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Comparativa: Land Rover Discovery SD4 contra Volvo XC90 D5

Son grandes, pesan más de 2.000 kilos y se mueven con motores diésel de solo dos litros. El Discovery y el XC90 demuestran su eficiencia técnica

En esta comparativa del Land Rover Discovery SD4 y el Volvo XC90 D5 enfrentamos dos SUV que rozan los cinco metros de largo, casi los dos de ancho y pesan más de dos toneladas. El Land Rover, concretamente, 2.330 kilogramos y el Volvo, 2.102. Ante estas cifras, sendos motores diésel de dos litros y cuatro cilindros. ¿Puede funcionar bien una combinación así?

El Land Rover Discovery es completamente nuevo, es la quinta generación en 28 años e incorpora el lenguaje de diseño de la marca, con amplias y planas superficies. Es más redondeado que antes y tiene un pilar C poderosamente inclinado hacia delante. Se mantiene, eso sí, el techo con el pequeño escalón, aunque ahora es más sutil que antes. Tiene un aspecto imponente y, lo más importante, está ahora fuertemente emparentado con la tecnología que ya equipan el Range Rover y Range Rover Sport y no, como cabría pensar, con la del Discovery Sport, que comparte la mecánica con el Range Rover Evoque.

El nuevo Discovery recurre a la clásica arquitectura todoterreno con motor longitudinal y diferencial central. Su motor diésel de dos litros recibe la ayuda de dos turbos. Ofrece 240 CV y un excelente par máximo de 500 Nm a solo 1.500 vueltas.

Volvo XC90

El bloque de 1.969 cc del Volvo XC90 también lleva dos turbos, rinde 235 CV y alcanza un par de 480 Nm a 1.750 rpm. Volvo tiene un truco que llama PowerPulse: es un compresor eléctrico que guarda el aire comprimido en un depósito. Cuando pisas el acelerador, se libera ese aire comprimido a una velocidad fulminante y pone a pleno rendimiento el turbo. Lo hace mucho antes que los gases de escape. ¡Y funciona! En el Volvo, apenas hay retraso en la respuesta del turbo y el XC90 acelera prácticamente desde parado con un empuje notable. El cambio automático de ocho velocidades es un buen aliado, porque inserta rápido las marchas, aunque a veces, no todo lo suave que debería. 

El Land Rover Discovery tiene que tirar de 230 kilos más, por eso la respuesta es un poco más lenta desde parado. Pero cuando sube de vueltas, coge un brío inusitado. Su motor transmite mayor sensación de empuje que el del Volvo y notas que tienes suficiente reserva de fuerza bajo el acelerador. Además, es un poco más silencioso y su sonido es más refinado que el cuatro cilindros del Volvo. El cambio automático ZF de ocho velocidades permite unas inserciones rápidas y suaves al mismo tiempo.

En carretera, el Discovery es muy cómodo. El coche pisa muy bien el asfalto y la suspensión neumática opcional (1.774 euros) absorbe con eficacia los baches. La dirección encaja a la perfección con la puesta a punto general del coche, aunque su respuesta no es todo lo rápida que nos gustaría. Eso sí, en ningún momento se muestra imprecisa.

El Volvo XC90 es un coche diferente, a su estilo. Su motor transversal y el embrague central electrónico Haldex son características típicas de un SUV, por eso tiene una configuración más de asfalto que el Land Rover y su pesada tecnología offroad.

Comparado con el Discovery, el XC90 tiene una conducción más ágil y da la sensación de ser un poco más pequeño que su rival. Se inclina menos en las curvas y la postura al volante es más baja y cercana a la de un turismo. El sueco ofrece más interacción con la carretera y tiene una dirección más comunicativa y también algo más nerviosa. La suspensión neumática (2.389 euros) funciona con la misma eficacia que la del Land Rover y añade unos frenos excepcionales: detienen al XC90 desde los 100 km/h en solo... ¡35 metros!

Otra cosa que nos encanta del sueco son los acabados y el estilo del interior. Su diseño minimalista y lujoso al mismo tiempo produce desde el principio una atmósfera muy confortable. También nos ha gustado mucho la configuración y uso de los menús de su gran pantalla táctil de 9,2 pulgadas, ubicada en el centro del salpicadero.

En cuanto a la habitabilidad, viendo las dimensiones exteriores de estos Discovery SD4 y XC90 D5, puedes imaginar que ofrecen gran espacio. Los asientos delanteros del Volvo son algo más delgados que los de su rival, por lo que el espacio para las piernas en las plazas traseras es muy bueno. Además, las baquetas independientes de la segunda fila de asientos están a una altura ideal (algo que no sucede en el Land Rover). Por cierto, los dos asientos individuales sumergibles de la tercera fila vienen de serie. En el Discovery tendrás que pagar 1.785 euros por disponer de dos plazas más.

Del Land Rover destaca su muy elevada postura al volante y nos gusta porque eso le confiere una amplísima visibilidad exterior, muy práctica para realizar conducción todoterreno, pero también en el centro de una gran ciudad o en autovías, para anticipar con tiempo un atasco, por ejemplo.

Delante se va muy cómodo, detrás tiene una banqueta deslizable (en 16 centímetros) y el respaldo es regulable en inclinación. Por desgracia, los asientos van montados demasiado bajos y la cercanía al suelo provoca que la postura no sea todo lo cómoda que desearíamos. En cuanto al habitáculo, en Land Rover le han puesto el mismo gusto que en el Volvo, con diseños limpios, materiales de mucha calidad y bonitos detalles offroad. En este SUV inglés hay un montón de compartimentos para objetos y el funcionamiento de su pantalla táctil de 10,2 pulgadas no admite muchas pegas.

El maletero es enorme: de 723 a 2.500 litros de capacidad. Con este tamaño, el Volvo, aunque también es espacioso (de 721 a 1.886 litros) no puede competir. El portón del Land Rover ya no es divisible, sino que se abre hacia arriba en una sola pieza. En la zaga nos espera un interesante detalle: el portón interior eléctrico. "¿El qué?", te estarás preguntando. Pues se trata de una prolongación móvil del suelo de carga (en 28,5 centímetros) que, hacia arriba, sirve para asegurar el equipaje, y hacia abajo se convierte en un banco en el que sentarse a contemplar el paisaje tomando un té (aguanta un máximo de 300 kilos).

Hablando de números, en el caso de estos dos coches, la cuenta final es considerable. El Land Rover Discovery tiene un precio inicial de 60.450 euros (S) y el Volvo XC90 D5 te costará como poco 60.500 (Kinetic). Las unidades de pruebas analizadas tenían un precio superior a 70.000 euros (incluyendo las opciones). Como ves, un coste muy similar en dos SUV de gran tamaño. El resultado final de esta comparativa ha sido un empate. Cualquiera, a su estilo, es una excelente compra.

Conclusión

Los hemos analizado, probado, medido... y al final, nos encontramos con un empate técnico. Nuestro veredicto es claro: el Land Rover Discovery y el Volvo XC90, cada uno en su estilo, son coches grandes, prácticos, espaciosos y confortables. No necesitan más motor que sus diésel de cuatro cilindros con unos 240 CV. Si estás pensando en adquirir un vehículo de estas características, nuestro recomendador de coches puede ser realmente útil para conocer las diferentes opciones que hay a la venta, sus detalles y precios. 

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