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Cara a cara superdiésel: BMW X1 vs Volkswagen Tiguan

Enfrentamos a las dos referencias SUV del segmento medio. En este caso, con poderosos motores diésel bajo el capó, lo que los hace aún más apetecibles. Cara a cara superdiésel: BMW X1 vs Volkswagen Tiguan.

Motorizaciones comparadas:

Son dos de las referencias entre los SUV de tamaño medio: refinados, dinámicos, avanzados... Y, por desgracia, con precios por encima de la media en su segmento. Hoy los enfrentamos en dos variantes diésel muy especiales. Cara a cara superdiésel: BMW X1 vs Volkswagen Tiguan. (Otro rival del X1 sería, sin lugar a dudas, el Audi Q3).

El Volkswagen Tiguan es el 2.0 TDI SCR, con el empuje de 500 Nm y 240 CV de potencia. El BMW X1 xDrive25d rinde, por su parte, 450 Nm y 231 CV. ¿Quién dijo que los diésel no despiertan pasiones? Nuestro Tiguan de pruebas llega con un equipo generoso en el que no faltan infinidad de asistentes como el control de carril, cambio automático, tracción integral o el paquete multimedia con navegador. Lo malo es que su precio sobrepasa con holgura los 45.000 euros. El X1 también lleva tracción a las cuatro ruedas y cambio automático, aunque en este caso no lleva el sistema multimedia más avanzado ni la batería de asistentes de su rival. Todo depende, claro, de cuánto quieras tirar de la lista de opciones. A favor de nuestra unidad de pruebas juega que cuesta unos 2.000 euros menos que su oponente.

Enfrentamos también al X1 contra el Audi Q3:

Pongámonos al volante del BMW: lo cierto es que su rodar es confortable. Y aunque su motor y sus anchas ruedas se hacen notar en el interior, en general es aceptablemente silencioso. Los asientos agarran excepcionalmente y con sus múltiples regulaciones encuentras siempre la postura perfecta al volante.

Por medio de un botón los amortiguadores se "abren", y la respuesta de la suspensión es especialmente suave. La pega: en este modo de conducción, con el coche cargado, el chasis encuentra rápidamente su límite. En este caso lo mejor es ponerlo en el programa Sport, en el que se vuelve más firme y aplomado. El motor empuja de forma lineal, el cambio de ocho velocidades inserta con rapidez y casi sin que te enteres. En resumen: viajar en el X1 es un auténtico deleite. Aun cuando la dirección eléctrica no nos ha convencido del todo, por un tacto algo más sintético de lo que esperábamos en un BMW. Y en cambios fuertes de apoyo, resulta algo nerviosa.

En este apartado, no hay nada que reprochar al Volkswagen. La dirección es rápida, directa y comunicativa, en general este SUV transmite agilidad y precisión y, sobre todo, mucha confianza al conductor. Al igual que el BMW, tiene una suspensión muy confortable. La diferencia con el de Múnich es que las anchas ruedas se notan más, para peor, en las juntas transversales de la carretera. Y en general la sensación es que su tarado es más firme. 

El motor responde con más brío y empuje que el de su rival. Lo malo es que en el kick-down, a causa de su cambio DSG de siete velocidades, se toma un receso más largo del deseado. Eso sí: una vez lanzado, sube de vueltas sin resuello, hasta más allá de los 200 km/h. Al igual que su rival, es un gran viajero, pero tiene algo a su favor: un interior más desahogado, aunque el X1 también destaca positivamente en este apartado. 

Finalmente, gana el Volkswagen por acumulación de puntos. Lo que no quita que ambos sean productos excelentes que permiten viajar cómodamente y disfrutar también de una carretera de curvas. Además, el X1 gana en consumo: hemos medido 6,3 litros de media, frente a los 7,2 del Tiguan que, a cambio, acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, 5 décimas antes. ¿Te convencen o quieres seguir buscando? Si es así, encuentra tu SUV rápidamente en nuestro recomendador.

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