este aspecto el Toyota Hilux nodestaca demasiado, su capacidad de carga y de arrastre no son precisamente su fuerte: 708 kilos de carga y 2.250 de remolque.

Su motor parece que trabaja forzado: lleva un turbodiésel parecido al del Ford, pero con 171 CV y 343 Nm. Al arrancar no presenta mucha fuerza, pero, sobre todo, lo que realmente me sorprendió fue que, a pesar de su gran cilindrada y cortas relaciones del cambio, tan sólo consume 9,1 litros/100 km, casi lo mismo que el Mitsubishi.

Sus comodísimos asientos tratan de disfrazar una suspensión bastante incómoda. Independientemente de esto, el Hilux convence por dentro: hay mucho espacio para las piernas y la banqueta trasera es muy cómoda. Lo que no me gusta tanto es su precio de 33.694 euros, el segundo más caro de la comparativa... y con un equipamiento que tampoco es para tirar cohetes.

El recién llegado VW ha tomado nota de los pecados de sus rivales y, por 31.266 (sólo es más barato el Navara) ofrece, un equipamiento decente.

Además, está claro que por dentro se ha inspirado en el líder mundial, el Toyota Hilux. Por esa razón, el VW Amarok tiene unos asientos confortables, y espacio para una tercera persona detrás. La superficie de carga también está bien pensada: ya que ofrece espacio para un europalé.

El tren de rodaje también esta muy logrado: la variante normal es relativamente confortable, pero reduce la carga a 772 kg. Si necesitas 220 más, entonces tienes que pagar por otra suspensión trasera, que amortigua peor.

VW también ha adaptado sus motores a este modelo: el compacto diésel de dos litros que llevan el Golf o el Tiguan tiene que aguantar aquí hasta una tonelada sobre sus espaldas y 2.800 kilos de arrastre. Un turbo doble consigue el milagro de los 163 CV y 400 Nm a tan sólo 1.500 vueltas. Su única limitación aparece cuando pisa terrenos poco firmes, como arena o grava. Es entonces cuando te das cuenta de que al motor le falta más fuerza a bajas vueltas.

Su embrague no da malos resultados, pero no estaría de más que hubiera una versión automática. Si pides una versión con reductora, tienes el problema solucionado. Además, gracias a un bloqueo del eje trasero (654,90 euros), el VW puede trepar sin problemas por los suelos más resbaladizos. El Nissan y el Toyota llevan un autoblocante trasero de serie. El Mitsubishi cuenta con el control de tracciónpara frenar la rueda que patina, y funciona de maravilla. El Ford es el único que derrapa excesivamente debido a un autoblocante poco eficaz.

El mayor inconveniente del VW es que la reductora sólo está disponible en combinación con una tracción integral conectable de lo más simple. El Mitsubishi saca pecho aquí: su combinación de reductora y tracción total permanente resulta imbatible. ¿Consecuencias? Cuando estés conduciendo con el Amarok en la ciudad debes quitar el modo 4x4 si no quieres dañar los diferenciales. Como el asfalto esté mojado y la caja vacía, el ESP tendrá que trabajar a destajo. Si no consideras imprescindible la reductora, mi consejo es que compres la versión de tracción total permanente, que cuesta lo mismo.

Al contrario que en otras comparativas, esta vez el VW no es el más caro. Su precio de 31.266 euros es el segundo más barato y el equipamiento, sin ser de otro mundo, ofrece los elementos imprescindibles, como el aire acondicionado o los elevalunas eléctricos, sin olvidar el ESP.

CONCLUSIÓN

El nuevo VW Amarok ofrece un conjunto bien logrado, con un equipamiento de seguridad notable y, aunque te parezca mentira, un precio muy competitivo. Por eso gana la comparativa. El L200, más caro, lo sigue de cerca gracias a su insuperable sistema de tracción total permanente. Hilux, Navara y Ranger se comportan dignamente, pero no llegan al nivel de estos dos modelos.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.