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Comparativa 'low cost': Fiat Tipo vs Skoda Rapid

Hay poco que reprocharles: cumplen decentemente en casi todos los apartados, pero tampoco destacan en ninguno, aparte del precio. En este cara a cara del Fiat Tipo vs Skoda Rapid demostramos que se pueden fabricar buenos coches sin necesidad de despertar pasiones.

Motorizaciones comparadas:

Son una especie rara: coches accesibles, con mucho espacio, tecnología actual y ahorradora, y a los que solo se les queda grande la etiqueta "premium". Y ahora los enfrentamos. Cara a cara: Fiat Tipo vs Skoda Rapid.

Empecemos por el nuevo Fiat Tipo: se remite a los preceptos clásicos de lo que debe ser un coche: carrocería de tres volúmenes, un diésel pequeño, cambio manual, suspensiones sencillas. No encontrarás un sistema Star Stop a bordo. Pero ojo: su aspecto no es el de un coche austero, al contrario: tiene una estampa moderna y atractiva. 

Hemos elegido la variante Fiat Tipo MultiJet 1.6, que rinde 120 CV. Tiene 4,53 metros de largo y lo cierto es que su espacio es generoso: ¡Cinco adultos! y su equipaje, con 520 litros de maletero. El Skoda Rapid 1.6 TDI recurre al diésel del grupo Volkswagen, con 115 CV, y un cambio manual de cinco velocidades. Aquí también hay espacio de sobra para un puñado de adultos, y un maletero con unos sorprendentes 550 litros de capacidad, en solo 4,50 metros de carrocería.

Aquí tienes el nuevo Fiat Tipo en acción:

El Skoda lo tienes en la zona de los 15.000 euros, y con extras, en el caso de nuestra unidad de pruebas, como el clima o el navegador, entre otros, pero en ningún caso se van mucho más allá de los 3.000 euros. El cockpit del checo es ordenado y sobrio, con buenos ajustes y, eso sí, muchos plásticos duros. Los asientos de nuestra unidad de pruebas no ofrecían mucho agarre lateral.

Y es una pena, porque lo cierto es que su comportamiento está muy logrado, con un motor bastante silencioso y un empuje decente incluso desde bajas vueltas. El cambio tiene recorridos limpios y precisos, una pena que el pedal de embrague tenga un tacto bastante duro, lo que se nota especialmente en tráfico urbano. En asfalto en estado aceptable es un coche cómodo, con un recorrido de suspensiones generoso. Sin embargo, cuando llegan los baches, le penaliza su tarado blando, con un balanceo de la carrocería acusado. Con todo, la calidad de rodadura en general es correcta, y transmite seguridad con un ESP que "caza" los subvirajes desde muy temprano. A su favor hablan los frenos: necesita menos de 37 metros para detenerse desde 100 km/h, casi medio metro antes que el Fiat.

A eso añade el Skoda asistentes electrónicos como el sistema City Stop o el aviso de colisión. Y es que en el Tipo apenas encontrarás modernos asistentes, deberás conformarte con el ABS y el ESP, y poco más. También el navegador se ve algo desfasado. Es pequeño, lento y poco legible. 

La otra cara de la moneda es que los acabados con notables. Los asientos delanteros son confortables, y en la segunda fila vas muy desahogado. En su contra hay que decir que el acceso al maletero no es el más cómodo, debido a una apertura algo escasa. 

Al igual que en el Skoda, bajo el capó trabaja un 1,6 litros turbodiésel, y lo cierto es que s respuesta es más despierta: es mucho más elástico, y especialmente al pasar de 80 a 120 km/h deja al checo muy, pero que muy atrás: 8,3 segundos frente a 14,1. ¿Lo mejor de todo? Es más ahorrador, a pesar de ser más potente: en nuestro test ha consumido una media de 5,4 litros cada 100 kilómetros, casi medio litro menos que el Skoda.

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