Logo Autobild.es

ETA, desde la radio de un taxi de Madrid

Imagen por defecto

Ayer por la noche llegué del enésimo viaje del mes a la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid Barajas. Al bajar del avión -oasis de la tranquilidad forzada por la obligación de apagar los sistemas electrónicos y la ausencia de cobertura de voz e Internet- y encender el móvil para pedir el taxi, un inquietante sms de mi padre llegó jadeante a la BlackBerry (un poco muda por un problema global hace unos días) pero muy elocuente ahora: "ETA anuncia el 'cese definitivo' de la violencia terrorista".

Entonces fui yo el que, con el paso y la voz, acelerada, me subí en el coche y le pedí al taxista que, por favor, volviera a poner las noticias -que había sustituido por música bacaladera- nada más cerrar la puerta. "Sí señor, se lo pongo, pero como me da reparo hablar con los clientes de política y dejar la emisora de la radio que escuchamos quienes queremos que cambie el Gobierno... pues le pongo esta otra", dijo él buscando mi cara de complicidad desde el retrovisor interior. "Aunque si quiere, le hago yo un resumen...", sugirió encantado el hombre, con ojillos de "dime que sí". 

Evidentemente, mi único interés era informarme de lo que estaba pasando con ETA, pero como en ese momento, la radio del coche tenía tanta 'arenilla' (vamos, que no se entendía nada) y aquel sujeto se había venido 'arriba en banderillas' con la intención de convertirse en improvisado columnista de opinión, no me pude resistir ante aquella jugosa invitación a la polémica... en la que yo no iba a entrar, claro, acabase como acabase. 

Después de escuchar cinco minutos de sapos y culebras contra ETA, la situación en el País Vasco, Zapatero, la huelga de profesores en la Comunidad de Madrid, la crisis y el mundo en general, llegué a varias conclusiones:

1.- Los taxistas (no solo en Madrid) amenizan como nadie mis noches de trabajo. Los miembros de este gremio tienen mala fama, pero en general me acaban cayendo bien. Y como tampoco es que los periodistas estemos liderando el 'top-ten' de la popularidad... empatamos a uno. 

2.- La soledad al volante es mala para la salud: que te den conversación -de terrorismo, política, educación o fútbol- después de estar horas condiciendo redunda positivamente en la seguridad vial, siempre que la conversación no sea demasiado acalorada. A los profesionales del transporte, les mantiene despiertos y con los reflejos en guardia.

3.-  La radio del coche más moderno no deja de basarse en las ondas hertzianas, como hace medio siglo. ¿Para cuándo una radio digital? ¿Para cuándo un sonido nítido que no se entrecorte con los túneles y las antenas aeroportuarias?

Evidentemente, aquel hombre no logró arrancarme ni una sola de mis opiniones personales sobre el terrorismo de ETA. Pero logró que no me durmiera hasta casa y, de paso, me hizo reflexionar otro poco sobre la tecnología del automóvil y lo inútil que resulta algunas veces el esfuerzo de los ingenieros de las marcas si no va acompañada de una infraestructura adecuada en el país. ¡Siempre nos quedará Internet! Pero no en el navegador... todavía.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.