Logo Autobild.es

Compactos ahorradores: ¿tres cilindros valen para triunfar?

El BMW Serie 1 estrena imagen y el motor de tres cilindros del Mini. ¿Podrá plantar cara a sus rivales con cuatro cilindros? Echa un vistazo a esta comparativa: ¡una lucha de eficiencia entre compactos!

Motorizaciones comparadas:

Muchos fans radicales  de BMW hablan del fin de la marca después de conocer sus planes. Le tienen pavor al término downsizing, que implica menos cubicaje y menos cilindros. En definitiva: sus seguidores lamentan que BMW se haya unido a esta tendencia, sustituyendo grandes motores por otros más pequeños y que encima se hayan puesto a fabricar monovolúmenes ¡con tracción delantera! como la oveja negra, el BMW Serie 2 Active Tourer.

No te pierdas: Cinco coches compactos para llegar muy lejos

Ahora, cae la siguiente barrera, porque alojan un diésel de tres cilindros bajo el capó de un Serie 1. Y es el único de esta comparativa, ya que el resto lleva cuatro. Son el Audi A3 1.6 TDI, el recién renovado Ford Focus con su diésel de 1,5 litros, el Peugeot 308 y el Citroën C4, también recién renovado, ambos con motores casi gemelos de 1,6 litros y 120 CV.

¿Tiene el Serie 1 alguna posibilidad? ¿Mantendrá su prometida deportividad? Aquí tienes las respuestas, aunque antes hacemos un inciso respecto a los consumos. Estos pequeños compactos diésel deberían ser extremadamente parcos en consumo y es lo que se anuncia desde las marcas: de los 3,1 litros prometidos por Peugeot hasta los 3,8 oficiales del Focus y el C4. Pero ya sabemos que los datos de los fabricantes suelen tener muy poco que ver con la realidad. Y también en esta comparativa las cifras medidas quedan claramente por encima de lo anunciado: la diferencia va de 1,3 litros en el Citroën a los 2,3 del Peugeot. Aunque debemos reconocer que durante la prueba sopló un viento fortísimo en contra y eso suele influir para mal. Eso sí, todos han sido puestos a examen bajo las mismas condiciones climáticas.

5. Citroën C4 BlueHDI 120

¡Vaya, hacía mucho que NO lo veíamos por aquí! Pero el Citroën C4 sigue combatiendo como un jabato en un mercado cada vez más exigente. Para intentar sobrellevar mejor su palpable veteranía, la marca francesa ha intentado darle un punto más moderno en su reciente restyling, con nuevos faros y pilotos y una pantalla táctil de siete pulgadas para el interior.

Te interesa: Prueba Citroën C4 2015: comodidad y eficiencia

Otro de los peros de este C4 es una postura al volante poco optimizada a los tiempos de hoy:  es demasiado elevada y el margen de ajuste del asiento, reducido, por eso los conductores más grandes no irán muy cómodos. Detrás, las estrecheces también están presentes, aunque hay que reconocer que aquí la mullida banqueta es realmente cómoda.

En cuanto a la calidad percibida, el C4 cuenta con algunos plásticos que no deberían ya estar presentes en un coche de esta categoría. Es un apartado que en la futura generación, que se espera que llegue en 2017, deberían mejorar y mucho. Mecánicamente, este Citroën va propulsado por el mismo 1.6 litros diésel de 120 CV que monta su primo de Peugeot, sin embargo, este motor tan vivo se siente algo limitado y va peor aislado que en el 308. Pero si hay algo que requiere algo más que un mero lavado de cara es su chasis poco equilibrado y una dirección demasiado pastosa y poco comunicativa. Pero no todo son malas noticias, pese a no contar con un precio de serie demasiado bajo, los descuentos de Citroën son muy jugosos.

4. Ford Focus 1.5 TDCi

Junto a la parrilla estilo Aston Martin, el Focus estrena, tras el restyling al que acaba de ser sometido, el nuevo motor diésel 1.5 litros que sustituye al 1.6. Y la verdad es que este cambio le sienta a las mil maravillas. El Focus es un tipo con carácter, fuerte, no demasiado silencioso, aunque tampoco llega a ser algo que resulte molesto. A cambio, su personalidad es temperamental.

Ford Focus 2014: el más avanzado

El Ford sigue siendo uno de los coches con mejor comportamiento de su segmento: suspensiones cómodas y rodar aplomado. Te permite circular de una manera muy plácida en largos viajes por autopista y a su vez no pierde fuelle en un puerto de montaña. La dirección, no obstante, es un elemento que ha provocado más de una discusión: es muy rápida y directa y eso beneficia el ya citado buen comportamiento dinámico, pero a gran velocidad, se muestra algo nerviosa.

El motor responde siempre cuando se le necesita y tiene un brío que sorprende para su nivel de potencia. Aunque, como todo el conjunto en general, no es tan refinado como sus rivales alemanes. En cuanto al espacio, el Focus saca muy buena nota, ya que junto al Audi, es el más desahogado en las plazas traseras y en las delanteras cumple con nota gracias, en parte, al nuevo salpicadero y consola central, que reducen drásticamente el número de botones, beneficiando esta sensación de mayor amplitud. Un gran chasis, pero no tan redondo como el trío del podio.

3. Peugeot 308 BlueHDi

Está claro que el 308 es un tipo atractivo. Nos cautivó a todos desde que fue presentado por primera vez, tanto por fuera como por dentro. Su pequeño volante, con la instrumentación por encima es ya su seña de identidad y aunque ha convencido bastante a la prensa especializada, no todos han terminado por alabar este elemento: es cuestión de gustos. Pero lo que es objetivo es que las plazas traseras son las más pequeñas de su segmento y eso le resta puntos. No obstante, hay que destacar un nivel de acabados muy bueno y que su salpicadero minimalista está a la última en términos de diseño, así como sus dos cómodas y grandes butacas delanteras.

El motor 1,6 litros diésel de 120 CV tiene una arquitectura de lo más tradicional, con dos válvulas por cilindro y nada revolucionario. Pero, con todo, nos ha gustado mucho: es brioso, refinado y silencioso, tal como debe ser un diésel del siglo XXI. Con sus 1.216 kilos, el Peugeot 308 es el más ligero de la comparativa y eso se nota: es bastante ágil y su comportamiento dinámico es más que aceptable, aunque algo lastrado, eso sí, por una dirección que debería ser más precisa. Eso sí, donde el Peugeot es un auténtico experto es en los recorridos tranquilos, gracias a su cómoda suspensión que le ayuda a convertirse en todo un rutero de primera categoría. El Peugeot también suma puntos gracias a su precio y sus cinco años de garantía, pero todavía está algo lejos de sus rivales premium alemanes.

2. BMW 116d

¿Un tres cilindros acoplado a un cambio automático de ocho velocidades? ¡Vaya combinación! Y es que en el momento de esta comparativa no estaba disponible una unidad de pruebas con cambio manual. Pero la impresión es más que positiva: el pequeño motor diésel de tres cilindros ya nos había convencido en el Mini y el Serie 2 Active Tourer.

No te pierdas: Cinco razones por las que deberías probar el BMW Serie 1

En el Serie 1 va en posición longitudinal y también causa buena sensación. Tira con fuerza ya desde el primer momento en el que hundes el pie derecho en el acelerador y si lo mantienes abajo sube de vueltas hasta muy arriba con brío ¡y solo a elevadas revoluciones resulta algo ruidoso! El funcionamiento del cambio de ocho relaciones es impecable.

Eso sí, entre los puntos a mejorar hay que tener en cuenta que la pequeña mecánica debe lidiar con 1.435 kilos, algo que deben mejorar los chicos de BMW. No obstante, tiene la suerte de contar con un chasis de primera, muy afinado y que suma al conjunto una dirección directa y precisa. El comportamiento por lo tanto es muy ágil y el peso parece esfumarse. La calidad en el interior es, como siempre, muy alta y todo está donde debe, eso sí, no esperes encontrarte un coche espacioso: delante vas bastante desahogado, pero detrás sufres estrecheces. Pero la peor noticia llega al final, cuando nos pasan la factura: nuestra unidad de pruebas, con su equipamiento, se va hasta los 36.000 euros. Por eso le gana el Audi.

1. Audi A3 Sportback 1.6 TDI Ultra

Llega el A3 en su variante Ultra. Esto significa: aerodinámica mejorada, neumáticos con menor rozamiento y relaciones más largas, entre otros factores. Sin embargo, solo está disponible en la versión básica de equipamiento y no permite muchos extras. Por ejemplo, debes renunciar al cambio de doble embrague y a la amortiguación variable.

Si eliges el Ultra debes estar convencido, ya que a cambio recibes detalles como su chasis deportivo con la carrocería 15 milímetros rebajada. Eso sí: aunque eso aumenta la eficacia, merma el confort, ya que este Audi tiene una respuesta algo rígida, especialmente si los enfrentamos al resto de rivales de esta comparativa.

Audi A3 Sportback e-tron: prueba del A3 híbrido enchufable

Este A3 está propulsado por el conocido 1,6 litros TDI con 110 CV. Empuja desde abajo y gira con soltura. Pero es más ruidoso que el BMW. La dirección, aunque precisa, no llega al nivel de la de su rival bávaro, excepto cuando circulamos a gran velocidad. Pero sí que ofrece mucho más espacio, tanto delante como detrás. Y, por supuesto, los acabados y la calidad de los materiales siguen al elevadísimo nivel esperado de la marca, con un puesto de conducción ergonómico y moderno. Mercedes y BMW deberían tomar nota de su pantalla emergente y sus trabajadas toberas de aire. Y con sus 24.160 euros de precio, el Audi queda 5.000 euros por debajo de su rival bávaro, no obstante, con el cambio automático, la distancia se rebajaría hasta los 4.000 euros.

Conclusión

El tres cilindros rinde bien en el BMW y se puede medir sin problemas con sus rivales de cuatro. Pero no los supera, ya que ni es más rápido, ni más ahorrador. En otras virtudes, como el comportamiento, el Serie 1 sí que se pone por delante, aunque es demasiado caro. Por eso, finalmente, gana el Audi.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.