Velocidad excesiva, velocidad inadecuada… Menudo lío

Esta mañana iba probando el flamante coupé que el viernes que viene podrás leer en AUTO BILD (mejor te dejo con la intriga). Como estaba midiendo el consumo real en conducción real, circulaba a 130 km/h exactos (velocidad de GPS) cuando un SEAT León amarillo me adelantaba. A ojo, creo que iría a unos 160 por hora. Un buen paquete: 300 euros y dos puntos.

¿Me molestó? Para nada. A 160, ¿vas como loco? ¿Es más peligroso el conductor del SEAT León a 160, o la típica furgoneta a 70 por el carril central de una autopista de tres carriles? Mira este ejemplo: imagina la autopista de tres carriles por la que te cuento que iba esta mañana. Velocidad máxima: 120 km/h. También hay un radar fijo (éste me lo invento para darle un poco dramatismo). En ese tramo se dan tres circunstancias:

Supuesto 1: día soleado. Vas a 160, como el del León. Tráfico totalmente fluido. Te pilla el  radar. Exceso de velocidad, dos puntos. 300 euros.

Supuesto 2: día lluvioso. Niebla. Vas a 100. Pasas por el mismo radar. No llegas al límite máximo. Es claramente una velocidad inadecuada, pero aquí no ha pasado nada.

Supuesto 3: día soleado. Hay tráfico muy denso. Vas a 80. No te pilla el  radar. No hay exceso de velocidad, pero de nuevo existe velocidad inadecuada. No hay multa.

¿Quién es más peligroso, al que se sanciona o a los que no se sanciona? Se me ocurre que se podría poner un límite variable de velocidad en autopista. Los pórticos podrían indicar la máxima en cada caso, así no hay que poner señales adicionales y se ahorra dinero. Si llueve, se limita a 80, 100 o lo que sea. Si las condiciones son buenas, se sube a 140, 160… Yo lo tengo claro: la velocidad no mata; lo hace el  mal uso de ella

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