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Cara a cara: Audi TT RS vs BMW M2

El coupé de Audi, en su versión más deportiva, llega con 400 CV y unas aceleraciones fulminantes. En este cara a cara del Audi TT RS vs BMW M2 lo enfrentamos a su principal rival de Múnich, un coupé que no se lo va a poner nada fácil. ¡Arrancamos!

Motorizaciones comparadas:

Pocos enfrentamientos fueron el año pasado tan apasionantes como el del Audi RS3 vs BMW M2. Y es que los de Ingolstadt supieron plantar cara al excelso deportivo de Múnich manteniendo su apuesta por los cinco cilindros y elevando el comportamiento dinámico como nunca habíamos visto antes en el compacto. Ahora, las dos marcas vuelven a enfrentarse. Cara a cara: Audi TT RS vs BMW M2.

Una vez más, el coupé de BMW, pero ahora Audi le planta cara con un modelo que entra de lleno en su segmento: un coupé, el nuevo Audi TT RS. Y llega con cartas ganadoras respecto a su hermano RS3: un cuerpo más compacto, vías más anchas, menos peso, más potencia, por supuesto tracción integral y, por primera vez, incluso frenos cerámicos opcionales para el eje delantero para frenadas más contundentes y una mayor resistencia al uso intensivo.

Pero el mayor avance de este Audi TT está en su cinco cilindros, que en comparación con el último RS3 no solo sube su potencia, sino que recibe una renovación a fondo: su bloque es de aluminio, y en total ahorra 26 kilos. Una pena que, aun con la cura de adelgazamiento, incluidos los discos cerámicos y las llantas de aleación opcionales, el reparto de pesos sigue sin estar todo lo afinado que uno esperaría: el 65% de sus 1.465 kilos recae en el eje delantero. Exactamente igual que en el modelo al que sucede.

El resto del conjunto también ha evolucionado. Por ejemplo, la tracción Haldex, que ahora apoya los giros como lo vimos en el TT S, o el chasis en su totalidad, con un tarado aún más firme. Las suspensiones deportivas siguen siendo obligadas en este modelo, en conjunción con los amortiguadores adaptables. Y no debemos olvidar, por supuesto, el cockpit digital, con el cuentavueltas en el medio presidiendo, como corresponde a un deportivo de este nivel. 

¡Enfrentamos al Audi TT RS contra su antepasado!

El interior del BMW M2 se ve mucho más tradicional en comparación con su rival. Instrumentación analógica circular en lugar de pantalla virtual y un salpicadero más convencional. Puede montar asientos deportivos recubiertos en cuero como opción, y aunque la postura al volante es magnífica, es algo más elevada de lo que esperábamos en un coche de esta altura. En habitáculo nos gana el sentido el Audi TT RS, si bien las virtudes del M2 despiertan cuando apretamos el botón de arranque: despiertan entonces los seis cilindros en fila de su conocido y celebrado tres litros, con un sonido arrebatador y una querencia pasmosa por subir de vueltas. ¿Es perfecto? No del todo. En comparación con los BMW M3 y BMW M4 se muestra aquí un pelín más aburguesado, el compresor Twin Scroll sopla aquí a 1,1 bares en lugar de a 1,25, la potencia de 370 CV es más que suficiente, pero no espectacular. A su favor hay que decir que tiene una respuesta más fluida y menos brusca que el más potente motor M biturbo, y no se le puede achacar falta de empuje, más bien al contrario: estira hasta las 7.000 revoluciones sin piedad.

Un festín para los gourmets de los buenos motores. El Audi, a diferencia de su rival, renuncia definitivamente al cambio manual y opta por el S-Tronic. Nuestro BMW M2 equipaba también, en este caso, una caja automática de siete velocidades con doble embrague. Y aunque esto duela a los más puristas de la marca (y no solo en la billetera, ya que hay que pagar unos 4.000 euros extra), el DKG casa a la perfección con el carácter de este modelo. Te sirve en bandeja, siempre, justo el nivel de revoluciones, e inserta, según el programa elegido, con un comportamiento diferenciado: relajado en Confort, despierto en Sport, impulsivo en Sport Plus. Y como los 500 Nm de par ya se proyectan al eje posterior desde la primera marcha, sale catapultado sin remilgos, embridado con su efectivo launch control. En cifras: solo 4,2 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, 15 para rodar a 200.

Aquí tienes una prueba a fondo del nuevo Audi TT RS.

Unas cifras que creíamos irrepetibles en este segmento... Hasta que ha llegado el Audi TT RS. Su respuesta es más bombástica de lo que ha sido nunca antes este modelo, y en recta se proyecta al horizonte como si no hubiera un mañana: 3,5 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado es un dato reservado a los superdeportivos de alta alcurnia. Y en solo 12,5 ya vuelo a 200. Apoyado en su tracción total inteligente, lo hemos sentido más ágil que nunca antes: ahora permite incluso algunos drifts controlados, pero hay una pega: si uno pisa a fondo en una curva antes de tiempo, volverá el típico subviraje que ya conocíamos en este modelo, con tendencia a irse hacia afuera. Eso requiere cogerle el punto, si bien su dirección, muy precisa, es un apoyo inestimable para corregir la trayectoria.  

TT R SM2

En comparación, el BMW M2 requiere una conducción más activa, poner más el cerebro y el corazón en el asfalto. Eso viene dado, de entrada, por su condición de propulsión trasera. Su chasis ultrafirme, su diferencial con bloqueo y sus ruedas de 19 pulgadas calzadas con Michelin Super Sports y su dirección precisa y comunicativa hasta el extremo, lo convierten en una máquina de devorar curvas: un reparto de pesos casi perfecto y un agarre espectacular, que permite jugar controladamente con el deslizamiento de la zaga, aportan estabilidad y aplomo en todo tipo de giros, por muy cerrados que sean. 

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