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Con el C-Zero por Madrid

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Hace un par de días conduje el Citroën C-Zero por primera vez. Bueno en realidad por segunda, ya que, como sabrás, se trata de una adaptación estética del Mitsubishi i-MiEV. En este caso la cosa canta todavía un poco más de lo normal, porque al tratarse de un modelo preserie viene con el volante a la derecha. Si conducir sin el más mínimo ruido –el aerodinámico no pasa de lo agradable a 50km/h- resulta algo raro, cuando confundes constantemente la palanca del intermitente con la del limpiaparabrisas, ya empieza a ser incómodo.

Los acabados y el equipamiento interior del C-Zero no se corresponden en absoluto con los de un vehículo de 29.000 euros (impuestos no incluidos). Su suavidad de funcionamiento y eficacia en la salida de los semáforos son algo muy distinto. Únicamente hay que estar atento en las primeras paradas rápidas: como el coche no hace ningún ruido, corres el riesgo de levantarte si haber engranado la posición "P" en el cambio y que el C-Zero prosiga la marcha sin ti... Este tipo de situaciones y el despiste de algunos peatones pueden llegar a ser peligrosos.

El habitáculo es mucho más que suficiente para cuatro adultos, y el maletero tiene una capacidad de 166 litros, espacio que da para la compra de la semana. Además, Citroën va a lanzar una versión comercial sin asientos posteriores y con un volumen total de carga de 1,3 metros cúbicos. Quienes vayan a darle este uso deberán tener en cuenta que sus 130 kilómetros de autonomía se reducen notablemente al llevar cuatro ocupantes, circular por autopista o ir muy cargado.

En el cambio, además de las posiciones P (aparcamiento), N (punto muerto) y R (marcha atrás), hay dos modos de conducción: el "Eco" se supone que es más ahorrador que el "D", aunque en el rato que probé el utilitario no percibí diferencias. La marca francesa va a disponer de 50.000 unidades del C-Zero hasta el año 2015, de las que espera vender un 7% en España (sobre todo a empresas públicas y privadas). Espero que para esa fecha hayan bajado los precios de las baterías lo suficiente como para hacer más atractivos estos vehículos.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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