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Comparativa: Honda NSX vs Nissan GT-R

Los dos son iconos: Honda NSX y Nissan GT-R. El Honda se acaba de renovar completamente y teníamos muchas ganas de conocer sus límites. ¿Será más fuerte que Godzilla? Enfrentamos a estas dos bestias. ¿Objetivo? Conocer al mejor.

Motorizaciones comparadas:

La enorme bestia llega destrozando todo a su paso. Cada vez que agita su imponente cola, se lleva por delante unos cuantos edificios. Brama con un sonido descomunal y te pone la carne de gallina incluso a varios kilómetros. Hablamos de Godzilla, la cinematográfica bestia japonesa. Hay que reconocer que esta historia siempre nos ha cautivado. ¿Tienes algo que ver esto con la comparativa del Honda NSX vs Nissan GT-R? Sí, mucho.

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Ahora estamos en 2016 y Godzilla ha cambiado mucho. Ya no camina sobre dos patas, sino que avanza apoyado en cuatro descomunales neumáticos de la marca Dunlop. Su potencia es de 570 CV. Godzilla no es más que un apodo cariñoso, en realidad, se llama Nissan GT-R. Este monstruo de la carretera le muerde el trasero a los Porsche y le gusta tomar un BMW para desayunar. Cuesta encontrar un deportivo de serie más radical que venga del país del sol naciente.

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Aunque todo esto puede cambiar. Honda, con su nuevo NSX, ha creado un modelo de esos que hacen estremecer a sus rivales. No es para menos: este coche puede poner en aprietos a todo un GT-R. 

El Honda NSX es igual de imponente que el Nissan por fuera, aunque opta por unas líneas más redondeadas, en lugar de los ángulos marcados de su rival. Lo cierto es que su aspecto es más sofisticado que el de la agresiva carrocería del Nissan. La pregunta es... ¿cómo podría arrebatarle el trono? Honda ha aplicado una fórmula: mucha tecnología. 

Al igual que el Nissan, el Honda NSX es, en principio, un tracción integral. Pero en este caso su potencia no viene de un solo motor, sino que añade la de dos propulsores eléctricos de 37 CV en el eje delantero (uno por rueda). Para el eje trasero se reserva un V6 biturbo que también es acompañado por un propulsor eléctrico, en este caso, con 48 CV de potencia.

Nissan opta por una vía más convencional, pero partiendo del principio Transaxle (transmisión en el eje posterior). Esta configuración la han utilizado fabricantes europeos como Alfa Romeo. En el GT-R, toda la fuerza la genera un bloque V6 de gasolina con doble turbo. Mientras que el Honda solo entrega un poco de fuerza al eje delantero, el Nissan traslada hasta el 50% a las ruedas anteriores. En las curvas cerradas tiene su ventaja, ya que el impulso es mayor. No obstante, en el Nissan se nota más la carga en el eje delantero y se siente más pesado. 

La sensación general que transmite el NSX es la de un coche de propulsión. Eso significa que la salida de las curvas viene acompañada por un bonito sobreviraje y en los cambios de apoyo tiende a cruzarse con mucha facilidad. El Honda es un coche muy divertido de conducir y a la zaga le gusta mucho deslizar. Eso sí, siempre con fluidez y con margen para controlarlo.

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En definitiva, este coche es diversión en estado puro. A ello contribuye su mecánica. Es capaz de llegar sin esfuerzo hasta más allá de las 7.500 vueltas, le gusta moverse en la zona roja del cuentarrevoluciones y siempre te brinda un sonido cautivador. Gracias al motor eléctrico posterior, que elimina el pequeño tiempo de reacción del turbo, el bloque V6 de 3,5 litros te ofrece la sensación de ser un gigantesco V12 atmosférico. A todo esto tienes que añadirle un cambio de doble embrague con nueve velocidades con un funcionamiento realmente impecable. Cambia de velocidad de forma suave y, además, rápido. 

Todas estas virtudes sin ser un coche especialmente gastón. En nuestro test hemos medido un consumo de solo 10,3 l/100 km. El Nissan ha marcado casi 2,5 litros más. Su sonido no es tan brutal, pero lo compensa con un empuje subjetivo mayor y llega a los 300 km/h como un auténtico diablo. Solo queda por detrás en las curvas rápidas. Esperemos que perder no le ponga de mal humor... No queremos enfadar al deportivo con mejor relación precio/potencia.

Conclusión

Honda le puede parar los pies a Godzilla. Es cierto que solo es un poco más rápido que el Nissan en circuito, pero al final queda por delante. A la hora de enamorar a su conductor, el Honda está lleno de argumentos y, sobre todo, mucha tecnología. El NSX gana en casi todos los apartados. No obstante, el Honda cuesta casi el doble que su rival. El GT-R tiene una excelente relación precio/potencia.

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