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Nuevo Mazda CX-3 contra el Kia Soul y el Mini Countryman

El nuevo SUV compacto japonés llega con diseño muy atractivo y un motor de gasolina excelente. ¿Serán suficientes argumentos para batir a sus rivales?

Motorizaciones comparadas:

¿De nuevo intentando delimitar el concepto SUV? Si lo logras no dudes en escribirnos. Y es que el segmento es tan variado, que realmente se hace muy difícil definir de una forma sencilla qué es un SUV. Los fabricantes están innovando constantemente, sobre todo en diseño y estilo, como muestra esta comparativa del recién llegado Mazda CX-3 contra el Kia Soul y el Mini Countryman.

El nuevo SUV compacto de la marca japonesa tiene, por ejemplo, pretensiones coupé con la línea inclinada del techo y, con sus 1,54 metros, es solo tres centímetros más alto que un Astra actual. El Kia Soul, por su lado, se aproxima más al segmento monovolumen. Y el Mini Countryman es… Pues eso. Un Mini.

Tres pequeñas revoluciones

Y es que cada uno de los tres vehículos que aquí probamos plantea su propia revolución en el segmento SUV. Quien prefiera, ante todo, lo moderno, sin duda se decantará por el Mazda, y no solo porque sea el último en llegar, sino también por su avanzado diseño. Eso sí, la belleza de la carrocería es a costa de mermar el especio interior, especialmente en las plazas traseras. La línea coupé del techo resta el espacio para la cabeza, y las rodillas tocan con demasiada facilidad los respaldos delanteros.

Sus rivales son algo mejores en este apartado: el Mini se apoya en su fila trasera variable (puede deslizarse y regular la inclinación del respaldo), y el Kia, sencillamente, es el más espacioso de los tres, gracias a sus formas cuadradas: Da igual lo alto que seas, que las rodillas nunca tocarán los asientos delanteros. El maletero cubica, además, un máximo de 1.367 litros, lo cual está muy bien, pero: si no abates los asientos, te queda un espacio de carga realmente limitado de solo 238 litros, mientras el Mini y el Mazda llegan a los 350.

Comportamientos con luces y sombras

El CX-3 brilla con luz propia por su buena posición al volante y su cómodo puesto de conducción. La única pega es que hay demasiado plástico duro en el habitcáculo y eso empaña algo la percepción general de calidad. La pequeña luna trasera, además, limita la visibilidad posterior. Otra tasa a pagar por su diseño irresistible. Además, creo que los asientos deberían ser más cómodos y estar más contorneados, algo que se hace patente en trayectos largos.

El Mini tiene unos asientos con un mullido más firme y, en general, más logrado, algo que agradecerán tus riñones. Su barroco interior es un prodigio de diseño y creatividad que te despertará una sonrisa cada mañana al conducir a tu oficina, pero el manejo de los distintos elementos no es muy intuitivo. 

El que más nos ha sorprendido por dentro es el Kia. Buenos acabados, asientos muy confortables y gracias a las amplias superficies acristaladas, ofrece buena visibilidad perimétrica. 

Pero a la hora de acelerar, el que se pone por delante es el Mazda. Con sus 120 CV tiene algo menos de potencia que sus rivales, pero se notan sus dos litros de cubicaje (el Mini y el Kia se conforman con sendos 1,6), especialmente en un generoso par motor de 204 Nm, el más alto de los tres. Con una respuesta muy homogénea, es capaz de ponerse de 0 a 100 km/h en solo 9,1 segundos. Esto es un segundo y medio antes que sus dos oponentes.

La buena impresión continúa con las recuperaciones: para pasar de 80 a 120 km/h en quinta solo necesita 10,8 segundos, mientras sus dos rivales requieren 4,8 segundos más. 

Cura de adelgazamiento

Además de su mayor cilindrada, el japonés se ve favorecido por la estricta dieta a la que lo ha sometido la marca. Solo pesa 1.218 kilos en total (1.335 el Countryman, 1.355 el Soul). Por eso, además de las mejores prestaciones, también logra los mejores consumos 6,6 litros de media.

En cuanto a chasis, no es tan redondo. El eje delantero es demasiado blando, el trasero destaca por su rigidez. Rodando rápido por zonas de curvas, el japonés balancea más de lo deseado. 

El confort también es limitado. Por piso bacheado, en lugar de filtrar con eficacia, amortiguación y suspensión transmiten golpeteos al interior. Eso no pasa sobre baches alargados, que digiere mejor.

El Mini tampoco puntúa en el apartado del confort, pero sí en agilidad, gracias a su excepcional comportamiento. El Kia tampoco es especialmente cómodo, en parte por culpa de las ruedas de 18 pulgadas, y su dirección de tacto difuso disuade de realizar una conducción deportiva. Eso sí, a la hora de frenar se impone con claridad: solo ha necesitado 34,6 metros para pasar de 100 km/h a cero; el Mazda un metro más, y el Mini casi dos.

Conclusión

Aunque tiene muchas virtudes, como su atractivo diseño y un motor excelente, el nuevo Mazda CX-3 no logra hacerse con el primer puesto, y queda el último. El chasis y el espacio detrás son mejorables, y algunos aspectos de calidad, como la profusión de plásticos duros en el habitáculo, también. El Kia Soul se hace con la victoria con virtudes como el generoso espacio o los buenos acabados. El Mini es el rey de la carretera, sin duda, pero su elevado precio lo termina penalizando y queda en segundo lugar.

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